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Accidente de tren de Santiago

El maquinista del tren accidentado se despistó hasta el punto de no saber dónde estaba

  • Declaró ante el juez que cuando quiso frenar, que llegó a hacerlo, era tarde
  • Dice que el accidente se produjo por "error humano" no por fallo técnico
  • La policía analiza el tráfico de llamadas de su móvil personal y corporativo

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El maquinista del tren accidentado se despistó hasta el punto de no saber dónde estaba

Francisco José Garzón Amo, maquinista del tren siniestrado en Santiago de Compostela el pasado miércoles, ha reconocido ante Luis Aláez, titular del juzgado de instrucción número tres de Santiago, que esa noche se despistó hasta el punto de no saber dónde estaba.

Fuentes próximas al caso han informado a Efe que el conductor de este convoy, al que se le imputan 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, ha reconocido que superaba el doble de la velocidad permitida en la curva de A Grandeira, limitada a 80 km/h.

También que creyó que no estaba en este punto del recorrido y que cuando quiso frenar, "que llegó a hacerlo", ya era demasiado tarde.

Garzón Amo ha aceptado este domingo en su testimonio de cerca de dos horas que lo ocurrido no es achacable a un fallo técnico, y tampoco a las condiciones del vehículo que pilotaba ni del trazado, sino a un "error humano", una distracción.

Está obligado a comparecer con una periodicidad semanal ante el juzgado que se designe y tiene prohibido salir del territorio nacional sin autorización judicial durante seis meses. Igualmente se le ha intervenido de forma cautelar la licencia profesional para la conducción de ferrocarriles por igual plazo.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha señalado en esta nota que el paso a disposición judicial se produjo a las 19:00 horas de este domingo y que en primer lugar se realizó en dependencias judiciales una diligencia relacionada con su teléfono móvil.

La policía analiza el tráfico de llamadas de sus móviles

Fuentes próximas al caso han asegurado a la Agencia Efe que la Policía ha estado analizando el tráfico de llamadas de sus terminales, tanto del móvil privado como del corporativo, para determinar en qué momentos del pasado 24 de julio los había utilizado, y si pudo hacer uso de ellos instantes antes del trágico suceso, por cualquier vía, tanto llamadas como mensajes de texto o WhatsApp.

Ni el fiscal, Antonio Roma, ni el resto de las partes personadas -Renfe, Adif y dos compañías aseguradoras- han pedido prisión preventiva para el conductor, al entender que no hay riesgo de fuga, ni de destrucción de pruebas, y tampoco de reiteración delictiva.

Además, han comentado las mismas fuentes que este mecánico, natural de Monforte de Lemos (Lugo), en las llamadas al servicio de incidencias 24 horas de Adif, sin conocer la dimensión del descarrilamiento del convoy, habría dicho: "Soy humano", "somos humanos", "espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia".

Son 79 los fallecidos confirmados. El último deceso se produjo ayer, el de una ciudadana estadounidense de origen puertorriqueño, Myrta Fariza, que estaba ingresada en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

La apertura de las cajas negras tendrá lugar este martes

La apertura de las cajas negras del tren que descarriló se llevará a cabo este martes en dependencias judiciales y bajo la supervisión técnica de un perito especialista.

Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, en la apertura de las cajas negras, que permanecen bajo custodia policial, estará presente también el director de Seguridad de Circulación de Renfe.

El vecino que auxilió al maquinista lo recuerda diciendo: "¡Me quiero morir!"

Evaristo Iglesias, el hombre que ayudó a socorrer al maquinista justo después del accidente ferroviario de Santiago, José Francisco Garzón, recuerda que el operario solo repetía: "¡Me quiero morir, no quiero ver esto!".

Evaristo, vecino del barrio compostelano de Angrois, estaba en su casa, a apenas veinte metros de la vía donde sucedió el accidente. Inmediatamente, se acercó a las vías, y fue quien socorrió al maquinista y lo acompañó al campo dónde se encontraba el resto de los heridos.

"Yo lo acompañé unos treinta o cuarenta metros", ha dicho en declaraciones a Efe, en las que ha explicado: "Él iba con la cara ensangrentada y solo repetía que se quería morir, que no quería ver aquello, y que hubiese sido mejor que le pasara a él".

Evaristo también ha manifestado que el maquinista reconoció "que venía con un poco de exceso de velocidad" y "que tenía que haber reducido".

"La policía vino a por mí para declarar en la comisaría", ha indicado, por lo que se encuentra a la espera de que el juez lo cite.