Sacar del cesto las manzanas podridas y quitarles el gusano para que no contaminen a las sanas. Esa es la idea que inspira la sociedad gestora de activos, el llamado banco malo que tendrá una vida de 15 años. De los más de 300 mil millones de euros que la banca tiene en ladrillo, más del 60% corresponden a créditos problemáticos, un lastre para la concesión de nuevos préstamos.
El banco malo comprará los activos tóxicos por menos de lo que aparece en sus balances. El precio lo marcará el Banco de España y la intención es que tenga el menor coste para el contribuyente. Con un gran descuento, perderían los bancos y tendrían más difícil remontar. Si la rebaja se queda corta, el perjudicado sería el banco malo y en última instancia los ciudadanos Lo cual no quiere decir que el Estado luego cuando venda no vaya a recuperar lo que ha pagado, porque una cosa es que si los sacas de golpe los precios se hunden y otra cosa es que si el Estado una vez que los adquiere se toma quince años para venderlos los precios no sean ya otros.
Otros países han creado bancos malos. En Alemania cada entidad creó el suyo y se aplicó muy poca rebaja. El banco malo irlandés, que dos años después de crearse genera beneficios, aplicó rebajas de casi un 60%
