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Un proceso judicial a la líder de las Madres de Plaza de Mayo se convierte en arma política

  • Bonafini califica una acusación de fraude administrativo de "persecución"
  • La activista de 87 años se ha resistido a declarar y a su detención
  • El proceso ha sido capitalizado por la oposición kirchnerista al Gobierno

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Hebe Bonafini, líder de las Madres de Plaza de Mayo, fotografiada en Buenos Aires
Hebe Bonafini, líder de las Madres de Plaza de Mayo, fotografiada en Buenos Aires

Un litigio judicial contra Hebe De Bonafini, la mediática presidenta de las Madres de Plaza de Mayo -asociación que reclama justicia sobre las desapariciones y torturas durante la dictadura de Videla en Argentina-, ha saltado a la arena política como arma arrojadiza entre el gobierno de Macri y la oposición.

Bonafini está implicada en la causa conocida como "Sueños Compartidos", que investiga un supuesto fraude a la Administración del Estado a través de un programa dedicado a la construcción de viviendas sociales gestionado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

El juez investiga el dinero procedente de fondos estatales para levantar miles de casas, escuelas y otras instalaciones durante los gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner, entre 2003 y 2015. Pero la negativa de Hebe de Bonafini a someterse al proceso y su denuncia del mismo como persecución ha generado un notorio eco mediático al que ahora se ha sumado el kirchenerismo, opositor político al Gobierno.

Del proceso judicial a las "Madres" a la lucha entre políticos

Bonafini, de 87 años, fue citada a declarar por un juez en julio, a lo que la activista se negó. Tras una segunda citación, el jueves el magistrado Marcelo Martínez de Giorgi ordenó detener y prohibir salir del país a la octogenaria y presidenta de la asociación.

Cursada la orden, este viernes se ha producido un intento fallido de arrestar a Bonafini, quien, tras resistirse a la detención, ha sido declarada en rebeldía. Luego, en un acto de apoyo a la dirigente convocado en la Plaza de Mayo, se han lanzado fuertes críticas contra el Gobierno de Mauricio Macri.

Aprovechando la inercia de la protesta, en las proximidades del lugar y a pocos metros del Parlamento se ha montado un improvisado mitin político del kirchnerismo, tras varias horas de idas y venidas de Bonafini.

"Vamos a seguir en esta posición inclaudicable de no dejar que sigan avanzando sobre nosotros. Ya demasiado hicieron en siete meses. Así que, Macri, pará la mano", ha dicho Bonafini ante centenares de militantes políticos y de organizaciones humanitarias concentrados a las puertas de la asociación.

TVE habla con Hebe de Bonafini, presidenta de las Madres de Mayo

El eco de un "luchador popular"

"Es inentendible que este partido judicial, brazo ejecutor del macrimismo, esté poniéndonos en un lugar tan bajo a nivel internacional. Lo tienen que pensar dos veces antes de firmar estas órdenes de detención vergonzosas", ha dicho en el acto el diputado Andrés Larroque, dirigente de la agrupación kirchnerista La Cámpora.

"Nos quieren hacer desaparecer, pero aunque nos maten vamos a seguir luchando", aseveró De Bonafini, quien aprovechó para reafirmar a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015) como su "única conductora".

También el exministro de Economía y diputado kirchnerista Axel Kicillof ha culpado al Gobierno de Macri por lo que calificó como una "persecución" a los "luchadores populares".

"Si el Gobierno de Macri espera usar el terror para imponer el ajuste, se va a encontrar del otro lado a un pueblo que no va a resignarse", aha advertido Kicillof, acompañado también por dirigentes sindicales y de movimientos sociales.

La "persecución" que denuncia la líder de las Madres

Bonafini, que dirige desde 1979 a una de los ramas en que están divididas las Madres de Plaza de Mayo, ha enviado una carta al juez en la que asegura que hace casi 40 años padece "agresiones" de la "mal llamada Justicia".

En un escrito, Bonafini explicó que, desde 1977 y 1978, cuando sus dos hijos y su nuera fueron hechos desaparecer, inició el "calvario" de una "constante peregrinación por los juzgados" y que sintió siempre "la misma ignominia, la misma indiferencia" de la Justicia.

El magistrado emitió luego una orden de allanamiento a la sede de la asociación a los fines de proceder a la detención y la policía llegó al lugar cuando Bonafini y sus compañeras se disponían a salir hacia la Plaza de Mayo, donde cada jueves, desde 1977, hacen un breve acto para reclamar por los desaparecidos.

"Si me tienen que meter presa, que me metan"

En medio de la confusión con la policía y ante una gran presencia de militantes, Bonafini y sus compañeras salieron del lugar, se subieron a un vehículo y se dirigieron a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino.

Allí, Bonafini dio un breve discurso, leyó la carta enviada al juez y habló con la prensa, rodeada de cientos de militantes y también de dirigentes del kirchnerismo que se hicieron presentes para expresarle su apoyo.

Tras su paso por la Plaza de Mayo, nuevamente se montó en un vehículo de regreso a la sede de las Madres, rodeada de militantes, momento en que el juez dictó contra la líder activista una orden de captura y la prohibición de salir del país. "Si me tienen que meter presa, que me metan", dijo el jueves en una emisora de radio.

En el marco de la causa que lleva adelante, Martínez de Giorgi ha citado a otras 42 personas, varias de ellas figuras políticas y altos cargos de los Gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández para determinar si hubo connivencia con funcionarios públicos para gestionar y obtener "ilegítimamente" fondos estatales para la construcción de las viviendas.