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La Organización Mundial de la Salud alerta de que 200 millones de niñas han sufrido ablación en el mundo. Esta práctica consiste en el corte de los genitales externos para eliminar la impureza que, según la creencia de algunas tribus, tienen las mujeres entre las piernas. Esta intervención provoca sangrados excesivos, dolor extremo, infecciones, problemas a la hora de dar a luz, traumas psicológicos e incluso la muerte. En el año 2000, nació la Fundación Kirira con el objetivo principal mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas, las familias y las comunidades de los países más desfavorecidos. En Kenia, esta ONG trabaja tratando de atajar las causas estructurales de la pobreza, dando prioridad a campañas contra la ablación. En la localidad de Kamaindi, como como resultado de sus campañas se ha reducido de un 90% a menos del 5% los casos de mutilación genital femenina. Esto se ha logrado poniendo paneles solares en las escuelas donde los maestros se comprometían con la iniciativa y otorgando becas de estudio a las niñas no mutiladas, algunas de las cuales se han licenciado en periodismo, enfermería y filología, y se han convertido en líderes de su comunidad (02/06/16).

  • Así lo revela una encuesta encargada por la organización Amnistía Internacional
  • España es el país cuya población apoya más el acceso al asilo
  • Una de cada 10 personas del mundo permitiría la estancia de refugiados en su casa
  • Los gobiernos no están a la altura de sus ciudadanos, concluye la ONG

La activista hondureña Berta Zúñiga Cáceres ha recalcado exige una comisión independiente que investigue el asesinato de su madre, la líder indígena y activista Berta Cáceres, así como el de otros cuatro miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), que luchaban contra los diversos proyectos extraccionistas concedidos por el Gobierno de Juan Orlando Hernández en los últimos siete años.

¿Quién es María Teresa Asplund? Una mujer negra con el puño en alto se encara a tres neonazis durante una manifestación. Un fotógrafo, David Lagerlöf, capta el momento y la imagen se convierte en un fenómeno viral poco después. Ocurrió el domingo, 1 de mayo, en la localidad sueca de Borlänge. Y esa mujer es Tess Asplund, de 42 años.

Una imagen vale más que mil patadas, puñetazos, golpes, cañonazos. Imágenes de gestos claros, acuñadas como símbolos en el momento preciso,  son armas poderosas y perennes.

Pasó en Suecia este fin de semana. Pasó en 1989 en la plaza de Tiananmen, Pekín, cuando un hombre solo detuvo una columna de tanques chinos. Las han protagonizado personajes como el Ché o Mandela, o niños como Aylan Kurdi, el pequeño refugiado sirio muerto en una playa turca. Arraigan en el imaginario y a ellas solo pueden oponerse otros símbolos de igual poder.