La construcción del Muro de Berlín comenzó a la una de la madrugada del 13 de agosto, en 1961. Decenas de miles de soldados de la República Democratica Alemana pasaron la noche y la mañana plantando postes de hormigón y tirando alambre de espino.
Un muro de 155 kilómetros para evitar la huida de la población del este comunista, hacia la properidad del oeste capitalista, impulsada por Estados Unidos y sus aliados occidentales como parte de la propaganda de la guerra fría.
Este sábado se cumplen 30 años de la caida del muro de Berlín, el emblema más significativo del telón de acero. El fin del muro abrió la puerta para que tuvieran lugar algunos de los cambios más significativos en la Europa de finales del siglo XX.
El Muro de Berlín fue un icono de la división por bloques en la Guerra Fría, pero no era el único. En 1989 había 16 muros en el mundo. Después de tres décadas, el número de barreras se ha multiplicado por tres.
Cuando cayó el Muro muchos creyeron que con él también caerían las divisiones. Pero 30 años después, otros muros siguen separando países y sociedades. Hoy hay 44 barreras en zonas fronterizas. Uno de los grandes argumentos es detener la inmigración. Fue una de las grandes promesas de Donald Trump que aseguró que ampliaría el muro de 1.100 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos. En Europa, desde 2015 se han levantado cientos de kilómetros de barreras en países como Austria, Bulgaria o Hungría tras la oleada de inmigrantes por la ruta balcánica. En el sur, 12 kilómetros de vallas y concertinas en Ceuta y Melilla tratan de impedir la entrada de inmigrantes.
"Son inútiles. porque cuando pones una valla, la gente agarra otro camino y otro flujo de refugiados", explica a TVE Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España.
El muro más largo - unos 2.700 kilometros - es el del Sahara Occidental. Lo construyó Marruecos para defenderse -decía- del Frente Polisario. También Israel usó la seguridad como argumento para levantar el muro de Cisjordania. Está formado por placas de hasta ocho metros de altura y, según algunas organizaciones internacionales, le ha permitido apropiarse ilegalmente de tierras palestinas.
Durante 28 años sólo las miradas podían atravesar el Muro de Berlín sin permiso. Cruzarlo sin papeles podía significar la muerte o pasar años en la cárcel. Por eso el Muro dejó una buena colección de imágenes de miradas y gestos a uno y otro lado. De familias que qudadron separadas. De los que se contaban algo a través del alambre de espino. De los que lloraban al verse y también de muchos, muchos pañuelos que se agitados al aire. Imágenes también de huídas angustiosas.
El Muro, que cayó ya hace 30 años, fue el icono de un mundo dividido por la Guerra Fría y por eso la imagen de su caída es quizá la que más subraya el significado de una Europa unida.
El Muro de Berlín cayó un 9 de noviembre de hace 30 años pero en realidad empezó a resquebrajarse antes. En septiembre fueron sólo mil, pero cinco lunes después en Leipzig cientos de miles de personas gritaban "Nosotros somos el pueblo". En Berlín, decenas de miles de personas salían también a la calle el 7 y el 8 de noviembre. El régimen intentaba liberar la olla a presión a través del portavoz que al día siguiente firmaría una de las meteduras de pata más afortunadas de la historia, al asegurar que se iban a permitir los viajes al extranjero "inmediatamente".
La RDA acababa de cumplir 40 años y el líder comunista Erich Honecker aseguró que duraría 100 años más. Pero la huída de los alemanes del Este a través, de Polonia, Checoslovaquia o Hungría, que cortaron sus alambradas en verano, ya parecía imparable.
Y seguían intentando saltar el Muro, por cualquier medio: en una canoa, en un ultraligero casero, a través de túneles o en escondrijos inverosímiles.
La mayoría sólo querían salir, visitar familiares y amigos y volver a trabajar al día siguiente como un día cualquiera.
¿Qué paso en Berlín el 9 de noviembre de 1989 para que el Muro cayera?
La mezcla de un gobierno desbordado, centenares de miles de manifestantes pidiendo libertad y la poca acertada comparecencia de un portavoz del ejecutivo fueron claves para que el Muro de Berlín, al igual que fue levantado, cayera en horas.
Todo vino a raiz de una decisión del gobierno de la República Democrática Alemana de dar más libertad a sus habitantes rebajando los requisitos para salir del país. Pero una confusión en los plazos de apertura al anunciar la medida hizo que centenares de miles de habitantes de Berlín Este se agolparan frente al muro pidiendo pasar al otro lado. A pesar de las órdenes del ejercito, que pedía a la gente que se retiraran en interés de su propia seguridad, éstos no lo hacen. La diferencia con otras ocasiones es que esta vez los tanques rusos no aparecen para sofocar la rebelión. Poco antes de la medianoche, la multitud fuerza la barrera animada por sus vecinos del oeste y cientos de miles de personas pasan al otro lado.
Hace 30 años, un 9 de noviembre, cayó el muro de Berlín, y con él terminó la guerra fría. Fue un día histórico que, quienes lo vivieron en persona, no olvidan.
TVE ha hablado con Sascha Moellering, de Berlín Oeste, y Dagmar Simdorn, que entonces vívía en el Este, dos de los testigos de aquella jornada. La madre de Sascha vio en televisión que ya no se necesitaban visados para cruzar el muro, y le animó a ir. "Cantaban, bailaban, el 'Da una oportunidad a la paz' de los Beatles", explica Moellering.
"Era como Alicia en el país de las maravillas", recuerda Dagmar, que ahora puede recorrer Berlín libremente.
La caída del muro de Berlín, hace 30 años, se precipitó gracias a la pregunta que el periodista italiano Riccardo Ehrman planteó en una rueda de prensa a las autoridades de la Alemania del Este. Eran las siete de la tarde del nueve de noviembre de 1989 (dos horas y media antes de que cayera el muro), y Ehrman preguntó en la rueda de prensa habitual del gobierno de la RDA cuándo se iban a autorizar los viajes al exterior. El responsable alemán, Günter Shabowski, respondió "inmediatamente", y esto precipitó la noticia y la reacción popular que acabó con el muro.
"El mismo Shabowski no sabía exactamente qué estaba pasando", reconoce Ehrman, quien fue corriendo a la comunicar la noticia a su agencia. "No me creyeron", asegura.
Un año después, cuando se firmó la reunificación de Alemania, apenas quedaban restos del muro. Aunque algunos defienden que hoy sigue habiendo un muro mental porque seis de cada diez alemanes del este dicen sentirse ciudadanos de segunda.
Berlín se prepara para la conmemoración del 30º aniversario de la caída del Muro. Una estructura de más de 150 kilómetros de largo y más de tres metros y medio de altura que estuvo en funcionamiento durante casi 30 años. Un tiempo en el que fueron muchas las personas que intentaron cruzarlo para huir de un régimen que se hundía económicamente. 200 murieron intentándolo y miles fueron arrestadas y condenadas a prisión por ello.
Para conmemorar este aniversario, la capital de Alemania está realizando diversas actividades. Entre ellas, la reapertura de uno de los túneles por el que los habitantes de la República Democrática Alemana intentaban llegar a la vecina República Federal.
Alemania celebra esta semana la caída, hace 30 años, del Muro de Berlín. Y antes de los actos conmemorativos del sábado, hoy han dado las gracias a Mijaíl Gorbachov, el último presidente de la Unión Soviética, que con sus decisiones, facilitó la reunificación alemana.
"No podíamos permitir una matanza. En un tema de tal magnitud para Alemania, para nosotros, para Europa. Para el mundo entero. Así que declaramos que no intervendríamos", ha declarado el expresidente soviético.
Gorbachov recibió en 1990 el Nobel de la Paz por reformas que permitieron acercar el Este y el Oeste. Y poner fin a la Guerra Fría. Como un decisivo tratado de Ddesarme nuclear firmado con Estados Unidos, al que ahora Trump y Putin han puesto fin.
Un resurgimiento de la tensión y la carrera armamentística que inquieta a Gorbachov a sus 88 años. "Las armas de destrucción masiva y, ante todo, las nucleares, son un peligro colosal. Todas las naciones, todas, tendrían que declarar que las armas nucleares deben destruirse".
Mientras Occidente alaba la apertura económica y política del bloque soviético que impulsó Gorbachov, en la Rusia de hoy es una figura controvertida y denostada por muchos. Le acusan de sumir al país en el caos tras el colapso de la Unión Soviética.
El 9 de noviembre se cumplen 30 años de la caída del Muro de Berlín. La canción de Nino Bravo "Libre", una rara avis en su discografía, homenajeaba al joven Peter Fechter, el primero de las casi trescientas personas que fueron abatidas cuando intentaban cruzar de una a la otra Alemania.
Berlín se prepara para celebrar el próximo 9 de noviembre la caída del Muro que dividía la ciudad en dos bloques antagónicos. Han pasado 30 años de aquel día histórico y muchas cosas han cambiado desde entonces.
Poco a poco se van renovando los principales cargos de los organismos europeos y este viernes le toca al Banco Central que, por primera vez en la historia, va a dirigir una mujer. Christine Lagarde comienza este viernes su mandato de ocho años, pero se ha anticipado en su nuevo rol para pedir a Alemania y a Holanda que inviertan más para ayudar al crecimiento económico en la zona euro, donde se avecina tormenta. Una época complicada para una "rara avis" en esto de las finanzas.
Visitamos esta localidad situada en Baden-Württemberg, uno de los 16 estados federados de Alemania. La guía Marion Hoffman nos explica la historia de amor o no amor entre dos de los músicos alemanes más importantes del siglo XIX Clara Schumann y Johannes Brahms. Además, como siempre, traemos música del lugar que visitamos; el cantante Max Giesinger nació en Baden-Württemberg.
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