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Audrey Spiry: "Con el color se pueden expresar todo tipo de sensaciones"

  • La joven francesa ha presentado en Barcelona 'En silencio'
  • Un cómic "pictórico" que fue nominado a Mejor Álbum en Angoulema

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Audrey Spiry y un fragmento de la portada de 'En silencio'
Audrey Spiry y un fragmento de la portada de 'En silencio'

Procedente del mundo de la animación, Audrey Spiry ha entrado a lo grande en el mundo del cómic con la novela gráfica En silencio (Diábolo ediciones) una obra pictórica que apela directamente a las sensaciones gracias a su audaz manejo del color. Y que fue nominada a Mejor Álbum en los Premios del Salón de Angoulême.

El argumento es una mera excusa para dar rienda suelta a su arte: un grupo de exploradores formado por una pareja y una familia, que se acaban de conocer, realizan una ruta asesorados por un guía de barranquismo. Pero enseguida el mundo real se irá mezclando con las ensoñaciones de los protagonistas a través del agua, la metáfora escogida por la autora para pasar del mundo exterior al interior con una facilidad pasmosa y un despliegue artístico notable. Y los recovecos del descenso acuático se irán mezclando con los recovecos de la vida de los personajes. Un viaje al interior del alma a través del arte.

“Es la historia del despertar de la protagonista -asegura Audrey-, ya que es un personaje que permanece dormido y gracias su relación y al amor de su compañero consigue despertarse y descubrir su esencia y lo que necesita realmente en su vida”.

La realidad y los sueños siempre se mezclan en todas mis historias, incluso en las de dibujos animados –afirma Audrey- aunque sea de forma inconsciente. Es mi manera particular de entender la mezcla de la realidad y los sueños, aunque comprendo que haya gente que no la comparta, porque cada uno tenemos una forma de entender esa mezcla”.

La naturaleza es un personaje más

Durante su descenso por ese río, la naturaleza es un personaje más de la historia, influyendo en los protagonistas. “El elemento esencial es la naturaleza como decorado viviente. La naturaleza es lo corporal del personaje, porque si os fijáis los dibujos de los personajes no tienen contorno, de forma que los cuerpos se mezclan con el agua, con la vegetación. El contorno, en realidad está dado por esa relación de los cuerpos con la naturaleza y con el agua”.

Un agua que parece estar viva para abrazar o expulsar a los personajes, dependiendo del momento. “Ese aspecto de “pintura viviente” (como yo lo llamo) no tiene una técnica determinada, es algo anárquico, una serie de capas superpuestas y un choque entre colores que intento conseguir con la técnica”.

“Se pueden expresar muchas sensaciones con el color”

Su dominio del color como elemento narrativo ha dejado sin palabras a la crítica y al público. “A través del color se pueden transmitir todo tipo de sensaciones –asegura-. No me interesa la técnica típica del cómic de dibujar y luego colorear. Para mí el color es como una escultura. Intento hacer volúmenes dibujando directamente con el color, esculpiendo los personajes a base de una serie de capas”.

Una técnica con la que consigue resultados espectaculares y que le ha valido comparaciones con otra joven estrella del cómic francés, Bastién Vivés, autor de El gusto del cloro (Diábolo), el premiado cómic de Bastien Vivès, y con el mismísimo Vincent Van Gogh. “No estoy de acuerdo con que se me compare con Vivés –afirma- él dibuja con tinta y luego colorea con colores planos. Yo esculpo y uso pintura. Con Van Gogh si tengo muchos puntos en común, porque es pintor, pero hay que distinguir entre dibujo y pintura, son dos lenguajes totalmente diferentes que a veces se confunden, es como comparar la lengua eslava con la latina”.

Su experiencia en los dibujos animados ha sido fundamental para que este cómic sea tan especial. “Lo importante del dibujo animado –afirma- era la mezcla de música y arte, porque la animación siempre parte de la música. Por eso, cuando empecé a realizar cómics, al principio me costó mucho porque no tenía sonoridad y hacía imágenes muy densas, casi auditivas, como si se oyeran cosas simplemente viéndolas. Quizá por eso, cuando dedico dibujos hay gente que me dice que mis imágenes parecen evocar los sonidos que faltan”.

“Para mí el color tiene la posibilidad de recrear cosas que faltan en las imágenes y para dominarlo hace falta dedicar toda una vida” –concluye-.

“Me cuesta trabajar sin colores”

Respecto a sí sería capaz de dibujar un cómic en blanco y negro, Audrey asegura que: “El blanco y negro es, para mí, mucho más depurado que el color. Hice un álbum en blanco y negro con otros autores que se llamaba La gente normal y me faltaba todo, no era capaz de trabajar sin el color”.

“Por eso hice una especie de esculturas con una pasta blanca y me fijé en las luces y la sombra de esa pasta y gracias a eso pude, por fin empezar a trabajar con la paleta gráfica. Pero si lo comparamos con el color, el blanco y negro me sigue pareciendo una técnica mucho más depurada”.

“Ese proyecto fue fundamental para mí porque a raíz de trabajar con el blanco y el negro, ahora veo el color de otra manera”.

En cuanto a sus proyectos, Audrey nos cuenta que “Acabo de terminar un libro para niños, con la misma técnica que En silencio,  que se llama (Lotte, fille pirate) y ahora trabajo en una nueva novela gráfica para adultos, un proyecto que tengo desde hace diez años y que será un libro sobre la relación entre los autores y los lectores”.

De lo que no cabe duda es de que nos hayamos ante una futura estrella del cómic europeo.