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Varias explosiones sacuden las elecciones presidenciales en Afganistán

  • Los resultados preliminares de la votación no se conocerán hasta el próximo 19 de octubre
  • Los talibanes, que ven los comicios como un complot extranjero, amenzaban con boicotear el proceso

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El gobierno afgano asegura que el plan de los talibanes de atentar masivamente en los centros electorales ha fracasado

Varias explosiones han sacudido este sábado las elecciones presidenciales afganas, que se celebraban bajo la amenaza de los talibanes, opuestos a los comicios al considerarlos una farsa orquestada por Estados Unidos.

En torno a las 9.00 hora local (4.30 GMT), unas dos horas después de la apertura de los colegios electorales, se desarrollaron dos explosiones en dos centros de votación en Kabul. "La primera fue una explosión sónica que solo provocó un gran ruido y en la segunda tampoco hubo víctimas", informó a Efe el portavoz de la policía capitalina, Firdaws Faramarz.

Una tercera explosión en el sur de Kandahar dejó al menos 15 heridos, que fueron trasladados al hospital, según ha explicado un trabajador del centro médico de Mirwais, el Dr. Naimatullah, a AFP.

En esta ciudad también, las fuerzas de seguridad desactivaron desde la noche del viernes, al menos 31 artefactos explosivos improvisados (IED, en inglés) y varias minas han sido detonadas de forma controlada, ha dicho a Efe el portavoz del gobernador provincial, Bahir Ahmadi.

El resto de la jornada se ha desarrollado "sin grandes problemas", según ha informado afirmó en una rueda de prensa, la jefa de la Comisión Electoral Independiente de Afganistán (IEC, en inglés), Hawa Alam Nuristani.

El actual presidente, Ashraf Ghani, entre los favoritos

Unos 9,6 millones de ciudadanos, un 34,5 % de ellos mujeres, estaban llamados a acudir a alguno de los 4.928 centros electorales del país desde las 7.00 hora local (02.30 GMT). Su cierre estaba previsto a las 15.00 hora local (10.30 GMT), pero tuvo que retrasarse dos horas debido a que quedaba gente esperando fuera.

En total, 15 candidatos aspiraban a ocupar el puesto de presidente y formar un nuevo Gobierno clave para lidiar con la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán y con el proceso de paz.

Entre ellos destaca el actual presidente, Ashraf Ghani, que busca un segundo mandato para continuar con su proyecto de lucha contra la corrupción y avanzar hacia la paz en un país en guerra desde hace 18 años. Las autoridades afganas controlan alrededor del 55% del territorio en la nación asiática.

Otros candidatos con la etiqueta de favoritos son el actual jefe del Ejecutivo, el exlíder de la resistencia antitalibán Abdullah Abdullah, y el exseñor de la guerra Gulbuddin Hekmatyar, conocido como el "carnicero de Kabul" por bombardear de manera continuada la capital en 1992 cuando trataba de controlarla, causando al menos un millar de muertos y 8.000 heridos.

Los resultados preliminares de la votación no se conocerán hasta el próximo 19 de octubre, mientras que se espera que los datos finales se anuncien el 7 de noviembre. Si uno de los candidatos obtiene más del 50% de los votos, será proclamado vencedor de los comicios, mientras que en el caso de que ninguno haya superado ese porcentaje, los dos más votados concurrirán a una segunda vuelta electoral.

Un grupo de personas transportando material electoral hacia un centro de votación.

Temor ante el posible fraude electoral

Analistas y figuras políticas afganas como el expresidente Hamid Karzai han alertado de que los comicios podrían dar lugar a un Gobierno debilitado ante las acusaciones de fraude de los candidatos perdedores, como ya ocurrió en las elecciones parlamentarias de octubre.

Para garantizar la seguridad a pie de urna y la transparencia, Afganistán desplegó a 72.000 miembros de las fuerzas de seguridad y pusieron en alerta a otros 30.000, según datos del Ministerio del Interior.

En Kabul, una ciudad completamente tomada por las fuerzas de seguridad con puestos de control y barricadas cada pocos metros, se prohibió la entrada de camiones y furgonetas, después de que la capital haya sido testigo este año de atentados que han causado decenas de víctimas mortales.

Varios miembros de las fuerzas de seguridad afganas en una carretera de Jalalabad.

Los talibanes defienden que los comicios son una farsa y amenzan con violencia

Los talibanes mantuvieron que los comicios son una farsa orquestada por Estados Unidos y se opusieron a su celebración.

Durante la campaña electoral que arrancó a finales del pasado julio, la formación insurgente ha llevado a cabo varios ataques como el del pasado 17 de septiembre durante un mitin de Ghani que acabó con la vida de al menos 30 personas e hirió a otras 51.

El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, calificó el jueves las elecciones de "falso proceso de los invasores americanos y sus serviles esclavos" y prometió detenerlas "con ataques a todas las fuerzas de seguridad y a los centros y oficinas de este espectáculo".

Si hay muertes civiles, es solo la culpa de los ciudadanos que han acudido a las urnas porque ya estaban advertidos, razonan los talibanes.

Pero no solo la formación insurgente amenazó con violencia, el candidato Hekmatyar desató la polémica el último día de campaña electoral con unas declaraciones en las que algunos han visto una amenaza de recurrir a la violencia en caso de no ganar.

La Misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) denunció el jueves el "menosprecio hacia la vida civil" mostrado por ambas partes del conflicto en la nación asiática en las últimas semanas.

Trump suspendió a principios de mes las negociaciones con los talibanes

Además de los ataques talibanes,  la semana pasada se denunció la muerte de al menos 25 personas en un bombardeo de Estados Unidos en Afganistán y el pasado lunes al menos 40 civiles fallecieron supuestamente en otras dos operaciones aéreas.

Washington y los talibanes han mantenido nueve rondas de negociaciones desde hace más de un año en Catar, y ambas partes habían alcanzado un borrador de acuerdo cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió a principios de mes suspender las negociaciones con los insurgentes y es posible que las tropas de Estados Unidos abandonen el país.

En el caso de que Trump decida retomar las conversaciones, el nuevo presidente afgano podría verse en la necesidad de negociar un acuerdo de paz con los talibanes, un asunto bien presente en el programa de la mayoría de los candidatos.