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Animales bajo la lupa

  • Más de 800.000 experimentos se hicieron con animales en 2015.
  • El 80% de los animales de laboratorio son roedores.
  • Hay quienes critican esta práctica, pero los científicos alertan de que prohibirla sería un retroceso para la ciencia.

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La investigación científica con animales es una práctica que se realiza desde hace cientos de años. Adelantos médicos como las vacunas, o la cura de varias enfermedades han sido posibles gracias a ello. Hoy, en Europa, la legislación es estricta y se siguen unos protocolos muy controlados.

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Toda investigación con animales requiere un proyecto que debe ser aprobado por un comité ético. Allí se analiza que se siga estrictamente el principio de las tres R’s: Reducción (utilizar el mínimo número de animales posible), Refinamiento (velar en todo momento porque el animal no sufra, o sufra lo menos posible), y Reemplazo (si se puede hacer sin animal, mucho mejor).

Para los grupos de defensa de los animales esto no es suficiente. Quieren que dejen de usarse animales en los laboratorios y para ello exigen más inversión en métodos alternativos.

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Lo cierto, según la comunidad científica, es que hoy en día no existen métodos alternativos lo suficientemente eficaces para abandonar las técnicas de experimentación animal. Sobre todo, en el caso del estudio de algunas enfermedades concretas en donde conviene entender el funcionamiento o diseminación de esa enfermedad en un organismo completo.

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Lo que sí está prohibido en Europa, es la experimentación con animales para productos cosméticos, así como los experimentos biomédicos con grandes simios (a excepción del estudio de enfermedades muy agresivas para el hombre como el Zica o el Ébola).

Sin embargo los expertos avisan: el cáncer, el VIH, el alzhéimer, o el autismo, requieren todavía de la utilización de animales para conseguir encontrar una cura.

Es un reportaje de Virginia Solà

Imagen: Nicolás Sánchez, Ramón Dorado y Sara Boldú

Edición: Toni Tomàs, Luigi Salvatore y Javier Alcázar

Sonorización: David Beltran

Ambientación Musical: Gerard Gual