Conseguir una entrada en un canal oficial para un gran concierto es, en ocasiones, misión imposible. Colas virtuales interminables que resultan infructuosas. Pero a los pocos minutos ya se revenden en Internet. Es la denuncia de las organizaciones de consumidores. El último ejemplo, los conciertos de Coldplay en Barcelona. La inmensa mayoría no consiguió entradas, pero a los pocos minutos ya se revendían, algunas a 1300 euros.
En España solo está prohibida la reventa en la calle, por eso las organizaciones de consumidores piden que se controle también online.
EFE/ Ismael Herrero