Una cita que ha vuelto a congregar a miles de fans para rendirle tributo en la que fue su mansión, "Graceland". Cantante y actor, en los años 50 tuvo un papel fundamental en el desarrollo del rock.
En una rueda de prensa cargada de tensión, Donald Trump ha vuelto a su discurso inicial y ha culpado de nuevo a "los dos bandos" de los sucesos violentos de Charlottesville. Las palabras del presidente han generado una nueva oleada de críticas, incluso desde las filas republicanas, y han sido aplaudidas por algunos líderes de la extrema derecha.
Dirigentes del Partido Republicano de Estados Unidos han criticado al presidente, Donald Trump, por culpar a "los dos bandos" de la violencia en Charlottesville (Virginia), donde una manifestante antirracista murió atropellada en un atentado neonazi.
Paul Ryan, presidente del Congreso y figura destacada del aparato republicano; el senador y excandidato presidencial John McCain; y los exrivales de Trump en las primarias republicanas Marco Rubio y John Kasich son sólo algunos de los políticos del partido del elefante que han recurrido a redes sociales para mostrar su desacuerdo con la última postura expresada por Trump. "No hay equivalencia moral" entre ambos grupos, aseguran, y el presidente debiera dejarlo claro.
Por el contrario, las palabras de Trump el martes fueron bien recibidas por el histórico dirigente del Ku Klux KlanDavid Duke, quienha alabado al presidente por "decir la verdad" sobre lo sucedido en Charlottesville y condenar a los "terroristas de izquierda".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado este lunes sin ambages la "violencia racista" del ataque perpetrado este sábado en Charlottesville, donde un joven neonazi arrolló con su coche a un grupo de manifestantes antirracistas, tras la lluvia de críticas recibidas por la tibieza de su condena inicial, en la que evitó mencionar a los grupos supremacistas blancos. La tormenta desatada por su reacción ha obligado a Trump a hacer un paréntesis en sus vacaciones para ofrecer una declaración en la Casa Blanca, en la que ha sido inequívoco: "El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos en Estados Unidos", ha remarcado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha condenado este lunes sin ambages la "violencia racista" del ataque perpetrado este sábado en Charlottesville, donde un joven neonazi arrolló con su coche a un grupo de manifestantes antirracistas, tras la lluvia de críticas recibidas por la tibieza de su condena inicial, en la que evitó mencionar a los grupos supremacistas blancos. La tormenta desatada por su reacción ha obligado a Trump a hacer un paréntesis en sus vacaciones para ofrecer una declaración en la Casa Blanca, en la que ha sido inequívoco: "El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos en Estados Unidos", ha remarcado.
Pese a que el régimen de Pyongyang ha señalado la isla, que acoje una de las principales bases navales de Estados Unidos en el Pacífico, como uno de los objetivos de su programa armamentístico, un equipo de TVE ha comprobado como la tranquilidad es la nota dominante entre sus habitantes.
El presidente de Estados Unidos ha recibido críticas por no haber condenado expresamente a los grupos supremacistas blancos, aunque su Gobierno insiste en que el rechazo de Trump incluía a los supremacistas, al Ku Klux Klan y a colectivos neonazis. El alcalde de Charlottesville, el demócrata Mike Signer, asegura que el mandatario ha alentado a esos grupos con su retórica.
El alcalde de Charlottesville, el demócrata Mike Signer, ha calificado el atropello que este sábado causó la muerte de un mujer de 32 años y más de veinte heridos como un "acto de terrorismo" y ha instado al presidente estadounidense Donald Trump a que zanje la cuestión. Trump ha sido objeto de fuertes críticas después de que la víspera condenase "el odio y el fanatismo" por "múltiples partes" y calificase de "terrible" lo sucedido, pero no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraba el ex líder del Ku Klux Klan David Duke, y algunos de los cuales portaba esvásticas nazis.