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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha subrayado que su Gobierno no busca "la colisión con Europa", sino que quiere "acabar con las mentalidades y las prácticas que han llevado al traste a nuestro país". El líder del izquierdista Syriza ha confirmado la solicitud de un nuevo programa de rescate a través del fondo de rescate permanente (MEDE), donde --según su esbozo de las bases de esa petición-- se insistiría en las propuestas de semanas pasadas: reformas que "redistribuyan los esfuerzos y las cargas", un plan que fomente "el crecimiento rápido" y "un diálogo inmediato sobre la sostenibilidad de la deuda griega", que -ha añadido- no debe ser un "tabú". 

El debate parlamentario en Estrasburgo que ha seguido a la intervención de Tsipras ha puesto en evidencia divisiones claras entre los distintos grupos de la Eurocámara. Dentro del Grupo popular, Esteban González-Pons ha preguntado al líder heleno sobre el destino del "dinero prestado a Grecia por los españoles", después de que Tsipras asegurara en su discurso que "las ayudas que se han dado hasta ahora [a Grecia], nunca, nunca han llegado al ciudadano griego. Sirvieron para pagar a los bancos europeos". Por su parte, la socialista española Iratxe García Pérez ha mostrado su solidaridad con el pueblo griego y ha pedido al primer ministro griego y al resto de dirigentes europeos que "dejen de lado sus intereses partidistas", porque "no hay tiempo que perder en reproches, hay que actuar ya". "Hay todavía espacio para el acuerdo, con soluciones justas, y hay que intentarlo. No nos hagan sentir vergüenza del momento que estamos viviendo". El líder de Podemos y eurodiputado del Grupo Izquierda Unitaria Europea, Pablo Iglesias, ha argumentado que "Europa no está siendo destruida porque haya ciudadanos que desaprueban las medidas de las instituciones y el FMI". "No destruye Europa quien convoca un referéndum, sino el autoritarismo financiero, la arrogancia alemana y la incapacidad de los gobernantes de defender a sus pueblos", ha opinado el político español, quien ha resumido que "defender Grecia es defender la dignidad de Europa".

Las dos próximas semanas vuelven a ser clave para Grecia y la zona euro. La permanencia del país en la unión monetaria y las reformas que podría acometer son dos de los asuntos que marcarán la agenda de los socios europeos. Nueva cumbre europea y cuenta atrás para Grecia y los acreedores internacionales, sobre la mesa reformas a cambio de más ayuda. Los expertos creen necesarias reformas estructurales que afectan al funcionamiento de los mercados porque muchos sectores en Grecia no tienen apenas competencia, funcionan de forma oligopolística. Instan a reducir el déficit público, con cambios estructurales para crecer y obtener recaudación y devolver la deuda que debe a los acreedores. En Grecia, una mayoría de los ciudadanos aboga por la permanencia en la unión monetaria. Las encuestas dicen que entre el 70 y el 75% de los griegos quieren seguir en el euro, pero no a cualquier precio. La nueva fecha límite, el 20 de julio, cuando Grecia deberá pagar casi 3.500 millones de euros en vencimientos de deuda al BCE, que es ahora mismo quien evita la asfixia financiera del país. 

Más de tres millones de griegos, más de una cuarta parte, se han quedado sin atención sanitaria en los últimos 7 años y con el corralito, su situación se ha agravado. En el octavo día de corralito, algunos farmacéuticos han denunciado la escasez de medicamentos. Y en los hospitales, la falta de material quirúrgico también está retrasando las operaciones. 

El primer ministro griego Alexis Tsipras afronta la recta final de una negociación que puede marcar el futuro de su país. Pese a su soledad, sabe que cuenta todavía con algunas bazas. El principal, el rotundo respaldo que le otorgaron los griegos en el referéndum del domingo. Un 61% de los votantes rechazaron la última propuesta de los acreedores y, aunque ello no otorgue un salvoconducto, tampoco puede ser ignorado por el resto de socios. El primer ministro griego, además, acude a Bruselas con el mandato de las principales fuerzas políticas de su país, todos salvo neonazis y comunistas, para intentar cerrar cuanto antes un acuerdo con los acreedores. Tsipras volverá a insistir en la necesidad de reestructurar la deuda griega e incluso de proceder a una nueva quita. Llevará bajo el brazo el informe emitido por el Fondo Monetario Internacional, la semana pasada, en similares términos. El último as en la manga de los negociadores griegos es el miedo a lo desconocido. La zona euro está mucho mejor pertrechada que en 2010 para afrontar un Grexit pero nadie puede asegurar que todo seguiría igual.

Una cara nueva, la de Euclides Tsakalotos. Es el recién estrenado ministro de Finanzas heleno, el sustito de Yanis Varufakis, el que presenta al Eurogrupo la última hoja de ruta de Alexis Tsipras para esquivar la quiebra de Grecia. Tsakalotos, mucho más discreto que su predecesor, nació en Holanda hace 55 años en el seno de una rica familia: de ahí el apodo de "aristócrata rojo". Formado en Reino Unido, estudió en Oxford, y llegó a Grecia en los 90. Forma parte del núcleo de Syriza desde sus inicios y se le ubica en el ala más a la izquierda. Ahora el nuevo ministro griego, de nombre Euclides como el matemático que sentó las bases de la geometría, deberá confirmar si la recta es o no la distancia más corta entre dos puntos.

Europa retoma las negociaciones en busca de una solución. Se celebra una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, y una reunión del Eurogrupo. La apuesta porque Grecia siga en el euro es unánime. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado ante el Parlamento Europeo que está en contra de la salida de Grecia de la moneda única.

Con una nueva cumbre europea en el plano político, en el financiero Grecia afrontará en cuestión de 15 días el pago de casi 6.500 millones en vencimientos de deuda. Los dos primeros son letras del tesoro de 2.000 y 1.000 millones de euros respectivamente. El pago depende de los bancos griegos, los únicos compradores de deuda del país y por tanto, de la ayuda de liquidez de emergencia que les provee el Banco Central Europeo. El impago en ambos casos sí se considería un 'default'. Aunque es el 20 de julio la fecha cumbre: Grecia debe afrontar dos pagos de casi 3.500 millones en total al BCE. Si no los hace efectivos,las agencias de calificación crediticia no las consideran como impago pero podría hacer peligrar la línea de asistencia de Fráncfort de la que tanto dependen los bancos griegos.

La victoria del 'no' deja a  Grecia  en una encrucijada económica más difícil aún que la que tenía. Ya está en situación de mora con el FMI y ahora necesita más de 6.800 millones de euros para distintos vencimientos en este mes. Los economistas destacan la urgencia de un tercer rescate, una opción que ha descartado Alemania. La prioridad, para los ciudadanos, es que el Gobierno pague a los pensionistas y a los proveedores, a los que debe 7.000 millones de euros. La mayoría quiere que el país siga en el euro, pero creen que a corto plazo, la economía de los hogares no va a mejorar. Algunos expertos creen que Grecia debería poner en marcha un nuevo programa de reformas que la UE debería supervisar de cerca, para evitar que descarrille como los anteriores. La Eurozona se mantiene en vilo. Algunos hacen ya cuentas de lo que puede costar la salida de Grecia del euro. Según el Royal Bank of Scotland el impacto económico de un 'Grexit' se acercaría a los 250.000 millones de euros. 

  • Gane el 'sí' o el 'no' en la consulta, el país estará en una situación complicada
  • Los acreedores y las autoridades griegas difieren en lo que está en juego
  • La UE insiste en que se decide la permanencia del país en la eurozona
  • Atenas asegura que se vota sobre la continuidad de la austeridad
  • Las consecuencias de ambos resultados pueden ser múltiples

Miles de pensionistas hacen cola desde primeras horas ante el millar de sucursales bancarias que abren sus puertas de este miércoles para abonar parte de las pensiones a aquellos jubilados que, al no disponer de tarjetas para utilizar los cajeros automáticos, no han podido sacar efectivo desde que cerraron los bancos el lunes pasado por la imposición del control de capitales, el llamado corralito. Los bancos han abierto sólo para los jubilados y estarán cerrados para el resto del público hasta el próximo martes.

"Le sugerí a Alexis Tsipras que aceptara la propuesta de las instituciones". La afirmación del viceprimer ministro griego en una entrevista en la televisión pública, evidencia que hay sensibilidades distintas en el Gobierno de Atenas. 

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, estaría dispuesto a aceptar el grueso de las exigencias planteadas por los acreedores en su última oferta -publicada el domingo pasado-, que une la propuesta de reformas presentada el viernes con la posibilidad de reestructurar la deuda griega. Así se desprende del contenido de la carta enviada el martes por el líder griego a las instituciones -Comisión Europea, BCE y FMI- y que el Eurogrupo volverá a analizar con detenimiento este miércoles. Así, en la modificación del IVA, se aceptaría la última propuesta de las instituciones con la única condición de mantener el descuento del 30% que se aplica actualmente en las islas. Respecto a las pensiones, convertido en el gran escollo de las negociaciones, Tsipras transige con las exigencias, pero pide que el atraso de la edad de jubilación empiece a elevarse gradualmente a partir del próximo octubre -en lugar de inmediatamente, como pedía la antigua troika- y se complete en 2022 (al principio, Atenas proponía 2025).