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Tras 12 años en el poder, el presidente de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, se enfrenta a una de sus reelecciones más complicadas de los últimos años. Ante una oposición unida y con la guerra de Ucrania como telón de fondo, Orbán buscará mantener la mayoría de dos tercios que tiene en el Parlamento y continuar con su régimen de corte conservador y cristiano. Foto: El presidente de HUngría, Viktor Orbán, después de un mitin. KISBENEDEK / AFP. 

Hungría celebra el domingo un referéndum para votar la ley promulgada por su presidente Viktor Orbán en la que se prohibía hablar de homosexualidad en las escuelas, así como los contenidos audiovisuales o escritos relativos en esa orientación sexual dirigidos a los menores de 18 años. La cita coincide, además, con las elecciones presidenciales en el país, en las que Orbán se enfrentaría a una ajustada reelención. Foto: EFE/EPA/SZILARD KOSZTICZAK. 

Hungría celebra elecciones el domingo y su primer ministro, Viktor Orbán, se enfrenta, tras 12 años en el poder, al candidato común que han acordado seis partidos, casi toda la oposición. El líder ultraderechista ha hecho coincidir con estos comicios un referéndum para vetar cualquier información LGTBI en las escuelas. FOTOGRAFÍA: ATTILA KISBENEDEK / AFP. 

Las tropas rusas concentran sus ataques en las regiones del sureste y en la conquista del puerto de Mariúpol. La Unión Europea y China celebran hoy una cumbre virtual con Ucrania como eje de las conversaciones. Entra en vigor el decreto que obliga a los compradores de gas ruso a pagar en rublos. En Francia, la guerra perturba la campaña electoral. Los húngaros acuden este domingo a las urnas. Italia abandona hoy el estado de emergencia decretado hace 26 meses. Naciones Unidas alerta de que nueve millones de agfanos están en riesgo de hambruna.

Con una cinta en la muñeca, los refugiados provenientes de Ucrania registran su entrada en el nuevo centro de acogida que el gobierno húngaro ha abierto en Budapest. Reciben comida caliente y se sientan en silencio a la mesa. "Ahora nos sentimos a salvo", dice Lilia, que ha huido de su país junto con otras seis mujeres de su familia. Hungría, con Viktor Orbán al frente, ha abierto las puertas de par en par a los ucranianos, pero en la crisis de refugiados sirios de 2015 las cerró por completo. "Cada país tiene derecho a decidir qué hacer", ha dicho Orban.

FOTO: ATTILA KISBENEDEK / AFP

Más de un millón de personas han huido de Ucrania desde que comenzó la guerra. Aunque Polonia es su principal destino, otros países limítrofes acogen a miles de ucranianos, como es el caso de Hungría, que ha recibido a más de 157.000 refugiados desde el inicio de la invasión. A la estación Nygati, de Budapest, llegan mujeres y niños, pero también miles de jóvenes estudiantes procedentes de Vietnam, la India, Camerún... Jóvenes cuyos sueños se han diluido con la guerra, ya que conseguir permiso de residencia en Ucrania y estudiar en sus universidades era, para ellos, más factible que en otros países. Ahora, todos esos esfuerzos se han esfumado: "Es difícil, llevamos en Ucrania ya 7 años y haber hecho tanto esfuerzo y dedicación para que en una noche se vaya todo", expresan. Pero lo que les preocupa es que muchos amigos ucranianos se han quedado en las filas de la guerra del país, sin poder salir.

Informa Ebbaba Hameida, enviada especial de RTVE a Budapest

La crisis entre Rusia y Ucrania ha protagonizado la reunión de líderes de partidos de derecha y ultraderecha que se ha celebrado este sábado en Madrid y en la que el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha actuado como anfitrión. Los asistentes, entre los que se encontraban los primeros ministros de Polonia y Hungría y la francesa Marine Le Pen, han reclamado cooperación militar ante la amenaza rusa en la frontera ucraniana.

FOTO: El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, junto a los dirigentes de Vox Santiago Abascal y Jorge Buixadé, este sábado en Madrid. Vox via REUTERS