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Después de dos semanas eternas de lucha contra el fuego, Galicia empieza a ver como su infierno, poco a poco, se termina. Ya se ha estabilizado el incendio de Oimbra, que ha quemado 17.000 hectáreas. La comunidad autónoma vive un verano negro con más de 100.000 hectáreas calcinadas.

El fuego de Vilaboa, en Pontevedra, ha mejorado su evolución. El de Larouco, el más grande de la historia de Galicia, ya está estabilizado, igual que el de A Mezquita. La vigilancia continúa día y noche.

Todavía hay cinco incendios activos en Galicia, tres en Ourense. Entre ellos, el de Chandrexa de Queixa. Son los focos más graves.

Foto: Ministerio de Defensa/EFE — Incendio de Vilaboa, Pontevedra

Tras el paso del fuego, San Vicente de Leira, en Ourense, ha quedado arrasado por el incendio que ha destruido el 70% de sus casas. Unos pocos vecinos permanecen en el pueblo después del desastre, pero recorrer sus calles resulta desolador.

Imagen: Gustavo de la Paz / Europa Press

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España

El día es algo frío para la fecha.

La temperatura máxima es de 23,0 ºC y está 1,2º por debajo de lo normal. La mínima es de 14,5 ºC y está 1,6º por encima de lo normal.

En lo que va de año, casi la mitad de los días han sido más cáidos de lo normal.

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Últimos datos disponibles a 29 de septiembre

Continúan las protestas por la gestión de los incendios. Las hemos visto en diferentes ciudades de Castilla y León —este jueves, en Ponferrada— y, por primera vez, también ha habido concentraciones en Galicia. Se han convocado movilizaciones en 17 municipios en las que se han oído proclamas como la petición de dimisión del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. "Los que no sepan gobernar cuando se necesite, que se larguen", decía una de las manifestantes.

Foto: EFE/ Salvador Sas

Los incendios han quemado más de un 10% de la provincia de Ourense. Según la Xunta de Galicia, siguen activos cinco fuegos, aunque ha mejorado la situación. Preocupa el más grande, el de Larouco, que ya ha quemado 30.000 hectáreas. Los equipos de extinción son algo más optimistas que los días anteriores, pero no bajan la guardia.

Foto: Adrián Irago / Europa Press

La oleada de incendios también ha quemado fincas agrícolas, zonas de pasto y dehesas aprovechados por el ganado en extensivo. Un enorme problema para los ganaderos gallegos que ahora tienen que usar el forraje almacenado.

Agroseguro recuerda que los incendios están cubiertos en todos los cultivos y animales, pero no en pastos; y Agricultura tranquiliza al sector asegurando que habrá ayudas, y apunta al éxodo rural como motor de los incendios Una gestión de control de la masa forestal que tradicionalmente la realizaban agricultores, ganaderos y una población ligada a la economía rural que ahora está en peligro de extinción. FOTO: GETTY / RAÚL ORTÍN

Este jueves puede ser un día clave en la lucha contra el fuego. Así lo ha señalado la responsable de Protección Civil, Virginia Barcones, después de una noche favorable y una meteorología que está ayudando los efectivos de emergencias.

En estos momentos hay 18 fuegos activos de nivel 2, ocho de ellos en Castilla y León, donde preocupan el de Sanabria, que llegó a amenazar anoche una central hidroeléctrica, el de Picos de Europa y otro en El Bierzo.

En Extremadura, todos los esfuerzos están centrados en Jarilla, donde las llamas siguen avanzando en dos frentes, con varios vecinos desalojados o confinados. Y en Galicia, donde se han quemado más de 82.000 hectáreas, con varios fuegos activos, son algo más optimistas.

FOTO: EFE / Ana F. Barredo

Entrevista a Enrique Álvarez Barreiro, alcalde de Vilamartín de Valdeorras (Ourense)

"Está desapareciendo el humo y nos estamos dando cuenta de la inmensidad del desastre"

España vive la peor ola de incendios forestales del siglo que ya está dejando un paisaje desolador en lugares como Vilamartín de Valdeorras (Ourense), conde han ardido miles de hectáreas, algunas de gran valor ecológico quemadas, e incluso núcleos poblacionales, como la aldea de San Vicente, han quedado arrasados por las llamas. El alcalde de la localidad, Enrique Álvarez Barreiro, ha explicado en Las mañanas de RNE con Lara Hermoso cómo todavía están "intentando encajar" lo que ha pasado. Una situación dramática, ya que "está desapareciendo el humo y nos estamos dando cuenta de la inmensidad del desastre", afectando al sentir de todos los vecinos, con "toda la gente llorando por las esquinas" al encontrar "un pueblo que no reconocen". Álvarez Barreiro ha explicado que era una situación que se veía venir, porque "queda muy poca gente en el pueblo" y es "prácticamente imposible" que se realicen las tareas de limpieza de montes necesarias. Por eso, ha pedido más medidas de prevención para evitar que la catástrofe se vuelva a repetir, empezando por frenar la despoblación que castiga a localidades como la suya.

Los trenes entre Madrid y Galicia vuelven a circular desde las 17.00 horas de este miércoles después de siete días consecutivos sin servicio a causa de los incendios forestales en Ourense. Los cortes han afectado a 50.000 personas y muchas de ellas han tenido que buscar alternativas más lentas para poder realizar el trayecto que planeaban hacer en los servicios de alta velocidad. Los autobuses han ido llenos estos días.

Foto: Carlos Luján / Europa Press

En medio de esta oleada de incendios que ya ha arrasado más de 340.000 hectáreas en España. La solidaridad está siendo fundamental entre los vecinos que se están organizando para llevar agua o mascarillas en Galicia. RTVE ha podido hablar con Fátima Pego, voluntaria que cargó su coche para llevar agua a las zonas más afectadas, y lo que le impulsó a llevar esta acción fue "porque en Galicia llevan la tierra, la aldea en su ADN desde pequeños. Cuando ves que tu tierra arde se te remueve algo dentro y necesitas ayudar. Muchas veces me gustaría estar en primera línea, pero no se puede o no sabemos".

Para apagar los fuegos han realizado batefuegos y Pego ha explicado que son "unas palas típicas de bomberos forestales, como un remo para apagar el fuego con una parte de goma, que bloquea el fuego. No todo el mundo tiene uno de estos en casa, entonces se apaga con lo que se puede, como ramas. Muchos vecinos tenían heridas en los brazos de arrancar ramas para poder apagar el fuego cuando se acercaba a su casa". Estos batefuegos se pueden construir con los palos de una escoba, se añade esa parte de goma con lo que se pueda, tanto con alfombrillas de coche o trozos de neumáticos viejos que se sueldan con hierros, y lo que se hace es llevarlo a las aldeas. Es lo que más se solicita desde las aldeas, comenta Pego.

Pego dice que la gente que quiera ayudar "tiene que ponerse en contacto con los ayuntamientos, protección civil o diferentes grupos de voluntariado. Lo que más se necesita son garrafas de agua, material ignífugo, gafas, gasas, todo el material que pueda servir para hacer curas y alimentos para animales que se han quedado sin pasto".

EFE / BRAIS LORENZO