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El Supremo había iniciado contra Baltasar Garzón tres procesos. Uno, el de las escuchas a los abogados de la trama Gürtel, ha acabado en condena a 11 años de inhabilitación; otro en archivo porque los hechos habían prescrito; y en este último juicio, estaba acusado de prevaricación por declararse competente para investigar los crímenes durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Los siete magistrados del tribunal, han decidido por mayoría, seis votos frente a uno, absolverle porque consideran que no cometió ningún delito. Ese era desde el principio el planteamiento de la Fiscalía. Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad pedían para Garzón 20 años de inhabilitación y una multa de 21.600 euros.

Hoy se ha reanudado el juicio que se sigue en el Supremo contra el juez Garzón por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo. Los cuatro que han declarado hoy son también familiares de desaparecidos del franquismo. Han dicho a los jueces que no tienen afán de venganza pero quieren saber la verdad.

Los magistrados del Tribunal Supremo que juzgan a Baltasar Garzón por prevaricación por declararse competente para investigar las crímenes de la guerra civil y el franquismo han oído el testimonio de dos nietas de desaparecidos en la jornada de este jueves, 2 de febrero de 2012. Ambas han señalado que acudieron a la Audiencia Nacional porque era lo única forma de "cerrar heridas" y conseguir la reparación de las víctimas. "Mi abuela ya murió y solo cerró sus heridas con la muerte. Yo lo que pretendo es que mi madre pueda cerrarlas antes de morir con la Justicia y la reparación", ha afirmado María Antonia Oliver París, representante de la asociación para la recuperación de la Memoria Histórica de Mallorca. Por su parte, Josefina Musulén Giménez, de la asociación para la recuperación de la Memoria Histórica de Aragón, ha declarado que los nietos de los desaparecidos siguen buscando "con la misma dignidad" a sus familiares, "pero sin el miedo que tenían nuestros padres".

En la cuarta sesión del juicio contra Garzón, en relación con su investigación de los crímenes del franquismo. Hoy los jueces del Supremo han escuchado a dos nietas de represaliados que pusieron denuncias en la Audiencia Nacional.

Josefina Musulén, representante de la Asociación de Memoria Histórica de Aragón, ha testificado en el juicio contra Baltasar Garzón y ha contado que el 13 de agosto de 1936 un falangista se llevó de su casa en un pueblo de Aragón a su abuelo, que era de la CNT, y a su abuela, embarazada, a la que les dijeron que "en el tiro de gracia le habían reventado la tripa". Tras la muerte de Franco, la familia de Musulén se enteró de que su abuela había dado a luz una niña sana. "Mi padre se enteró de que había tenido una hermana y llevamos 33 años buscándola", ha contado.

Dos representantes de asociaciones para la recuperación de la memoria histórica han declarado este jueves en el Tribunal Supremo que decidieron acudir a la Audiencia Nacional porque consideraron que era la única vía por la que podrían obtener "justicia y reparación" y conseguir que las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo pudieran "cerrar heridas".

En el juicio que se sigue contra el juez Garzón por declararse competente para juzgar los crímenes del franquismo hoy las víctimas han sido las protagonistas. Testimonios emotivos de familiares de fusilados durante y después de la guerra civil. Fueron ellos los que acudieron a la Audiencia Nacional reclamando justicia.