El presidente turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan, ha admitido "algunos problemas" para rescatar a los afectados por el terremoto del pasado lunes tras las críticas por su gestión de la crisis. Algunos afectados denuncian que la ayuda ha llegado demasiado tarde y que los equipos de rescate ni siquiera han hecho acto de presencia en algunas zonas devastadas.
El gobierno turco ha restringido el movimiento de periodistas en ciertas zonas y el acceso a la red social Twitter, que está sirviendo a muchos de los afectados para alzar la voz y reclamar ayuda. En el pasado las autoridades turcas habían cortado el acceso a las redes sociales después de catástrofes, atentados terroristas o protestas sociales y políticas.