Silicosis: muerte en suspensión
- La comarca de Valdeorras, en Ourense, es el lugar de España en el que más crece el número de enfermos de silicosis
- La zona es una de las grandes productoras mundiales de pizarra
Tos, fatiga, falta de aire. Son algunos de los síntomas que viven los pacientes de silicosis, una enfermedad respiratoria crónica. Una patología profesional que tiene en la comarca de Valdeorras (Ourense) uno de sus epicentros. Es la provincia de España en la que más aumentan los casos, según los datos del Instituto Nacional de Silicosis. La comarca, también conocida por sus viñedos, es una de las principales exportadoras de pizarra, una roca empleada para suelos, tejados o mesas, entre otros usos. Sin embargo, cuando se corta la pizarra, esta despide un polvo de sílice que se suspende en el aire y que, de inhalarse durante horas y años, provoca la silicosis. En la capital de Valdeorras, O Barco, pacientes reclaman a la Xunta de Galicia que el servicio gallego de salud dote a su Hospital de un servicio de neumología que les ahorre los más de dos cientos kilómetros que les separa de Ourense para acudir a sus consultas médicas. En este capítulo recorremos el epicentro de la pizarra para hablar con pacientes, expertos y sanitarios para entender también porque los casos siguen en aumento y la edad de los afectados desciende.
El incendio de Larouco, el más grande en la historia de Galicia, ha alcanzado el vertedero de A Rúa, en Ourense, que arde desde hace 18 días y no deja de emitir tóxicos. El viento empuja el humo hacia el resto de la comarca, donde los vecinos sufren el olor y la contaminación. Serán necesarios 1.200 camiones de grava para apagar sus llamas, aunque esperan haberlo controlado a finales de la semana.
Fotografía: Carlos Castro / Europa Press
Los vecinos de Casaio conviven, desde hace días, con un fuego fuera de control. Con impotencia, ven a las llamas acercarse a su pueblo. El incendio de Carballeda de Valdeorras, en Ourense, ya ha calcinado 3.000 hectáreas. Estos vecinos temen por sus montes, sus casas y por su salud.
Foto: EFE/Brais Lorenzo
El pasado 15 de agosto, en plena oleada de incendios en Galicia, la aldea de Roblido quedó rodeada por las llamas. Pese al peligro, los vecinos se quedaron y consiguieron frenar el fuego a escasos metros de sus casas. Ahora, se centran en la recuperación y en evitar que las próximas lluvias arrastren las cenizas del campo. Foto: EFE/ Brais Lorenzo
En muchas zonas de Ourense, en Galicia, las viñas se han convertido en un inesperado cortafuegos. Ha ocurrido en la comarca de Valdeorras, una de las más afectadas por los incendios forestales y donde el fuego, además, les ha obligado a adelantar la vendimia.
Foto: EFE/Carlos Alberto Fernández
Tras el paso del fuego, San Vicente de Leira, en Ourense, ha quedado arrasado por el incendio que ha destruido el 70% de sus casas. Unos pocos vecinos permanecen en el pueblo después del desastre, pero recorrer sus calles resulta desolador.
Imagen: Gustavo de la Paz / Europa Press
España vive la peor ola de incendios forestales del siglo que ya está dejando un paisaje desolador en lugares como Vilamartín de Valdeorras (Ourense), conde han ardido miles de hectáreas, algunas de gran valor ecológico quemadas, e incluso núcleos poblacionales, como la aldea de San Vicente, han quedado arrasados por las llamas. El alcalde de la localidad, Enrique Álvarez Barreiro, ha explicado en Las mañanas de RNE con Lara Hermoso cómo todavía están "intentando encajar" lo que ha pasado. Una situación dramática, ya que "está desapareciendo el humo y nos estamos dando cuenta de la inmensidad del desastre", afectando al sentir de todos los vecinos, con "toda la gente llorando por las esquinas" al encontrar "un pueblo que no reconocen". Álvarez Barreiro ha explicado que era una situación que se veía venir, porque "queda muy poca gente en el pueblo" y es "prácticamente imposible" que se realicen las tareas de limpieza de montes necesarias. Por eso, ha pedido más medidas de prevención para evitar que la catástrofe se vuelva a repetir, empezando por frenar la despoblación que castiga a localidades como la suya.
El incendio en Larouco, en la provincia de Ourense, sigue avanzando sin control y amenaza las áreas protegidas de los montes de O Courel. Tras arrasar una superficie de más de 20.000 hectáreas, es ya el mayor incendio de la historia de Galicia. Un bombero y tres brigadistas resultaron heridos el lunes por la noche mientras trataban de contener las llamas.
FOTO: REUTERS / MIKEL KONATE
Los vecinos de Carballeda de Avia, Ourense, se enfrentan “sin descanso” desde el pasado viernes al fuego que amenaza a las viviendas del municipio. Organizados y con cubos de agua se enfrentan a las llamas: “Está ardiendo todo, todo se está quemando” ha dicho Alonso, uno de los vecinos del municipio que ha mostrado su preocupación ante una situación “insoportable”.
“Esperemos que no avance” ha declarado Alonso diciendo que “no se puede hacer más” aunque “la gente está colaborando”: “Hacemos lo que podemos”, ha dicho.
En Ourense es difícil escapar de la devastación del fuego. Las llamas acechan y amenazan viviendas, que los vecinos consiguen salvar por los pelos.
Las imágenes aéreas permiten apreciar la magnitud de la devastación. Hay más de 50.000 hectáreas arrasadas y un paisaje que se ha teñido de marrón.
Miles de efectivos luchan contra un fuego que no les da un respiro. Mientras continúa la investigación, hay dos nuevos detenidos. Para uno de ellos han decretado prisión provisional. Igual que para el acusado de desbrozar con un tractor y provocar el incendio de Oímbra.
Foto: Brais Lorenzo/EFE — Un vecino trabaja en labores de extinción del incendio forestal de Cualedro (Ourense)
Ourense y León han sido los puntos elegidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para su visita a las zonas afectadas por los incendios. La primera parada ha sido el Centro de Coordinación Operativo Contraincendios de la provincia gallega desde donde ha prometido a las comunidades autónomas todos los recursos frente a los incendios. Tras ello, se ha desplazado a su segunda parada: Villablino, León. Foto: EFE/ Brais Lorenzo
Los servicios de emergencia no dan abasto. Desde hace días, Galicia se tiñe angustiosamente de gris. Los incendios están desbocados y devoran la comunidad. Los vecinos viven desesperados como el fuego llega, en muchos casos, a la puerta de sus viviendas.
Foto: Rosa Veiga/Europa Press — Parte del dispositivo de la UME instalado en la zona deportiva de O Aguillón, en A Rúa, Ourense
Las condiciones de bomberos forestales y brigadistas son precarias. Muchos de los efectivos que apagan el fuego en agosto se van al paro en otoño, soportan jornadas maratonianas y no disponen de los medios suficientes. Dependen de las autonomías pero lo más común es que su empleo dependa de subcontratas y empresas de trabajo temporal. El año pasado se aprobó una ley para mejorar las condiciones de bomberos y agentes forestales, pero ninguna comunidad autónoma la aplica aún. Algunos gobiernos autonómicos lo que han hecho es reducir el dinero que dedican a protección civil y suprimir unidades de emergencias. A pesar de las condiciones, ponen todo su esfuerzo en luchar contra los incendios, que, remarcan, este año son especialmente virulentos por las condiciones meteorológicas. Sergio Arroyo ha hablado con algunos de estos trabajadores de varios puntos de España.