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Mientras los Bancos de Alimentos están desbordados, otros tiran la comida.

Comida de sobras

  • En los hogares sin crisis se tira a la basura el 42% de los alimentos
  • La demanda de alimentos por parte de entidades benéficas ha crecido un 30%
  • Muchas personas han pasado de ser clase media a solicitar ayuda para comer

Por
Repor - Comida de sobras

“Comida de sobras” se emite el próximo lunes 10 de diciembre en el Canal 24 Horas y el martes 11 en La 1 de TVE. Es un reportaje de Glòria Espelleta y Toni Mateo

En España, 9 millones de toneladas de alimentos se tiran cada año a la basura. Se trata de una cifra desgarradora según el Banco de Alimentos que denuncia el despilfarro de comida en un momento en que las organizaciones benéficas están desbordadas ante la demanda de gente que ya no tiene ingresos que les permitan comprar comida.

La basura de los españoles un reflejo de la crisis

Pero las bolsas de basura se llenan aún con demasiada comida. Se calcula que, de media, los hogares españoles echan al contenedor un 42%. La cámara de Repor lo comprueba junto a una brigada de basureros de Oviedo. Rebuscando entre las bolsas encontramos pan y mucha verdura y fruta que aún podrían haberse aprovechado. Sin duda, esa es la clave del problema porque la mayoría de esa comida procede de tiendas que se ven obligadas a deshacerse de los alimentos que están cercanos a la fecha de caducidad. En los grandes vertederos se acumulan las 50 mil toneladas de comida fresca que los supermercados han tirado, aunque según los expertos la crisis ha hecho reducir esa cifra.

Los bancos de alimentos reclaman más comida

La ciudad de Reus (Tarragona) ha iniciado un proyecto pionero: El primer banco de alimentos frescos. Se trata de recuperar los productos frescos que no pueden venderse por normas sanitarias, clasificarlos para descartar lo malo y el resto repartirlo entre los más necesitados. En el comedor de las Hermanas de la Caridad en Oviedo no les importa que las latas estén abolladas o los calabacines estén algo blandos. Cada día deben repartir un centenar de comidas a gente que se ha quedado sin nada.

Lo mismo les ocurre a los voluntarios de una ONG de la periferia de Barcelona. Cada viernes ven crecer la cola de personas que acuden a por comida para su familia. El perfil de usuarios da muestras de los estragos de la tremenda crisis que vive España: personas que hasta hace un par de años se sentían miembros de la clase media porque tenían un trabajo y una nómina aceptable, se ven ahora abocadas a pedir ayudar para poder comer.