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Más allá de la frontera austríaca, en territorio húngaro, ni las vallas ni la Policía pueden continuar a los miles de refugiados que siguen llegando y esperan alcanzar Alemania. Para el primer ministro Víktor Orban, el problema es que Europa no puede controlar sus fronteras. La gestión de la crisis ya ha provocado la dimisión de su ministro de Defensa. Mientras, en Macedonia y Grecia, los que llegan protestan porque quieren iniciar su tránsito hacia una vida mejor. 

Guardan solidaridad. En forma de ropa, de mantas, de juguetes. Una ayuda que saldrá el 17 de septiembre desde Madrid hacia Budapest, a donde siguen llegando miles de refugiados. Natalia ha organizado en 24 horas, a través de internet, una caravana solidaria a la que se ha sumado gente de toda España. 

El Gobierno de Austria ha anunciado que va a volver a controlar a los refugiados de Oriente Medio que quieran pasar la frontera con Hungría, lo que supone que se termina la vía libre hacia Alemania. Pero hoy todavía han continuado llegando trenes a Viena.

Después de vivir agotadoras jornadas, miles de refugiados ya están en Alemania, el objetivo final de un duro y largo viaje. Muchos ciudadanos están actuando como voluntarios y ofrecen a los recién llegados comida, ropa y juguetes para los más pequeños.

Miles de refugiados han entrado ya en Austria y muchos han alcanzado Alemania, después de estar varios días bloqueados en Hungría. Las autoridades germanas esperan que a lo largo del día lleguen más de 7.000. Anoche el gobierno húngaro decidió fletar decenas de autobuses para trasladar a la frontera austrohúngara a los inmigrantes bloqueados en la estación de Budapest y a los que habían comenzado la marcha pie. La decisión de permitir que los refugiados entren en territorio austriaco y alemán, se acordó anoche entre los dos países. Se tomó por la situación de necesidad que se vive durante los últimos días en la frontera húngara.

Los refugiados y migrantes que se encuentran en Hungría viven en las últimas horas situaciones de caos en diversos puntos del territorio de este país, que además ha aprobado este viernes una ley que castiga duramente a quienes entren clandestinamente.

En Budapest, cientos de refugiados que desde hace días han estado acampados en los alrededores de la estación ferroviaria de Keleti con la esperanza de abandonar Hungría en algún tren han salido a pie esta mañana en dirección de la frontera con Austria, situada a más de 200 kilómetros de distancia.