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La reforma de la Constitución francesa nace ya con polémica, incluso dentro del propio Consejo de ministros. Finalmente, la Carta Magna sí incluirá la retirada de la nacionalidad francesa a los terroristas con doble nacionalidad, aunque hayan nacido en Francia, tal y como pedía la derecha. Sin embargo, la titular de Justicia aseguraba ayer en una entrevista que esta medida no se íba a aprobar porque no era eficaz y los partidos de izquierdas consideran discriminatoria. Hoy, el primer ministro ha explicado que este artículo estará estrictamente limitado.

El Frente Nacional (FN), liderado por Marine Le Pen,  no gobernará en ninguna región francesa.  La movilización del electorado (votó un 60%, frente al 50% de la primera vuelta) y el sacrificio del Partido Socialista, que se retiró en aquellas regiones en las que no podía ganar, ha impedido que la extrema derecha repita el éxito de la primera ronda, en la que se colocó en cabeza en seis de las 13 regiones.

Finalmente, y con datos aún provisionales, los conservadores del expresidente Nicolás Sarkozy gobernarán siete regiones, entre ellas la capital, en manos de la izquierda desde hacía 17 años; el PSF se queda con cinco gobiernos de los 12 que tenía, y los nacionalistas moderados corsos acceden al gobierno de la isla.

El partido de extrema derecha, Frente Nacional (FN), liderado por Marine Le Pen, no obtene ninguna región en la segunda vuelta de las elecciones regionales que han tenido lugar este domingo en Francia y queda relegado a la tercera fuerza política, a falta de la finalización del recuento. El Partido Socialista, que anunció que se retiraría de aquellas regiones donde no pudiera ganar la izquierda, ha movido la balanza hacia los conservadores para frenar al FN

El auge de la ultraderecha, que se inició hace cinco años, viene marcado por la crisis migratoria y los recientes atentados de París. Para frenar las aspiraciones de Le Pen, el partido Socialista ha retirado de la segunda vuelta a algunos candidatos de las zonas donde tenían difícil conseguir el triunfo, facilitando el voto a la derecha. Una postura que "Los republicanos" no han secundado.