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Un estudio concluye que las 'apps' de cáncer de mama no son fiables

  • Científicos analizan 599 aplicaciones obtenidas de las tiendas de Apple y Google
  • Ha llegado a la conclusión de que la mayoría se desarrolla sin criterio médico
  • Los autores han observado distintos niveles de desinformación

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Con la generalización de los smartphones, han proliferado las apps sobre cáncer de mama.
Con la generalización de los 'smartphones', han proliferado las 'apps' sobre cáncer de mama.

Un grupo de investigadores ha analizado 599 aplicaciones sobre cáncer de mama encontradas en las tiendas de Apple y Google y ha llegado a la conclusión de que la mayoría se desarrolla sin criterio médico. Los autores han observado distintos niveles de desinformación en estas ‘apps’, desde material de origen dudoso, que ofrece datos sobre la enfermedad sin citar la fuente, hasta indicaciones peligrosas.

El cáncer mama afecta a más de 1,5 millones de mujeres cada año. En 2015 ocasionó 570.000 muertes, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Con la generalización de los smartphones, han proliferado las apps sobre esta enfermedad, pero ¿se puede confiar en ellas? ¿Tienen algún rigor?

Un estudio liderado por Guido Giunti, investigador médico y asesor de la empresa sevillana Salumedia Tecnologías, ha analizado 599 apps de cáncer de mama disponibles en las tiendas de los sistemas iOS de Apple y Android. La principal conclusión, dice a Sinc, “es que la mayoría no cumple con los criterios básicos para que se pueda evaluar su fiabilidad”.

El autor subraya que el 80% de estas apps no cita la fuente de la que han extraído los datos que manejan. “Al desconocer de dónde ha salido la información no se puede validar, tal vez el desarrollador la haya sacado de Wikipedia o de lo que escuchó un día en la radio, no hay forma de saberlo”.

Además, solo una cuarta parte de ellas tiene algún tipo de advertencia o aviso sobre su uso. “Esto se traduce en que si una mujer tiene la enfermedad, experimenta algún síntoma o está preocupada y decide recurrir a una de estas apps, no va a encontrar nada en ellas que la oriente en la búsqueda de la ayuda adecuada”.

En la mayoría de estas aplicaciones “tampoco se informa sobre si ha habido colaboraciones con entidades sanitarias en su elaboración.  Y, pese a que más de la mitad promueven tratamientos, no incluyen la recomendación de consultar con profesionales médicos”, añade.

Homeopatía y medicina ‘alternativa’

Los resultados del estudio, publicados en la revista International Journal of Medical Informatics, indican que la mayor parte de aplicaciones encontradas bajo el descriptor breast cancer (cáncer de mama) en las tiendas de Apple y de Google eran gratuitas y dirigidas a pacientes.

El tipo más común contenía información sobre la enfermedad y su tratamiento (30%) y el 19% trataba sobre su manejo.  Los autores también observaron que el 15% abordaba temas de concienciación y sensibilización y que una de cada diez trataba sobre terapias con homeopatía y medicina ‘alternativa’.

Según Giunti, “hay distintos niveles de desinformación en estas apps de salud, desde material dudoso, que incluye datos sobre la enfermedad sin fuente, hasta indicaciones peligrosas como recomendar ayuno prolongado o sesiones de auto hipnosis para neutralizar el cáncer. Todo ello “nos lleva otra vez a la importancia que tiene que la información que se ofrece esté validada”, destaca.

Otros problemas detectados en las apps evaluadas son la falta de claridad en la información y las dificultades de usabilidad, con un interfaz confuso y poco intuitivo, y fundamentalmente, que el beneficio que ofrecen para el paciente no es claro.

Falta de control de calidad

“Es muy fácil darse cuenta que muchas no han tenido controles adecuados de calidad o que han sido hechas sin criterio médico. Las exigencias para desarrollar este tipo de aplicaciones deberían ser mayores”, comenta.

El trabajo también pone de relieve que casi todas estas apps han sido creadas por pymes y emprendedores.  En opinión de Giunti, “en el futuro habrá cada vez más herramientas tecnológicas que formarán parte del repertorio sanitario. Es nuestro deber encontrar la forma de colaborar y lograr que ayuden de verdad a los pacientes para que se adecúen de la mejor forma posible a sus necesidades”, concluye.