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El Primer Ministro de Hungría se reúne en Bruselas con los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión. Viktor Orbán les explicará cómo va a cambiar los artículos de la Constitución que han hecho que la Unión Europea abra tres expedientes de infracción a su país. Hungría necesita un segundo rescate de 20mil millones de euros para evitar la bancarrota.

Hablamos de Hungría donde el expediente que le ha abierto la Unión Europea para que reforme su nueva constitución, divide a la clase política. Bruselas critica, entre otras cosas, las limitaciones a la libertad de prensa. Un equipo de TVE ha estado en una de las emisoras más populares de Budapest, y que está amenazada de cierre.

En Hungria, la presión de la Unión Europea para que cambie su nueva constitución divide a la clase política y a la sociedad. La ultraderecha, tercera fuerza del país, quiere salir de la Unión, mientras los socialistas -en la oposición- defienden su permanencia. En la calle, cada vez hay más pesimismo por una economia al borde de la ruina.

En Hungría, desde su victoria aplastante en las elecciones de hace año y medio, la Fidesz, la Federacion de Jovénes Demócratas, una formación conservadora y nacionalista, se ha hundido en las encuestas. A la crisis política con la Unión Europea, se suma una economía al borde de la bancarrota y una oposición débil y dividida.

La Comisión Europea decidirá en los próximos días si denuncia a Hungría por incompatibilidad de su nueva constitución con los valores de la Unión. La presión de Bruselas y del FMI ha obligado además, al gobierno húngaro a enmendar una reforma del Banco Central que limitaba su independencia. A cambio seguirán negociando la concesión a Hungria de un préstamo para evitar su quiebra.

ANTONIO DELGADO (Corresponsal de RNE en Bruselas).- La Comisión Europea va a celebrar una sesión especial sobre Hungría y las reformas legales que han provocado las protestas de la oposición. En previsión de posibles reprimendas, el ministro de Exteriores húngaro ha escrito una carta en la que explica que el Gobierno de Viktor Orban puede dar marcha atrás en algunas decisiones, como la de restringir la autonomía del Banco Central, lo que ha llevado a Bruselas a amenazar con restringir la ayuda financiera.