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El grupo islamista Hamás ha revelado las identidades de los tres rehenes que pondrá en libertad este sábado, como estaba previsto, tras amagar a principios de semana con quebrar el alto el fuego. Son el estadounidense-israelí Sagui Dekel Chen, de 36 años; el ruso-israelí Sasha Trufanov, de 29, y Yair Horn, de origen argentino y 46 años, quienes volverán a casa en el sexto canje. Uno de ellos está en manos de la Yihad Islámica, el otro grupo militante con amplia presencia en el enclave.

El alto el fuego en la Franja de Gaza sobrevive de momento. Hamás ha asegurado que está dispuesto a entregar este sábado a tres rehenes israelíes, según lo acordado, y a mantener las condiciones actuales de la tregua. Asegura que Israel se ha comprometido con la entrega de ayuda a Gaza, más combustible, medicinas o tiendas de campaña, aunque el Gobierno de Benjamín Netanyahu lo ha desmentido.

Los países mediadores, Egipto y Catar están lanzando mensajes positivos y aseguran que se están resolviendo las diferencias que hacían temer que la tregua se rompiera y volviera la guerra. Todavía planea la amenaza de Trump de que si no entrega Hamás a todos los rehenes se desataría el infierno.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya lo ha adelantado al término de una reunión de más de cuatro horas del Gabinete de Seguridad, con altos mandos militares, de la inteligencia y varios ministros: "Si Hamás no devuelve a nuestros rehenes antes del sábado al mediodía, el alto el fuego terminará y el Ejército volverá a combatir intensamente hasta que Hamás sea finalmente derrotado". El gabinete ha aprobado por unanimidad reanudar los ataques en Gaza si Hamás no devuelve a los rehenes, en la línea de la amenaza lanzada por Trump, quien dijo que si no eran liberados, "se desataría un infierno". Pero a diferencia de Trump, Netanyahu no ha dicho cuántos rehenes tendrán que ser entregados para evitar la guerra, dejando abierta una puerta para que la tregua pueda continuar. Para los gazatíes, la situación de incertidumbre representa un momento de profunda angustia ante la posible reanudación de los ataques, así como para las familias de los rehenes israelíes.

Hamás ha suspendido, por el momento, la entrega de rehenes israelíes al alegar que Israel está incumpliendo los acuerdos de alto el fuego. Según el grupo, el Gobierno de Tel Aviv dispara a los gazatíes, lo que ha retrasado el retorno de los desplazados e impide la entrada en Gaza de la ayuda acordada. También Israel lanza acusaciones contra Hamás, reprochándole el mal estado de los últimos rehenes liberados. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ha puesto al Ejército en estado de máxima alerta en Gaza, y el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha convocado a su gabinete de seguridad. En la capital de Israel, cientos de personas han salido a las calles para pedir que no se rompa la tregua. Temen por las vidas de los más de 70 rehenes que siguen en Gaza.

La Policía israelí ha cerrado tres librerías del barrio árabe de Jerusalén después de allanarlas y confiscar decenas de libros. Estas librerías tienen más de 50 años de vida y son un referente cultural de la literatura palestina. Los libreros han sido acusados de alteración del orden público.

Hassem, un testigo de la redada de la Policía israelí, ha confirmado que las autoridades también arrestaron a los dueños. Y un familiar de los detenidos ha asegurado que la policía usó el traductor de Google porque no entendían los títulos en inglés.

Decenas de personas han protestado esta mañana ante la comisaría de Jerusalén donde permanecían detenidos los libreros palestinos. "Se empieza quemando libros y se acaba quemando a personas", ha lamentado una investigadora del Holocausto, presente en la protesta.

La tregua no detiene las operaciones israelíes en Cisjordania y Jerusalén. La Policía ha irrumpido en una conocida librería palestina de la Ciudad Santa y ha detenido a sus dueños, la familia Muna, un episodio que ha provocado numerosas condenas internacionales, porque ese comercio es una referencia para la cultura árabe y palestina. Los agentes registraron los locales y confiscaron decenas de ejemplares, incluso un libro infantil. Un familiar de los detenidos asegura que los policías usaron el traductor de Google porque no entendían los títulos en inglés.

Foto: AP Photo/Mahmoud Illean

El Corredor Netzarim, es una barrera impuesta por Israel durante la guerra de Gaza. Dividía la franja en dos e impedía el cruce de los gazatíes. En virtud del alto el fuego, las fuerzas israelíes se han ido retirando poco a poco, pero desde este domingo, la retirada es total. Y esto está permitiendo que los gazatíes, libremente, vuelvan a sus hogares en el norte, eso sí, completamente devastados la mayoría.

Foto: REUTERS / Dawoud Abu Alkas