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El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha anunciado ante el pleno de la Eurocámara que presentará "pronto" opciones para introducir los eurobonos. No obstante, ha aclarado que la emisión de deuda respaldada por todos los países de la eurozona no constituye una "solución inmediata" a la actual crisis porque "llevará tiempo". La prioridad ahora, ha sostenido Barroso, es que Grecia cumpla el plan de ajuste al que se ha comprometido y que el resto de Estados miembros ratifiquen en septiembre el acuerdo del 21 de julio para flexibilizar el fondo de rescate de 440.000 millones, de forma que pueda comprar bonos en los mercados secundarios.

El vicepresidente del gobierno balear y consejero de Economía, Josep Ignasi Aguiló, afirma que la situación económica de las islas "exige" el plan de ajuste puesto en marcha por el presidente Bauzá. "Es muy riguroso porque la situación lo exige", explica. El paquete de medidas contempla la eliminación de los 89 liberados sindicales institucionales y de las subvenciones procedentes del Fondo de Acción Sindical. Para Aguiló, estos recortes no ponen en peligro la acción sindical, que, a su juicio, se podrá llevar a cabo sin problemas (14/09/11).

Encontrar el camino correcto, una fórmula satisfactoria para todos porque una eventual quiebra griega tendría "severas consecuencias" para todos. Lo ha dicho Angela Merkel después de reunirse con el primer ministro finlandés, uno de los más escepticos con Grecia. Tanto que pidieron garantías extra a Atenas. Frente a todos los rumores, el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, califica de irresponsables a los que siguen hablando de suspensión de pagos en Grecia.

Los examinadores de la 'troika' -Comisión Europea, Banco Central y FMI- han retrasado hasta el lunes su visita a Atenas prevista para el miércoles. Mientras, Bruselas ha enviado a otro equipo para reorientar al gobierno griego sobre cómo utilizar mejor el dinero de las ayudas.

Otro punto caliente es la economía italiana. Europa confía en el plan de ajuste de Berlusconi. Fundamental -dicen Van Rompuy y Barroso- para garantizar la estabilidad y supervivencia de la Eurozona. Y a otro de los paises rescatados, a Portugal -que ya ha recibido un nuevo tramo de ayuda-, Bruselas y el FMI le piden más esfuerzo: nuevas medidas para ahorrar otros 1.000 millones de euros.

Europa y Atenas buscan una solución para evitar que Grecia se declare en quiebra. El Gobierno griego sigue esforzándose en tomar medidas de última hora para tapar agujeros financieros y, de paso, convencer a sus socios europeos y al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que hace lo posible para reducir el déficit y de que el país aún puede salvarse de la bancarrota. Mientras, los líderes de la Unión Europea en general, y Angela Merkel en particular, sacan la cara por Atenas, y subrayan una y otra vez que Grecia no caerá. En busca de nuevas soluciones la canciller alemana, el presidente francés y el primer ministro griego se reunirán este miércoles mediante una videoconferencia. En esa política de mostrar que hace los deberes para recortar gastos, el Ministerio de Finanzas de Grecia ha ordenado este martes a 151 empresas con participación estatal reducir sus plantillas en un 10%. En total, unas 20.000 personas.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha tratado de nuevo de calmar a los mercados en un fugaz y polémico viaje a Bruselas y Estrasburgo en el que logró palabras de confianza de los dirigentes de las instituciones europeas en una nueva jornada turbulenta para la economía italiana, cuya prima de riesgo ha subido hasta los 390 puntos básicos. Tanto en Bélgica como en Francia, el mandatario italiano ha restado peso a la zozobra de la economía de la república al señalar que "el problema no es de Italia sino de la credibilidad europea" y que la bases económicas de su país son "muy buenas". "El déficit público es el segundo más bajo de la UE tras el alemán, las familias italianas están ahorrando y las empresas conteniendo su déficit", ha asegurado.

La volatilidad ha reinado en las bolsas europeas que comenzaban la sesión con alzas, luego volvían a los números rojos y que han acabado con fuertes ganancias, sobre todo en Madrid, que ha liderado las ganancias en el Viejo Continente. Atenas sigue siendo el epicentro de los vaivenes de la economía europea, que teme una quiebra parcial del país. Pero este martes, la canciller alemana, Angela Merkel, ha negado la insolvencia de Grecia en varias ocasiones. Estas declaraciones, unidas a los rumores sobre un posible anuncio de Merkel y Sarkozy para solucionar la crisis griega, han impulsado al alza los mercados. Casi todos los parqués europeos han cerrado con mucha fuerza. Algunos por encima del 2%, como el Ibex-35 del parqué madrileño, que ha avanzado un 2,53% y ha recuperado el soporte de los 7.800 puntos (7.834,20). Las pérdidas acumuladas desde enero descienden ahora hasta el 20,54%. Tras el selectivo español, el mejor de todos, se ha colocado el de Milán, con un repunte del 2,19%. Y eso a pesar de la mala subasta de deuda que ha celebrado este martes el país transalpino, en la que Roma ha ofrecido el mayor interés de la era euro. El mismo camino seguían Fráncfort, que lograba un repunte del 1,85%; Londres, un 0,87%; París, un 1,41% y Lisboa, un 0,63%. Atenas ha caído un 0,51%.

En medio del espasmo financiero, llegó Obama a hurgar en la herida europea. El presidente de Estados Unidos dice que es necesaria la coordinación de las políticas fiscales europeas para hacer frente a la crisis de la deuda. Y añade que, aunque el foco inmediato está en Grecia, el mayor problema estará en España e Italia si los mercados siguen arremetiendo contra ellos. La ministra Elena Salgado no ha querido opinar esta mañana sobre lo manifestado por Obama.

Y, desde la libertad que dice tener por ausencia de responsabilidades políticas, el expresidente del Gobierno de España, Felipe González, ha pedido a la Unión Europea que haga un diagnóstico con el grado de alarma que la situación exige. "Estamos al borde del precipicio, ¿por qué no decir que estamos al borde del precipicio? ¿O es que tenemos que saltar por encima del precipicio para reaccionar?", ha asegurado González, para quien Europa está mal y está reaccionado agónicamente.

Los rumores sobre un posible anuncio de Merkel y Sarkozy para solucionar la crisis griega han impulsado al alza los mercados, pero el CAC 40 parisino sigue en rojo tras el desmentido oficial del Elíseo. Se especulaba con una posible quita de la deuda griega, lo que supondría una quiebra ordenada de Atenas, aunque tampoco puede descartarse que el eje franco-alemán decida dar su bendición a los eurobonos para calmar los ataques al euro.

Las Bolsas europeas siguen en rojo por el temor a la quiebra griega pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, ha respaldado la solvencia de Atenas y ha llamado al orden a sus correligionarios para que las especulaciones no lastren la zona euro. Italia ha emitido deuda con una demanda muy baja y el interés más alto de la era euro, mientras su prima de riesgo supera los 400 puntos básicos, la de España se queda en torno a 370. La esperanza para la tercera economía de la zona euro es que China compre títulos de deuda, algo que podría aliviar la presión de los mercados.

José Ramón de Espínola, profesor de la cátedra Jean Monnet de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, cree que la suspensión de pagos de Grecia es "inevitable". En su opinión, Bruselas intenta demorar la quiebra para que los bancos europeos, sobre todo franceses y alemanes, ganen tiempo. Además, reclama "más Europa" para evitar el contagio de otros países (13/09/11).

La ecuación griega se complica y los líderes europeos tratan de despejar la mayor incógnita: si Atenas conseguirá pagar lo que debe. Van Rompuy augura tiempos difíciles, Trichet confía en que Grecia cumpla con sus compromisos de ajuste fiscal para seguir recibiendo ayuda, y Merkel y Durao Barroso guardan silencio después reunirse, aunque piden a todos los miembros de la Eurozona que aprueben la reforma del fondo de rescate.

Bruselas descarta la suspensión de pagos de Atenas. Pero los datos no despejan las dudas: un informe de la Comisión Europea asegura que el déficit griego se mantendrá por encima del 9% este año y el que viene. El primer ministro, Yorgos Papandreu, asegura que el país no caerá, que no habrá quiebra, y confirma que llegarán hasta el final con los ajustes necesarios.

Mientras, su secretario de Estado de Finanzas alerta de que las arcas públicas de Atenas se quedarán vacías en octubre y que sin ayuda, no podrán pagar pensiones ni sueldos de funcionarios. Los supervisores del rescate, los que deben aprobar el ansiado sexto tramo de ayuda para espantar el fantasma de la quiebra, vuelven el miercoles a Atenas.

Todo esto, un día después de que el Gobierno griego aprobase medidas extraordinarias: los alumnos de colegios, institutos y universidades tendrán que pagar los libros. Además, habrá un impuesto para todos los que tengan una propiedad inmobiliaria -unos 400 euros por una vivienda de 100 metros-.

El reloj no se detiene. A finales de octubre, los presupuestos griegos para el próximo año. El equipo de Papandreu ya ha empezado a buscar apoyos en el parlamento para sacarlos adelante.