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Cuando saquemos dinero de un cajero ajeno a nuestro banco sólo podrán cobrarnos una comisión: la de la entidad propietaria de nuestra tarjeta. El banco dueño del cajero cobrará al nuestro una comisión que luego este podrá o no repercutirmos. Antes de sacar dinero nos tendrán que informar de cuál es esa comisión, porque nuestro banco no podrá trasladarnos más de esa cantidad.