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Los investigadores de la Guardia Civil al frente de la búsqueda del niño Gabriel Cruz han resumido los errores que cometió la asesina confesa, Ana Julia Quezada, y que condujeron a su detención.

"Acumulamos un cúmulo de incongruencias, movimientos extraños (...) como por ejemplo que apareciera la camiseta, las condiciones en que aparece, en una zona en la que ya se había buscado, la camiseta está seca y ella fue quien propuso buscar ahí (...) continuas mentiras (...) pérdidas de terminales telefónicos, contradicciones continuas, incluso movimientos muy extraños que no concuerdan con lo que le dice a la familia que va a hacer".

"Queríamos que cometiera el último error (...) y finalmente lo hizo la mañana del domingo cuando se vio un poco liberada", han explicado.

"La pena - ha añadido el mando - es que queríamos que nos llevar a una habitación donde estuviese gabriel y nos llevó al sitio donde estaba [el cadáver]".

Los mandos de la Guardia Civil que han explicado este jueves los pormenores de la operación de búsqueda del niño Gabriel Cruz han descrito a la detenida, Ana Julia Quezada, "desde un punto de vista policial", como "una persona con una frialdad máxima, con falta de preocupación sobre otras personas, posesiva, egocéntrica, y a la que circunstancias que le son negativas provocan ansiedad muy grande", además de "bastante manipuladora".

Los padres de Gabriel Cruz han denunciado el tratamiento por parte de algunos medios de comunicación de las informaciones sobre el caso al haber publicado "titulares que no fueron ciertos" y “la interferencia” que han provocado “en ocasiones” en la investigación, cuando la autora confesa del crimen, Ana Julia Quezada, salía a desplazarse y era seguida por los medios en los días previos a su detención.

La familia de un empresario de Burgos, ya fallecido, ha denunciado que Ana Julia Quezada, la detenida por la muerte del niño Gabriel Cruz que ha confesado el crimen, lo estafó cuando eran pareja. Su hija ha asegurado a TVE que en un viaje a República Dominicana que hicieron poco antes de su muerte compraron una propiedad por valor de más de 40.000 euros que pagó él.

Alberto López y Rosa Peral saldrán de la cárcel el viernes para declarar por la muerte de un vendedor ambulante durante la persecución policial del 9 de agosto de 2014 en Montjuic, en la que ambos participaron. Los dos están en prisión acusados de la muerte de la pareja sentimental de Rosa y compañero de Alberto, Pedro, también agente de la Guardia Urbana, que apareció carbonizado cerca del pantano de Foix en 2017. Según los investigadores, Pedro habría descubierto que eran amantes y los amenazó con revelar lo que sucedió durante la persecución al mantero. Según una interna, Rosa le contó que Alberto era capaz de matar por ella, lo que lleva a los investigadores a creer que el detenido habría lanzado al vendedor ambulente por un terraplén.

Los asesinatos de menores son considerados en el Código Penal español como homicidios agravados y las penas son más elevadas que en otros casos. Un crimen se considera agravado cuando hay alguna circunstancia agravante como alevosía. La única persona a la que se ha aplicado hasta el momento la prisión permanente revisable es el parricida de Moraña que acabó con la vida de sus hijas.

Los expertos aseguran que en más de la mitad de los crímenes de menores el agresor está en el entorno más cercano. Así ha ocurrido en el caso de Gabriel Cruz, en Almería, en el que la pareja del padre ha confesado haberlo matado. Otros casos recientes son el del padre de Moraña, que en 2015 degolló a sus dos hijas, y en Sevilla, el de Miguel Carcaño, el amigo de Marta del Castillo que acabó con su vida.