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Las fugas de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el Báltico han puesto en alerta a la comunidad internacional, al considerar que se trata probablemente de un sabotaje, y han llenado de incertidumbre a Europa ante las consecuencias que puede tener en el suministro. Pero, ¿quién está detrás de estas fugas? ¿Cómo lograron provocar tres de ellas y dos días después una cuarta, sin que saltaran las alarmas? Esta es una recreación de una de las teorías de lo que pudo llegar a ocurrir.

Analizamos el acuerdo alcanzado en Bruselas para reducir el consumo de gas. Estamos pendientes del resultado del referéndum constitucional celebrado ayer en Túnez. Analizamos el debate televisado por la BBC que enfrentó ayer a los dos candidatos a suceder al primer ministro Boris Johnson y nos detenemos en Myanmar para conocer los detalles de las primeras ejecuciones en décadas ordenadas por el régimen militar contra cuatro activistas prodemocracia. Además nos marchamos hasta Haití, donde en las últimas semanas han muerto miles de personas por la violencia de las bandas y conectamos con nuestro enviado especial a Canadá, Jordi Barcia, que sigue el viaje del Papa Francisco en el que ha pedido perdón a las comunidades indígenas en nombre de la Iglesia Católica.

Bruselas estudia suavizar la exigencia de recortar el consumo de gas tras la presión de los países del sur, un día después de que Gazprom haya anunciado la reducción, de nuevo, del envío de gas a Alemania. En Las mañanas de RNE tomamos el pulso a este debate hablando con Alberto Carbajo Josa, ex director general de operación de Red Eléctrica España.

Afirma que las peticiones de los países son entendibles porque tienen especificidades diferentes y se encuentran en situaciones distintas. Pero ve recomendable que se modere el consumo de gas, aunque señala que es más fácil hacerlo a nivel doméstico que en las industrias, a pesar de que estas consumen la mitad de esta energía que llega a nuestro país. "Hay que cuidarlo porque eso sí nos acercaría más a una recesión económica", dice.

Sobre la gasística rusa, no le quita importancia a los mantenimientos preventivos pero comenta que el Kremlin ha encontrado "los pies de barro" de la UE y utiliza el gas para tratar de alcanzar alguna negociación, ya sea sobre la guerra en Ucrania o sobre las sanciones que hay impuestas sobre el país.

Gazprom ha anunciado hoy que va a cerrar aún más la mano con Alemania. Va a detener por mantenimiento otra turbina en el gasoducto Nord Stream 1 a partir del miércoles, reduciendo a la mitad sus envíos y funcionando al 20% de su capacidad. En el informativos 24 horas hablamos con Javier Blas, periodista del Bloomberg especializado en materias primas.

Afirma con rotundidad que el país europeo no tendrá gas suficiente para pasar el invierno y que debe aplicar la etapa 3 de su plan de emergencias, que requiere pedir a las grandes empresas y manufactureras alemanas que reduzcan el consumo de gas en verano para ahorrar. Señala que esto será posible pero que tendrá un coste económico muy importante, llegando a reducir su actividad económica y entrar en recesión. También deberán actuar el resto de países para ayudar de alguna manera a Alemania. "Todos los países se van a ver abocados a cierta reducción del consumo", dice Blas, que añade que esto se producirá también debido a la subida del precio. Aunque critica que Berlín no ha hecho reformas estructurales para que el efecto no sea tan grave. Sobre España, señala que lo tendrá más sencillo al tener la opción de importar gas natural licuado.

"Rusia está utilizando cualquier tipo de excusa, y si no las tiene, se las inventa, para reducir el flujo de gas a la Unión Europea", comenta el periodista, "lo que realmente está haciendo es tratar de estrangular la economía europea para forzar a sus líderes a que detengan la ayuda que se le está proporcionando a Ucrania. Es un arma económica para poner a la economía europea de rodillas", concluye.

En el caso de Argelia, que notificó una avería en el gasoducto que nos une a ese país, afirma que no es la misma situación que la alemana con Rusia pero avisa de que esto puede volver a pasar y poner en jaque el suministro en España.

Son cuatro las vías de entradas del gas ruso a la Unión Europea. El Nordstream 1, por el que en mayo ha llegado la mitad de todo el suministro. El Yamal, que ha estado sufriendo interrupciones por orden de Moscú, que atraviesa Bielorrusia hasta Polonia. Por Ucrania, por donde discurre un tercio de todo el gas ruso que llega a Europa. Y cerca del 12 % por el Turkstream. Ahora, por motivos de seguridad, según Kiev, cesa el flujo de uno de los gasoductos ucranianos. El afectado aporta un tercio del suministro que llega a través de Ucrania y cerca del 11 % de todo el que llega a Europa, con base en los datos de mayo. Desde hace tres semanas, el bombeo de gas había disminuido por el tubo hoy cerrado pero, de forma simultánea, aumentado en el otro restante, el Sudja, según los registros europeos hasta esta semana.

Tras el cierre de gas ruso a Polonia y Bulgaria, Alemania se prepara para ser la siguiente. Por ello y frente a las posibles consecuencias, Borrell ha llamado a la unidad entre los 27. Miguel Otero, investigador del Real Instituto Elcano, ha indicado en Las Mañanas de RNE que, aunque se cortase el gas ahora mismo, contaríamos con reservas suficientes. Sin embargo, sí se encuentra preocupado sobre cómo las supliríamos una vez llegado el invierno. Sobre por qué esta condición por parte del Kremlin, opina que entre sus intenciones se encuentran la centralización de los suministros en un solo banco, así como mandar el mensaje de que su moneda sigue fuerte y que se encuentra “avalada por la dependencia energética europea”.

A partir del 1 de abril, los países que Rusia llama "hostiles" -aquellos que han aplicado sanciones contra Moscú por la invasión de Ucrania- deberán abrir una cuenta en bancos rusos para pagar su gas. Si no lo hacen, según ha dicho el presidente Vladimir Putin, podrían ver cancelados sus contratos y cortado el suministro. También analizamos la visita de Anthony Blinken a Argelia y Marruecos; nos centramos en la conferencia de la ONU que busca fondos para Afganistán o en el ingreso de la República Deemocrática del Congo en la Comunidad de Africa Oriental.

La Comisión Europea ha enviado un pliego de cargos al gigante energético ruso Gazprom en el que le acusa formalmente de abusar de su posición dominante para obstaculizar la competencia en el mercado del gas natural en Europa central y del este en ocho países. Bruselas sostiene además que la empresa encarece los precios de forma "injusta" en Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania y Polonia. Gazprom dispone ahora de un plazo de 12 semanas para presentar sus alegaciones y solicitar una audiencia de defensa al Ejecutivo comunitario. El envío de un pliego de cargos supone avanzar un paso más para imponer una fuerte multa a la compañía rusa, que podría alcanzar el 10% de su volumen de negocios. En un comunicado, Gazprom ha dicho que "respeta el marco legal de todos los países donde opera".

Rusia conquista el Ártico como EE. UU. conquistó el salvaje Oeste en el siglo XIX. Y como entonces, el Kremlin lo hace porque de esa conquista depende que Rusia siga siendo una superpotencia durante los próximos decenios. En Portada ha viajado hasta la región siberiana de Nadym, una zona prohibida por la ingente cantidad de recursos energéticos almacenados en su subsuelo y por los gasoductos que la atraviesan. Un equipo del programa ha visitado uno de los yacimientos de Gazprom y analiza la importancia estratégica de este punto del planeta, cuya conquista ya pretendió llevarla a cabo Stalin con los presos del Gulag. Estreno: jueves 13 de noviembre a las 23.40 h en La 2.

El gas ruso abastece a buena parte de Europa y para llegar a su destino pasa por los gasoductos de Ucrania, así que se temen repercusiones en el abastecimiento del gas por lo que pueda pasar en la región. En 2013, Europa ha comprado a Rusia más gas que nunca, 162.000 millones de metros cúbicos. Rusia ha manejado en otras ocasiones y con otros países los cortes de gas como herramienta para lograr una subida en el precio, cuenta el corresponsal de TVE en Berlín, Miguel Ángel García.

La falta de una política energética europea común aumenta la dependencia con el gas ruso, y Alemania es en buena parte responsable de ello, con acuerdos entre Alemania y la empresa rusa Gazprom. Los contratos a largo plazo que establece Rusia impiden, además, aprovecharse de las bajadas en el precio del gas en los últimos tiempos.

Rusia ha invertido 8.000 millones de euros en el Nord Stream, un gasoducto que suministra gas a casi todo el norte de Europa por el Báltico, y se espera al South Stream, que suministrará al continente por el Mar Negro. Europa tiene como alternativas buscar sus propios recursos energéticos mediante renovables o con el polémico fracking o invertir en los yacimientos de África (Argelia, Libia, Nigeria), pero sigue yendo de crisis en crisis hasta la siguiente.