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Hadi, el escudero a la sombra de Saleh que liderará la transición en Yemen

  • Desempeñó un papel marginal bajo la sombra de Saleh
  • Su nombramiento como vicepresidente se consideró como un intento de lograr un equilibrio

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Abdo Rabu Mansur Hadi, vicepresidente yemení y único candidato en las elecciones presidenciales de su país
Abdo Rabu Mansur Hadi, vicepresidente yemení y único candidato en las elecciones presidenciales de su país

Siempre leal al presidente Alí Abdalá Salehel "número dos" de su régimen, Abdo Rabu Mansur Hadi, está llamado a convertirse en su sucesor después de décadas de una colaboración forjada durante la guerra civil del Yemen, en 1994. Hadi, de 66 años, unió su destino a Saleh desde ese conflicto y ocupó el cargo de vicepresidente hasta este martes, cuando los comicios presidenciales a los que se presenta como único candidato le refrendarán como el primer jefe de Estado yemení procedente del sur del país.

En la escena política, nunca se consideró a Hadi como un hombre fuerte, ya que desempeñó un papel marginal bajo la sombra de Saleh y sus familiares, que siempre figuraban en las portadas de los medios de comunicación. De hecho, su nombramiento como vicepresidente fue considerado como un intento de Saleh de lograr un equilibrio entre el norte y el sur del país en el reparto de los altos cargos del Estado.

Formación militar

Nacido el 1 de mayo de 1945 en la zona de Al Wadi, en la provincia de Abiyan, que entonces formaba parte de Adén y estaba bajo la ocupación británica, Hadi se graduó en un colegio militar en 1964. Después se formó en el Reino Unido y en Egipto, ante de regresar en 1970 a la entonces llamada República Democrática Popular del Yemen, de tendencia marxista.

Sin embargo, en 1986 tuvo que desplazarse a la septentrional República Árabe del Yemen junto a otros militares fieles al antiguo presidente del Yemen del Sur, Alí Naser Mohamed, el gran perdedor de un conflicto sangriento por la toma de control del Estado sureño.

Hadi se refugió en el norte en campamentos pertenecientes a los militares sureños, donde permaneció tras la unificación del norte y el sur del Yemen en 1990. Durante la breve guerra civil que en 1994 enfrentó a los recién unidos países, Saleh lo eligió para que estuviera en primera fila con el Ejército del norte por su conocimiento de la zona meridional.

Su ascenso desde entonces fue imparable. En mayo de ese año Saleh lo nombró ministro de Defensa y cinco meses después vicepresidente.

Presidente en funciones

Hadi saltó a los focos durante la ausencia este verano de Saleh, que viajó a Arabia Saudí para recibir tratamiento médico de las heridas que le causó un atentado contra el complejo presidencial de Saná en junio pasado.

Durante la ausencia del mandatario, Hadi ha logrado el apoyo de los opositores tras detener los enfrentamientos desatados entre los seguidores del presidente y las milicias tribales fieles al líder Sadeq Abdalá al Ahmar en el barrio Al Hasba, en el norte de Saná.

Aun así, a partir de este martes su misión no será fácil; además de la crisis económica en la que vive el país, Yemen también sufre el terrorismo de Al Qaeda en el sur y la rebelión chií en el noroeste. Este lunes por la noche, en un discurso al pueblo, Hadi reconoció que el camino estará lleno de "curvas peligrosas", pero que "hay que continuarlo hasta el final".

Herencia de corrupción y caos

El vicepresidente consideró que una de sus prioridades será recuperar el papel del Estado, que debe mantener la seguridad para sus ciudadanos. Para el analista político yemení Nasr Taha Mustafa, Hadi lo tendrá difícil porque recibe "una herencia enorme de corrupción y caos".

Aunque ese factor, según Mustafa, también puede jugar a su favor porque cualquier avance que logre "le va a mostrar como el verdadero salvador del Yemen".