A pesar de las intensas lluvias que han tenido lugar durante las últimas semanas, los pantanos y embalses siguen en niveles preocupantes. Lo explica esta época del año, cuando el final de la campaña de riego deja los niveles bajo mínimos. Además, los suelos tendrán que absorber el agua y, solo cuando se saturen, comenzarán a crecer las reservas.
Por otro lado, el 2022 y 2023 han sido años muy secos. La mejor noticia para los embalses sería un otoño y un invierno de lluvias constantes y poco intensas.
Foto: Alberto Paredes / Europa Press