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Pedro Almodóvar: "En mi ánimo está ir a los Goya, Dios mediante"

  • El director de La Piel que habito dice que dependerá del dolor de cabeza
  • Reivindica la libertad de asistir o no a los lugares sin que se le critique

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Tras el anuncio de las candidaturas a la 26ª edición de los premios Goya, las miradas están puestas en Pedro Almodóvar, como favorito por las 16 nominaciones que ha recibido La piel que habito y como hijo pródigo de la Academia de Cine, en la que acaba de reingresar tras años de desencuentros.

¿Acudirá Pedro Almodóvar a la gala del 19 de febrero? "En mi ánimo está ir a los Goya, como dicen los católicos, Dios mediante", explica en una conversación telefónica con Efe desde un hotel de Nueva York.

"Lo determinará el dolor de cabeza"

"Considerando que estamos en un periodo de reconciliación con la Academia, lo adecuado es ir, porque además está todo el equipo nominado y es un modo de acompañarles", argumenta, pero se resiste a garantizar su asistencia. "Si te digo la verdad, en el último momento lo determinará si tengo o no dolor de cabeza", asegura.

Tan comentada fue su no asistencia cuando ganó los grandes premios por Volver como su aparición sorpresa el año en el que Los abrazos rotos no fue nominada a la mejor película y él entregó ese premio precisamente, por no hablar el año en el que cantó el cumpleaños feliz al príncipe Felipe al recoger el Goya por Todo sobre mi madre.

"Quiero reivindicar la libertad de ir a los sitios"

Pero Almodóvar se defiende: "Me gustaría reivindicar la libertad que uno siempre debe tener para ir o no ir a los sitios sin que se interprete como síntoma de hostilidad o de orgullo".

Esta vez, Almodóvar está más que orgulloso porque entre los nominados está un equipo de habituales.

"Pepe Salcedo, un montador absolutamente extraordinario; Alberto Iglesias, que no es ninguna sorpresa pero ha hecho un trabajo maravilloso; Alcaine (su iluminador), Elena (Anaya) y Antonio (Banderas), que es uno de los actores españoles más conocidos internacionalmente y no tiene un Goya todavía", explica.

"Nunca me he sentido agraviado por mí mismo, porque yo estoy más que premiado, pero he sentido frustración por los equipos con los que he trabajado, y no siempre han estado reconocidos", asegura.

Almodóvar reconoce que ayer se acostó pensando en que, al levantarse, la suerte estaría echada para los Goya y dice que, con su condición de favorito, ha tenido "un agradable despertar" propiciado, además, por el hecho de que La piel que habito fue un proyecto que emprendió "consciente de que entrañaba unos riesgos de naturaleza distinta" a los de su siempre mediática trayectoria.

"Me alegro de haber hecho esta película"

"Ahora ya hay perspectiva, porque cuando tenemos que hablar de las películas cuando se estrenan hay muy poca distancia. Pero ya sí puedo decir que me alegro enormemente de haber hecho esta película", reflexiona.

El cineasta machego, pese a haber estado yendo y viniendo a promocionar su filme en innumerables países, sí ha visto las tres películas con las que compiteNo habrá paz para los malvados, La voz dormida y Blackthorn, las cuales "demuestran lo variado que es el cine español".

Pero además de los Goya, Almodóvar tiene en agenda los Globos de Oro del domingo, los BAFTA y, quizá, los Oscar. "Ojalá, pero no creo que tengamos posibilidades en las categorías principales. En los Oscar siempre hay una excepción para una película de otro lugar, pero en este caso la acapara, y cómo, The Artist. Conmigo ya hicieron esa excepción el año de Hable con ella.

"Estábamos muy bien situados en la categoría de mejor película de habla no inglesa pero no podemos competir en esa categoría", recuerda, ya que finalmente la Academia de Cine eligió a Pa negre de Agustí Villaronga como representante de España en los Oscar.

Centrado en su nueva película

Al margen de la temporada de premios, Almodóvar está centrado ya en su próximo filme, todavía sin título oficial. "Vuelvo al tono de los ochenta. Es el camino opuesto a La piel que habito, explica.

Pero esas vueltas no niegan el paso del tiempo. "A mí me afectan muchísimos los años, no sé a los demás. A Woody Allen le vuelven más deliciosamente ligero. A mí, si acaso, deliciosamente grave. No puedo evitar ver las cosas con veinte años más de edad. Tanto si recupero el humor o el melodrama, lo hago desde el hoy mismo y yo me siento distinto", concluye.