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El ayuntamiento de Villar de Cañas, en Cuenca, ha recibido un aluvión de peticiones para trabajar en el almacén nuclear temporal, que se instalará en el municipio. Más de dos mil aspirantes han presentado ya su currículum para ocupar alguno de los 300 puestos directos de trabajo que se crearán.

El Partido Socialista va a recurrir la decisión del Gobierno de instalar en Villar de Cañas, en la provincia de Cuenca, el almacén temporal para los residuos nucleares. Dicen que no hay consenso en la sociedad. Para el Ministro de Industria, el ejecutivo demuestra con este paso que está dispuesto a tomar decisiones.

La decisión de instalar en Villar de Cañas el almacén de residuos radiactivos ha enfrentado a gobierno y oposición en Castilla la Mancha. La Junta destaca la creación de empleo que va a suponer mientras los socialistas le reprochan haber cambiado de opinión.

El Consejo de Ministros de este viernes ha dado luz verde a la propuesta del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, para que el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares se instale en la localidad de Villar de Cañas (Cuenca).

El primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda notificará a las 10.00 de la mañana hora peninsular que se han alcanzado las condiciones de "parada fría" en los reactores 1 a 3 de Fukushima, lo que significa que las temperaturas de esas unidades están estabilizadas por debajo de los 100 grados centígrados y que sus filtraciones radiactivas han remitido de forma sustancial.

Una vez que estos reactores entren en condiciones de "parada fría", se dará por cerrada la segunda fase de la hoja de ruta para solventar la crisis. Ahora el Ejecutivo nipón revisará la designación de las zonas de exclusión establecidas tras el accidente. De hecho, el ministro encargado de gestionar la crisis nuclear visitará este fin de semana la zona afectada para estudiar la gestión de las zonas de evacuación alrededor de la planta.

El terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo provocó el peor accidente nuclear en cuarto de siglo. Más de 80.000 personas fueron evacuadas además de las nefastas consecuencias causadas en la ganadería, la agricultura y la pesca local.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea apoyarán este viernes la imposición de nuevas sanciones a Irán por las supuestas implicaciones militares de su programa nuclear.

La idea figura en un documento sobre el que trabajan los líderes europeos que será aprobado oficialmente este viernes y en el que se invita a los Veintisiete a tomar más medidas en su próximo Consejo de Exteriores que se celebrará a principios del año que viene, ya bajo presidencia danesa de turno de la UE.

Por su parte, el presidente de EE.UU., Barack Obama, ha reiterado que todas las opciones están sobre la mesa, solo horas después de que las autoridades iraníes mostraran el avión estadounidense no tripulado abatido por su defensa.

Reino Unido pedirá sanciones más duras contra Irán en la reunión de ministros de Exteriores de la UE en Bruselas, después del asalto a su embajada en Teherán y la expulsión de los diplomáticos iraníes de Londres.

Así lo ha declarado a BBC radio el responsable de la diplomacia británica, William Hague. "Pediré una intensificación de las sanciones económicas sobre Irán, particularmente para aumentar el aislamiento de su sector financiero".

"Insisto en que las medidas que espero que se acuerden hoy están relacionadas con el programa nuclear iraní, no son una reacción a lo que ha ocurrido a nuestra embajada", ha añadido.

El Gobierno británico tomó el miércoles la decisión de cerrar su legación diplomática en Teherán ya que considera que el asalto no pudo tener lugar sin consentimiento de las autoridades.

Los once contenedores "castor" con basura altamente radiactiva llegaron el jueves por la noche al depósito de Gorleben (norte de Alemania) después de que los continuos bloqueos de los antinucleares provocasen el mayor retraso de la historia de este transporte. A las 20.51 GMT, el último de los contenedores entró en las instalaciones del cementerio nuclear, tras casi seis días y 1.200 kilómetros por ferrocarril y carretera que han estado plagados de protestas, manifestaciones e, incluso, enfrentamientos entre la policía y activistas.