La morosidad del sistema financiero cae medio punto hasta el 11,42% en mayo, la más baja en dos años
- Los créditos morosos se sitúan en 154.207 millones, 7.408 menos que en abril
- Se reduce el endeudamiento de familias y empresas hasta 1,349 billones
Tras dos semanas de corralito, los ciudadanos griegos han cambiado su arraigada costumbre de pagar principalmente en metálico para hacerlo con tarjeta. Las compras con dinero de plástico han aumentado más de un 50% en las últimas semanas, según los comerciantes.
La historia de Giorgos Chatzifotiadis se ha hecho viral. Este jubilado de 77 años rompía a llorar desconsolado tras recorrer varios cajeros de Tesalónica intentando cobrar sin conseguirlo la pensión de su mujer. La noticia la dio a conocer un empresario australiano de origen griego, quien descubrió que el jubilado había sido compañero de estudios de su padre. La campaña de solidaridad que puso en marcha ha convertido a Giorgos en un icono de la crisis griega. Mucho más anónimos son los miles de jubilados que hoy han acudido a cobrar su paga semanal de 120 euros. La decisión de alargar hasta el próximo lunes el corralito está provocando muchas dificultades en todas las capas sociales. Los alcaldes de 20 municipios se han reunido en Atenas para coordinarse ante la falta de liquidez, porque aseguran que se enfrentan a graves dificultades económicas. Especialmente graves son los problemas que afectan al tejido productivo del país. El control de capitales perjudica tanto a los fabricantes como a los distribuidores y muchas empresas han optado por dar excedencia a sus trabajadores. El gobierno niega que exista escasez en productos de primeras necesidad pero el Defensor del Consumidor ya ha pedido a las empresas de agua, gas y electricidad que no corten el suministro a los hogares mientras dure el cierre de bancos.
Viven en el barrio de Peristeri, al noroeste de Atenas. Se llaman Dimitris y Tavizá y la semana que viene dejarán esta casa porque no pueden pagar los 270 euros del alquiler. Se marchan a la isla de Naxos a vivir con los padres de él, que se quedó en paro hace dos meses y no encuentra nada. Ella trabaja de camarera en un café. Le pagan tres euros por hora cuatro días a la semana.
Para el presidente del Gobierno afirma sobre la propuesta de Atenas que "la musica es distinta a la de hasta ahora y eso es positivo, la letra la veremos el jueves. Yo espero que se hagan las cosas bien. Han perdido mucho el tiempo en los últimos meses".
A la patronal griega le preocupa la posibilidad de que el IVA de los hoteles suba del 6,5% 13%, aunque no crean que eso lo vaya a pasar de manera inminente. Mientras, los turistas no se plantean dejar de venir a Atenas en estos días difíciles.
Desde hace tiempo la situación en Grecia no es fácil. "La situación ha cambiado esta semana. Los bancos ya no dan dinero y es lógico que la gente no venga a recoger su ropa", dice la propietaria de una tintorería de Atenas. En una casa de apuestas, mientras, estaban más atentos de Tsipras que del último resultado del Olimpiakos. Aquí también se ha hundido el negocio, como en los mercados de la capital. Y mientras, este miércoles, sigue el corralito.
Grecia ha pedido de manera formal un tercer rescate al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permantente europeo, por un período de tres años. A cambio, Atenas ofrece poner en marcha "desde principios de la próxima semana" medidas relacionadas con la reforma fiscal y el sistema de pensiones.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha subrayado que su Gobierno no busca "la colisión con Europa", sino que quiere "acabar con las mentalidades y las prácticas que han llevado al traste a nuestro país". El líder del izquierdista Syriza ha confirmado la solicitud de un nuevo programa de rescate a través del fondo de rescate permanente (MEDE), donde --según su esbozo de las bases de esa petición-- se insistiría en las propuestas de semanas pasadas: reformas que "redistribuyan los esfuerzos y las cargas", un plan que fomente "el crecimiento rápido" y "un diálogo inmediato sobre la sostenibilidad de la deuda griega", que -ha añadido- no debe ser un "tabú".
El debate parlamentario en Estrasburgo que ha seguido a la intervención de Tsipras ha puesto en evidencia divisiones claras entre los distintos grupos de la Eurocámara. Dentro del Grupo popular, Esteban González-Pons ha preguntado al líder heleno sobre el destino del "dinero prestado a Grecia por los españoles", después de que Tsipras asegurara en su discurso que "las ayudas que se han dado hasta ahora [a Grecia], nunca, nunca han llegado al ciudadano griego. Sirvieron para pagar a los bancos europeos". Por su parte, la socialista española Iratxe García Pérez ha mostrado su solidaridad con el pueblo griego y ha pedido al primer ministro griego y al resto de dirigentes europeos que "dejen de lado sus intereses partidistas", porque "no hay tiempo que perder en reproches, hay que actuar ya". "Hay todavía espacio para el acuerdo, con soluciones justas, y hay que intentarlo. No nos hagan sentir vergüenza del momento que estamos viviendo". El líder de Podemos y eurodiputado del Grupo Izquierda Unitaria Europea, Pablo Iglesias, ha argumentado que "Europa no está siendo destruida porque haya ciudadanos que desaprueban las medidas de las instituciones y el FMI". "No destruye Europa quien convoca un referéndum, sino el autoritarismo financiero, la arrogancia alemana y la incapacidad de los gobernantes de defender a sus pueblos", ha opinado el político español, quien ha resumido que "defender Grecia es defender la dignidad de Europa".
Las dos próximas semanas vuelven a ser clave para Grecia y la zona euro. La permanencia del país en la unión monetaria y las reformas que podría acometer son dos de los asuntos que marcarán la agenda de los socios europeos. Nueva cumbre europea y cuenta atrás para Grecia y los acreedores internacionales, sobre la mesa reformas a cambio de más ayuda. Los expertos creen necesarias reformas estructurales que afectan al funcionamiento de los mercados porque muchos sectores en Grecia no tienen apenas competencia, funcionan de forma oligopolística. Instan a reducir el déficit público, con cambios estructurales para crecer y obtener recaudación y devolver la deuda que debe a los acreedores. En Grecia, una mayoría de los ciudadanos aboga por la permanencia en la unión monetaria. Las encuestas dicen que entre el 70 y el 75% de los griegos quieren seguir en el euro, pero no a cualquier precio. La nueva fecha límite, el 20 de julio, cuando Grecia deberá pagar casi 3.500 millones de euros en vencimientos de deuda al BCE, que es ahora mismo quien evita la asfixia financiera del país.
Más de tres millones de griegos, más de una cuarta parte, se han quedado sin atención sanitaria en los últimos 7 años y con el corralito, su situación se ha agravado. En el octavo día de corralito, algunos farmacéuticos han denunciado la escasez de medicamentos. Y en los hospitales, la falta de material quirúrgico también está retrasando las operaciones.
El primer ministro griego Alexis Tsipras afronta la recta final de una negociación que puede marcar el futuro de su país. Pese a su soledad, sabe que cuenta todavía con algunas bazas. El principal, el rotundo respaldo que le otorgaron los griegos en el referéndum del domingo. Un 61% de los votantes rechazaron la última propuesta de los acreedores y, aunque ello no otorgue un salvoconducto, tampoco puede ser ignorado por el resto de socios. El primer ministro griego, además, acude a Bruselas con el mandato de las principales fuerzas políticas de su país, todos salvo neonazis y comunistas, para intentar cerrar cuanto antes un acuerdo con los acreedores. Tsipras volverá a insistir en la necesidad de reestructurar la deuda griega e incluso de proceder a una nueva quita. Llevará bajo el brazo el informe emitido por el Fondo Monetario Internacional, la semana pasada, en similares términos. El último as en la manga de los negociadores griegos es el miedo a lo desconocido. La zona euro está mucho mejor pertrechada que en 2010 para afrontar un Grexit pero nadie puede asegurar que todo seguiría igual.
Una cara nueva, la de Euclides Tsakalotos. Es el recién estrenado ministro de Finanzas heleno, el sustito de Yanis Varufakis, el que presenta al Eurogrupo la última hoja de ruta de Alexis Tsipras para esquivar la quiebra de Grecia. Tsakalotos, mucho más discreto que su predecesor, nació en Holanda hace 55 años en el seno de una rica familia: de ahí el apodo de "aristócrata rojo". Formado en Reino Unido, estudió en Oxford, y llegó a Grecia en los 90. Forma parte del núcleo de Syriza desde sus inicios y se le ubica en el ala más a la izquierda. Ahora el nuevo ministro griego, de nombre Euclides como el matemático que sentó las bases de la geometría, deberá confirmar si la recta es o no la distancia más corta entre dos puntos.
Europa retoma las negociaciones en busca de una solución. Se celebra una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, y una reunión del Eurogrupo. La apuesta porque Grecia siga en el euro es unánime. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha afirmado ante el Parlamento Europeo que está en contra de la salida de Grecia de la moneda única.