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La Audiencia Nacional juzga desde hoy a dos presuntos etarras por el atentado contra el periodista vasco, Gorka Landaburu, hace 11 años. Le enviaron una carta bomba que le causó graves lesiones. La fiscalía pide 23 años de cárcel para cada uno de los acusados.

Una cadena de atentados cometidos en Colombia en apenas 48 horas ha causado 18 muertos y 77 heridos. El gobierno culpa a las FARC; el presidente Santos a la guerrilla de hipocresía porque habla de proceso de paz pero sigue atentando.

Una oleada de tres atentados con bomba, que fueron atribuidos a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), causaron 18 muertos y 77 heridos en distintos lugares de Colombia en menos de 24 horas.

Esas acciones terroristas llevaron al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, a cambiar su agenda y visitar el lugar donde tuvo lugar el atentado más mortífero: Tumaco, un puerto marítimo sobre el Pacífico, en el suroeste del país.

Allí, una bicicleta bomba estalló el miércoles por la tarde frente a una estación policial y causó 11 muertos y 61 heridos entre uniformados y civiles.

Los otros dos atentados tuvieron lugar en Villa Rica, en el departamento del Cauca, donde hubo seis muertos y 12 heridos; y en Cajamarca, en el Tolima, con una mujer muerta y otros cuatro heridos.

Al menos 31 personas han muerto y 60 han resultado heridas al estallar un coche bomba durante la celebración del funeral de un ciudadano chií en el sur de Bagdad, según ha informado a Efe una fuente de la Policía iraquí. Un terrorista suicida conducía el vehículo y lo ha hecho explotar contra los asistentes a las exequias, en un nuevo atentado contra la comunidad chií, blanco de sangrientos ataques desde diciembre pasado.

La explosión ha tenido lugar cerca de un mercado y un hospital en la zona de Zafaraniya, en el sur de la capital, y ha causado importantes daños materiales a los edificios y coches de los alrededores. La fuente ha explicado que el funeral era de un ciudadano de confesión chií que había fallecido la víspera.

Los cuerpos de seguridad han acordonado la zona ante el temor a nuevos ataques y trasladan en estos momentos a los heridos a un hospital cercano.

El ataque se produce un día después de que 10 personas de una misma familia murieran en la capital iraquí. El jueves se produjeron atentados también en Kirkuk y Mosul, en un repunte de la violencia que coincide con la crisis política entre chiíes y suníes en el país.

Al menos siete personas han muerto y otras 35 han resultado heridas este martes por la explosión consecutiva de dos coches-bomba en el barrio de mayoría chií de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, ha informado a Efe una fuente policial.

Un vehículo ha estallado en la plaza de Masfar, a la entrada de Ciudad Sadr y lugar habitual de concentración de los seguidores del bloque político Al Sadr, leal al clérigo radical chií Muqtada al Sadr, y el otro en el centro de este distrito, según la fuente.

Las explosiones han causado abundantes daños materiales en edificios colindantes y en vehículo estacionados cerca. Los cuerpos de seguridad y varias ambulancias se han dirigido ya a los lugares de los ataques y están trasladando a los heridos a hospitales.

Esta madrugada han asesinado a otros 9 miembros de la comunidad cristiana en el norte de Nigeria y se han destruido varias iglesias. Se suman a los más de 200 muertos en las últimas 48 horas en una cadena de atentados cometidos por la secta islámica radical Boko Haram.

Según fuentes hospitalarias, podrían ser más de 160 los muertos, en varias explosiones y tiroteos obra de los integristas islámicos de la secta Boko Haram.

En Siria, el régimen de Bachar Al Asad insiste en que los culpables del ataque de ayer en el que murieron 9 personas, entre ellas un periodista francés, fueron terroristas. La Unión Europea y la Federación Internacional de Periodistas pide una investigación por lo sucedido, mientras Estados Unidos ha decidido reducir allí a su personal diplomático.