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La inteligencia artificial reta al póker

  • El programa Libratus se enfrenta a cuatro de los mejores jugadores del mundo
  • De momento, los cerebros están perdiendo ante la máquina
  • Para la inteligencia artificial, el póker es más complejo que el ajedrez o el 'go'

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Libratus se ha especializado en la modalidad de póker Texas hold'em sin límites.
Libratus se ha especializado en la modalidad de póker Texas hold'em sin límites.

El ajedrez fue el primero de los grandes juegos en caer, y después lo hizo el milenario 'go'. Ahora, la inteligencia artificial se ha propuesto superar otra barrera que hasta ahora se le ha resistido: el póker. Y puede que ya lo esté consiguiendo. Libratus -que en latín significa equilibrado-, un programa informático desarrollado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, ha retado a cuatro de los mejores jugadores del mundo en la modalidad Texas hold'em sin límites, en partidas de a dos.

El torneo, denominado 'Cerebro contra inteligencia artificial: subiendo la apuesta', se está desarrollando hasta el próximo 30 de enero en un casino de Pittsburgh (Estados Unidos). Cuatro jugadores profesionales de primer nivel -Jason Les, Dong Kim, Daniel McAulay y Jimmy Chou- se enfrentan al bot creado por el profesor Tuomas Sandholm y su estudiante estrella Noam Brown.

En total, jugarán 120.000 manos durante 20 días, con un premio de 200.000 dólares que se repartirán entre los participantes. El elevado número de manos intenta neutralizar el factor suerte.

En esta contienda, Libratus no lucha solo. Está asistido por un gran cerebro a distancia: el Centro de Supercomputación de Pittsburgh, operado conjuntamente por la Universidad Carnegie Mellon y la Universidad de Pittsburgh.

Hubo una primera versión de Libratus llamada Claudico, que también se midió a cuatro jugadores profesionales en 2015, en un campeonato a 80.000 manos. Solo consiguió ganar a uno de ellos.

"Información imperfecta"

A ojos de la inteligencia artificial, el póker es un juego más complejo que el ajedrez, el 'go' o las damas. Lo que le hace tan esquivo es, principalmente, lo que llaman su "información imperfecta". Los jugadores de póker no ven las cartas de sus rivales, por lo que no disponen de toda la información necesaria para tomar sus decisiones.

El póker conlleva grandes dosis de incertidumbre, un terreno movedizo en el que los programas informáticos hasta ahora han naufragado. No es un juego matemático, sino de habilidad. Además del cálculo, entran en escena otros factores como la suerte, el lenguaje corporal, la psicología, el engaño... A fin de cuentas, es imposible triunfar sin ese "olfato" o "sexto sentido" con el que cuentan todos los grandes jugadores.

Teniendo esto en cuenta, Libratus ha sido desarrollado bajo un enfoque que podría ser comparable a la intuición, en el que tiene mucha importancia el proceso de autoaprendizaje. Sandholm y Brown, los creadores, no han querido dar muchos detalles, pero han asegurado que el programa "en esencia, intenta resolver el juego, o averiguar cada escenario posible, con mayor antelación de lo que lo hacía antes".

Dominio de Libratus

Aunque hay que esperar hasta que finalice la competición para conocer si el póker ha dejado de ser uno de los últimos reductos de dominio de la mente humana sobre la máquina, la información que llega desde el Casino Rivers de Pittsburgh habla de un dominio de la inteligencia artificial.

Con casi la mitad de las manos jugadas, la tendencia negativa es clara para los jugadores humanos, ya que el saldo de fichas de cada uno de los cuatro está muy por debajo del de Libratus. Sin embargo aún tienen margen para dar la vuelta a la situación.

Curiosamente, el aspecto en el que el programa informático se está destapando como un verdadero experto es en el arte del "faroleo" (lo que en el póker se conoce como "bluffear"); tanto para engañar y despistar a sus rivales, como para cazar faroles.