Rusia cierra las oficinas de 15 ONG, entre ellas Amnistía Internacional y Human Rights Watch
- El Kremlin ha tomado la decisión a raíz de "las violaciones a la legislación rusa"
- Guerra Rusia - Ucrania: sigue la última hora en directo
Las últimas operaciones de las tropas rusas han caído hoy sobre Odesa, donde han atacado una refinería de la ciudad, en principio sin víctimas morales. En cambio, la retirada del ejército ruso ha dejado un rastro trágico de muerte, destrucción y miseria. Algo que es palpable enlas calles de Bucha, la localidad al noroeste de Kiev, que ha estado bajo dominio ruso durante semanas. Nuestro enviado especial, Fran Sevilla, ha podido verlo también en los rostros de desesperación de quienes no pudieron huir, aquellos que tuvieron que encerrarse durante días en sótanos, sin comida y en condiciones extremas.
La ONG World Central Kitchen, del chef español José Andrés, ha repartido allí más de 4.000 kilos de alimentos y comidas recién hechas, junto con el alcalde de la localidad. La gente mostraba un enorme agradecimiento: "Con sonrisas y lágrimas en los ojos, te puedes imaginar lo que han podido haber sufrido", cuenta José Andrés.
Si abandonar Ucrania es difícil para todos, aún lo es más para mujeres mayores, que viajan con muchos hijos o que realizan el trayecto solas. Tatiana viene sola del Donbas, donde trabajaba como cajera de supermercado y, aunque ha decidido quedarse cerca de la frontera ucraniana, explica que solo volverá "si Ucrania sigue siendo libre". Valentine también es de Lugansk, desde donde salió sola cuando los bombardeos y ataques aéreos destruyeron su casa. Ha tardado 3 días en llegar a Rumania y su destino es Bélgica, donde viven unos amigos de su hijo. Él, sin embargo, se ha tenido que quedar en el frente, combatiendo con el ejército ucraniano. Para ambas, el polideportivo de Dumbreveni es, de momento, su nuevo hogar.
Informa Laura Alonso y Sergio Jiménez, enviados especiales
En el polideportivo de Dumbreveni, a unos 40 minutos frontera ucraniana, han pasado la noche entre 70 y 80 personas. La mayoría de ellas ya ha partido hacia España o Italia, aunque una decena permanece. Se trata de mujeres mayores que viajan solas o mujeres como Nina, que está embarazada y tiene 5 hijos. Se queda en el polideportivo para esperar a su marido y poder ir juntos a otro país europeo. Cuenta la tristeza que ve en su hijo mayor y añade que quiere que el niño que espera solo vea sonrisas, y no lágrimas. Nicolás, que vivió en Barcelona y trabajó en la construcción, espera para poder volver a Ucrania y cree que no se ha hecho lo suficiente para frenar la guerra: "Las cosas no se han hablado".
Informan Laura Alonso y Sergio Jiménez, enviados especiales
La ciudad de Chernivtsí, a tan solo una hora de distancia de la frontera rumana, se ha convertido en un punto clave: un sitio seguro para aquellos que tienen que huir, pero no quieren abandonar su país. Llegan ucranianos desde Kiev, Mariúpol y Zaporiyia, donde encuentran un lugar para quedarse hasta que puedan regresar a sus casas. Se trata sobre todo de familias que no quieren separarse y hombre que han llevado a sus mujeres e hijos a Rumanía. Voluntarios de Media Luna Roja reparten comida y bebida caliente y ofrecen ayuda psicológica. También continúan llegando voluntarios que, de forma individual, ayudan con lo que pueden, como André, un conductor de autobuses. En la ciudad se instalan carpas para que puedan descansar, aunque la mayoría de los que llegan son acogidos en hoteles, casas particulares o escuelas.
Informan Laura Alonso y Sergio Jiménez, enviados especiales.
En España, ya son más de 40 mil los desplazados por la guerra de Ucrania. Casi 18 mil personas tienen ya el estatuto de refugiados y otros 20 mil han pedido cita para acogerse a esta protección temporal. En nuestro país se han habilitado 4 centros en las zonas donde más ucranianos llegan: Madrid, Barcelona, Alicante y Málaga. Allí reciben ayuda y acompañamiento psicológico y pueden alojarse durante 72 horas hasta ser derivados a hogares de acogida. Según fuentes del Ministerio, casi el 40% de las personas atendidas son menores y de las mujeres adultas, cerca del 64% tienen estudios superiores. Las comunidades autónomas se harán cargo de la educación y sanidad.
Informa Ángeles Bazán
El éxodo ucraniano no cesa y, aunque la mayoría sale del país por la frontera polaca, el flujo migratorio se nota también en otros países, como Rumanía. En Suceava, a 50 minutos de la frontera ucraniana, han habilitado polideportivos, hoteles, colegios y hasta iglesias para acoger a los ucranianos. Hay 1.300 camas disponibles y, aunque las primeras semanas eran insuficientes, esta noche solo han sido ocupadas un centenar de ellas. Esto es así porque intentan encontrarles rápidamente un alojamiento. Valentine es un voluntario rumano que lleva más de 3 semanas ayudando allí: "El primer día yo estaba emocionalmente caído y después me acostumbré, tengo que ser fuerte para esta gente", expresa.
Informan Laura Alonso y Sergio Jiménez, enviados especiales
María Tejada, de ACCEM y Margarita de la Rasilla, de ACNUR, organizan la acogida de los ciudadanos ucranianos que están llegando al centro de Pozuelo, en Madrid. Las dos coinciden en que está siendo un trabajo intenso, agotador tanto física como emocionalmente, pero ágil, porque todos los actores implicados están respondiendo muy bien. “Son familias separadas”, dicen, al explicar que llegan mujeres y niños que se han visto obligados a dejar a la mitad de la familia en el territorio de la guerra: “Necesitan que les escuchen (…) Ves el sufrimiento y en sus ojos”. Con respecto al cambio con respecto a la llegada de refugiados de otros conflictos, las dos coinciden en que se pondrá aprender mucho de la experiencia actual: “En menos de 24 horas la gente tiene concedido el permiso temporal. Es una oportunidad para aprender buenas prácticas en otros aspectos en los que hay muchos problemas. Mejor no olvidarnos de que a España llegan muchos refugiados”.
En los pasos fronterizos polacos el goteo de refugiados es constante, aunque se caracteriza por grupos pequeños que huyen de Ucrania. Allí les esperan los voluntarios y las organizaciones para ayudarles. En el punto fronterizo de Budomierz se encuentran los enviados especiales de RNE, Fernando Martínez y Juan Miguel Sanz, que han podido hablar con varios de ellos. Daniel es un joven británico que ayuda como intérprete, ya que estudió ruso en la universidad. Admite que la experiencia es muy abrumadora e intenta romper el hielo con los refugiados, que la mayoría hablan ruso, para poder ayudarles. También han llegado 35 bomberos franceses para reforzar a los compañeros polacos y montar clínicas de campaña, acompañados de médicos y enfermeros. Cuentan que no están acostumbrados a vivir crisis como esta, pero hacen todo lo posible para poder ayudar.
La guerra sigue provocando un éxodo incesante de refugiados, sobre todo hacia Polonia. En el punto fronterizo de Medyka, donde se encuentran los enviados especiales de RNE, Fran Sevilla y Fernando Martínez, llegan cada sábado centenares de voluntarios desde todas partes de Europa. Dejan material humanitario y se llevan a refugiados. Hoy lo ha hecho un grupo de 9 catalanes, llegados desde Barcelona, que han hecho crowfunding para poder lograr los medios. Salieron el jueves por la noche, con tres furgonetas y un coche, y pretendían volver y parar a dormir en Francia, pero su ruta se desvía hasta Cracovia para seguir recogiendo a más personas.
Algunos de esos refugiados llegan desde hace días a España, donde se enfrentan a la incertidumbre de haber dejado atrás sus casas y a un largo trámite burocrático. En Barcelona, el pabellón 7 de la Feria ha estado recibiendo refugiados ucranianos toda la noche. El ambiente es tranquilo, pero los ucranianos que se han acercado para tramitar los permisos de trabajo y residencia explican que es muy complicado conseguir cita y los teléfonos están colapsados.
Informa Juanfra Álvarez
Entre quienes se desplazan a esa frontera ucraniana para intentar ayudar están los en torno a 30 taxis madrileños que salían el viernes con ayuda humanitaria, y que esperan regresar con hasta 150 refugiados. Ahora mismohan llegado a Varsovia y el objetivo es cruzar la capital polaca hasta el punto en el que descargarán la carga. La idea inicial era la frontera ucraniana, pero la ONG con la que viajan les avisó de que la frontera ucraniana no era segura, ni para el convoy ni para las personas a las que querían recoger. Los conductores siguen ilusionados y comprometidos con la causa, después de 40 horas de conducción a sus espaldas.
Informa Álex Llorca, enviado especial
La guerra y los ataques están provocando también un caos sanitario, que denuncian las ONG. En el caso de Leópolis, la situación humanitaris se complica, llegan miles de personas, y es muy difícil encontrar alojamiento. Allí están habilitando escuelas y las medicinas y atención sanitaria llegan gracias a la coordinación entre el gobierno y las ONG internacionales. Médicos Sin Fronteras se encuentra en Mariúpol y Kiev. Su responsable de comunicación de emergencias cuenta que la situación es caótica: "La situación que más preocupa ahora es la de Mariúpol, por que no es posible prestar asitencia médica y encontrar medicamentos en farmacias, que están vacías o cerradas", expresa. En Mariúpol, no queda agua ni comida y hay cadáveres por las calles: "No se puede describir, es un completo desastre humanitario".
Informan María Eulate y Luis Montero, enviados espeicales a Leópolis
Continua el éxodo de refugiados que huyen de Ucrania, la frontera polaca sigue siendo la vía de escape. A estas fronteras llegan voluntarios de todas partes de Europa, como la Asociación de Ayuda en Carretera DYA que, tras tres jornadas sin dormir en carretera, lamentan que los materiales que trataban de llevar han sido trasladados a otros puntos por falta de coordinación. Juan Carlos es el guía de la asociación: "Es un poco frustrante, hemos colapsado el campo de refugiados de material y mañana lo llevarán en coches a donde haga falta, nosotros no tenemos capacidad para saber sitio concreto, es trabajo de las administraciones".
Laura, una voluntaria española que vive en Alemania, ha trasladado a decenas de refugiados de las fronteras. Reclama que se aprendan de las lecciones pasadas para que los países europeos sepan coordinarse ante crisis humanitarias como esta: "Es una pena que no hayamos aprendido de otras catástrofes, que no haya un sistema", expresa. Dice que ha tratado de ponerse en contacto sin éxito con la Cruz Roja en Ginebra y con el Gobierno vasco, para saber qué hacer con las personas una vez que las recoge.
Informa Fernando Martínez, enviado especial
Para los refugiados que han conseguido salir de Ucrania, comienza una nueva etapa, cargada de miedo e incertidumbre. El papel de los voluntarios está siendo fundamental en este proceso. Muchos de ellos ofrecen sus casas a los ucranianos que llegan a la frontera, para evitar los campos de refugiados. Un voluntario alemán consiguió una semana de vacaciones para colaborar en la frontera. Se encarga de sacar refugiados y llevarles ayuda humanitaria, por lo que pide que las donaciones sean prácticas: “Cosas como carrito del bebé o grandes juguetes para los niños es una bonita idea, pero no es práctico para la gente”, expresa.
Verónica, que es voluntaria en el paso fronterizo, dice que hoy no tienen nada: “Tenemos dulces, pero esto no es comida, necesitamos toda clase de comida y snacks que se puedan llevar”, pide. Además, desde Cáritas necesitan medicinas para enviar a Ucrania y se lamentan de que "las posibilidades de los polacos para acoger gente en sus casas en breves se acabarán".
La mayor parte de refugiados que salen de Ucrania son mujeres y se enfrentan a muchos duelos. Nora Martínez, psicóloga y consultora de Naciones Unidas para las Migraciones, asegura que pasan por varios tipos de duelo: el duelo por la familia perdida, por tu vida, tu rutina, tu contexto y también por perder tu identidad.
Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico
Continúa creciendo el número de personas desplazadas por el conflicto. Según estimaciones de Naciones Unidas, más de dos millones y medio de ucanianos han huido del país, en su mayoría mujeres y menores de edad. Polonia es el principal país de acogida. Allí, en la ciudad de Lublin, hay acogidas 15 familias ucranianas que tienen en común un niño con una enfermedad crónica o terminal. Estos pequeños sienten el estado de preocupación y nerviosismo que tienen sus padres por la guerra. Acción Humanitaria Polaca está resistiendo una presión importante y reconocen que nunca esperaron que tendrían que ayudar de esa forma en su país.
Informan Isabel Jiménez y Fernando Torrico, enviados especiales
Esta madrugada ha llegado a Valencia un autobús fletado por la ONG 'Juntos por la vida', con 42 personas procedentes de Ucrania. Una veintena de menores con sus madres, tías y abuelas han tenido que recorrer durante tres días más de 3.000 km y que previamente tuvieron que esperar durante 8 horas al raso para poder cruzar la frontera. Desde la fundación aseguran que están de camino otros dos autobuses y que seguirán fletanfo mientras siga siendo necesaria la ayuda.
Informa Nacho Marimón.
Se cumple una semana de guerra en Ucrania, Naciones Unidas cifra ya en un millón las personas que han huído del país y proliferan las iniciativas para prestarles ayuda. En Extremadura, propuestas como la de Ana, una ciudadana ucraniana afincada en Arroyo de San Serván, recopila bienes de primera necesidad para aquellos que han tenido que dejar todo atrás.