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La periodista japonesa Mika Yamamoto ha muerto en la ciudad de Alepo, al norte de Siria, mientras cubría los enfrentamientos entre grupos de rebeldes y de las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asadd. La reportera, de 45 años y que trabajaba para la agencia de noticias Japan Press, murió ayer en un hospital de Siria, al que fue trasladada tras ser herida en Aleppo, y tras confirmarse su muerte su cuerpo fue trasladado a un punto de control de la frontera con Turquía.

Un paralelo, el 38, divide en dos lo que antaño fue un solo país, hablamos de Corea del Norte y Corea del Sur, cuya frontera es siempre un punto caliente al que mirar con desconfianza (21/08/12).

En Siria ha muerto una periodista japonesa que se encontraba cubriendo el conflicto, según confirma a France Press la embajada japonena en París... Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama ha reconocido que no descarta una intervención militar en ese país si se usan armas químicas. Obama dice que si usan armas químicas no descarta intervenir militarmente, y ha advertido a los dos bandos implicados en el conflicto, gobierno y rebeldes, que no crucen la línea roja que supondría recurrir a las armas de destrucción masiva porque tendrá, ha dicho textualmente, enormes consecuencias. En Siria, continúan los bombardeos y el número de refugiados, según la ONU, supera ya el millón y medio.

Un tribunal chino ha condenado a la mujer del despuesto dirigente comunista Bo Xilai a la pena de muerte por el asesinato de un empresario británico. Gu Kailai no será ejecutada, sino que cumplirá cadena perpetua si tiene buen comportamiento. Se cierra así, de momento, el mayor escándalo político en China, de los últimos 20 años.

En cada una de las aulas de este colegio de Damasco viven entre 30 y 35 personas, es decir, varias familias. Aquí se refugian, huyendo de los combates. Según ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, hay 240.000 familias desplazadas que viven en centros comunitarios, lo que supone más de un millón y medio de personas.

Miramos a China donde hemos conocido la condena de Gu Kailai, condena de Gu Kailai, esposa del ex dirigente Bo Xilai, acusada de asesinar a un empresario británico. Un tribunal le ha impuesto una pena de muerte suspendida que en la práctica evita la ejecución y queda en cadena perpetua.

Hablamos de este asunto con Pablo Pareja, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pompeu Fabra y coordinador del máster de Relaciones Internacionales del IBEI. Pablo Pareja, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pompeu Fabra y coordinador del máster de Relaciones Internacionales del IBEI.

Dice que en este caso la lectura política no se puede evitar. " Bo Xilai iba a ser, según las quinielas, miembro del selecto grupo de nueve miembros que componen el Comité Permanente del Politburó y la condena de su mujer le anula políticamente".

En este caso se juntan muchos elementos, por una parte el asesinato en sí y por otro una disputa interna que es de bandos. Xilai era un importante exponente de la parte conservadora del Partido Comunista y en su caída hay un triunfo de los actuales dirigentes que se ven reforzados. "Será difícil para el país mantener el sistema actual tal y como lo conocemos pero de ahí a que haya una revolución es mucho decir" (20/08/12).

El tribunal intermedio de Hefei ha condenado a la esposa del ex alto dirigente chino Bo Xilai, Gu Kailai, a una pena de muerte suspendida, tras encontrarla culpable de asesinato premeditado del ciudadano inglés Neil Heywood.

La condena a muerte suspendida en China permite conmutar la pena capital por una de cadena perpetua si a lo largo de un periodo de tiempo determinado Gu muestra buen comportamiento.

Junto a Kailai, cuatro jefes de Policía han sido condenados por encubrimiento a penas de cinco a once años de prisión.

Según los relatos del caso, Kailai mató a Neywood en colaboración con su asistente, Zhang Xiaojun, después de que un ¿conflicto económico¿ acabara enfrentando al empresario con la abogada y su hijo Bo Guagua, actualmente estudiante y refugiado en EE.UU.

Ha ido a una mezquita para rezar por el fin del Ramadán, una fiesta que ha estado marcada por nuevos ataques durante la madrugada en varios lugares del país.

El presidente sirio, Bashar al Asad, ha hecho este domingo una de sus escasas apariciones públicas al participar en una mezquita en Damasco en la oración de Aid al Fitr, la fiesta del final de Ramadán, en un día en el que expira el mandato de los observadores internacionales de la ONU en Siria.

Los medios estatales han anunciado que Al Asad ha rezado en la mezquita de Al Hamd, ubicada en el barrio Al Muhayerin, en Damasco, junto a varios altos cargos del Estado y del partido gubernamental de Al Baaz.

En ese evento también han estado presentes el primer ministro sirio, Wael al Halqi, el presidente del Parlamento, Mohammed Yihad al Laham, y el secretario adjunto del partido gubernamental Al Baaz, Abdulah al Ahmar.

Las imágenes difundidas por la televisión estatal muestran al mandatario sirio en la primera fila de decenas responsables y ciudadanos sirios escuchando junto al mufti del país, Ahmed Hasun, el sermón del imán.

La fiesta del final del Ramadán en Siria coincide con la culminación a medianoche del domingo de la retirada de los observadores internacionales, aunque la ONU mantendrá una pequeña oficina política en Damasco.