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A las ocho menos dos minutos, la hora exacta en la que explotaron las bombas en el aeropuerto de Zaventem, víctimas, miembros de los equipos de rescate, empleados del aeródromo y las más altas autoridades del país, han guardado un minuto de silencio frente a la sala de embarque. Allí, el marido de una de las víctimas, ha interpretado una canción y se han leído los nombres de las 15 personas de siete nacionalidades que murieron aquel día. El Rey Felipe, vestido de negro, ha depositado una corona de flores en nombre de la nación. En la estación de Metro de Maelbeek, donde ocurrió el segundo de los atentados, se ha guardado otro minuto de silencio a las nueve y once, la misma hora a la que ocurrió ataque. Todos los metros y autobuses urbanos han parado en señal de duelo. A continuación, los reyes han inaugurado un monumento en homenaje a las víctimas, situado cerca de las instituciones europeas. "Aprendamos a escucharnos mutuamente, a respetarnos y a corregir nuestras debilidades", ha pedido en francés, flamenco e inglés el Rey Felipe. Aeropuerto de Bruselas, hace un año.

Bélgica recuerda este miércoles a las víctimas de los atentados de Bruselas de hace un año. Murieron 32 personas y más de 320 resultaron heridas en ataques con bomba en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maelbeek. Unos atentados reivindicados por el Estado Islámico pero llevados a cabo por residentes belgas.

El país sigue viviendo en estado de vigilancia y donde más se advierte es en el distrito de Molenbeek, un barrio situado a diez minutos de la Grand Place de Bruselas. Muchos de los que participaron en los atentados vivieron o se prepararon allí.

Con 96.600 residentes y un 40% de población musulmana (de Turquía y Marruecos, sobre todo), es uno de los distritos más densamente poblados de Bélgica pero también uno de los más pobres. Su tasa de paro triplica la nacional.

La Policía, que ha allanado en el último año más de una cuarta parte de las viviendas del distrit9, calcula que existen 51 organizaciones con vínculos terroristas y un centenar están bajo sospecha.

En el último año, ningún presunto yihadista ha viajado a Siria e Irak desde Molenbeek. Un dato que ha animado a la Policía belga a pedir, no sin reticencias, que el plan antiterrorista llevado a cabo en este distrito se extienda a todo el país.

En Bélgica no hay ningún sorteo parecido a la Lotería de Navidad española, pero este año el organismo que tiene el monopolio de las loterías y juegos de azar ha sacado dos nuevos productos vinculados a las fiestas de Navidad. Son lo que en España conocemos como "rasca".
Uno, la diversión de la Navidad cuesta 2 euros y reparte cien premios de dos mil euros.

El otro, el calendario millonario, es un cartón que cuesta 20 euros con 24 casillas para rascar, una cada día entre 1 y el 24. Hay premios diarios y uno, el gordo, de 1 millón, el día de Navidad. Una cantidad, no muy grande en comparación con lo que reparten algunos otros sorteos, juegos en línea o rascas que hay a lo largo del año, como la Lotto, que habrá un sorteo extraordinario, o el Euromillón.

En octubre, un ciudadano belga ganó 168 millones con el Euromillón. Dijo que lo compartiría con los más necesitados. Los medios de comunicación se vieron desbordados con las peticiones.