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Obama saluda el contraataque iraquí en Ramadi y estudia un plan para frenar al EI

  • El mandatario celebra la decisión de entrenar y equipar a las tribus locales
  • Las milicias chiíes se han unido al ejército en las afueras de la ciudad

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Las milicias chiíes se unen al ejército iraquí en Ramadi

El presidente de Estados UnidosBarack Obama, ha reafirmado el compromiso de su país al Gobierno de Irak y el pueblo iraquí en la lucha contra el autodenominado Estado Islámico (EI). Lo ha hecho tras reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional para estudiar una estrategia para contrarrestar su avance en Irak y Siria tras el "revés" que, en palabras de la Casa Blanca, ha supuesto la toma de la ciudad iraquí de Ramadi por los yihadistas.

Asimismo, el mandatario estadounidense ha celebrado la decisión del Consejo de Ministros iraquí de "acelerar el entrenamiento y equipación de las tribus locales en coordinación con las autoridades de Al Anbar, aumentar el reclutamiento del Ejército iraquí y entrenar a la policía local", según ha asegurado la Casa Blanca que recuerda que el Ejecutivo iraquí también desarrollará un plan consolidado para retomar Ramadi actuando bajo su mando.

En Ramadi, las milicias chiíes se han unido al ejército mientras los civiles se encuentran bloqueados a las afueras de la capital en su huída hacia Bagdad, sin refugio y en precarias condiciones.

Irak se prepara para el contraataque

Apenas dos días después de su caída, el ministerio de Defensa iraquí ha facilitado un vídeo que muestra cómo las fuerzas de reacción rápida que aguantaron en la ciudad hasta el último momento tuvieron que ser rescatados por aire. Esta imagen junto a la de la retirada de las tropas por tierra es un duro revés para Irak, que se prepara para darle la vuelta a la situación.

Hasta el momento,  se han desplegado tanques y artillería pesada en una base cercana al este de Ramadi, hasta donde se han desplazado también 3.000 combatientes de las milicias chiíes, respaldadas por Irán.

Sin embargo, el Estado Islámico también se refuerza para frenar la ofensiva sembrando de minas terrestres las entradas de la ciudad y busca casa por casa a miembros del Gobierno o el Ejército.

La toma de Ramadi por el EI ha supuesto un duro golpe para el Gobierno iraquí, dado que se encuentra a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad y consolida a los yihadistas en la provincia de Al Anbar, tras el revés militar en Tikrit.