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Recuperan del océano el primer cadáver de un ocupante del avión Río-París siniestrado en 2009

  • Es el primer cadáver que se recupera en dos años
  • El cuerpo aún se encontraba con el cinturón abrochado al asiento
  • Los restos han sido analizados a bordo del barco y serán trasladados a París

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El primer cadáver de un ocupante del avión que cubría la línea entre Río de Janeiro y París, que se estrelló en junio de 2009, ha sido encontrado este jueves, según ha confirmado la Gendarmería francesa, encargada de su búsqueda.

El cuerpo ha sido izado a la superficie todavía con el cinturón de seguridad abrochado a su asiento y se encuentra "en un avanzado estado de descomposición", tras haber pasado casi dos años a una profundidad de 3.900 metros.

Los restos han sido analizados a bordo del barco y serán trasladados la semana próxima a París para una eventual identificación mediante pruebas de ADN, según ha confirmado la Policía.

Para entonces está previsto que lleguen a la capital francesa las dos  cajas negras del aparato, encontradas en los últimos días, y que serán  analizadas por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), responsable  de las pesquisas, para tratar de determinar las causas del siniestro  que costó la vida a los 228 ocupantes del aparato.

La dificultad de rescatar los cuerpos

La Gendarmería ha precisado que las labores de rescate de los cuerpos se  están efectuando "en condiciones particularmente complejas y hasta ahora  inéditas", y ha alertado de que existe la posibilidad de que no se puedan  izar más cadáveres.

El submarino robotizado identificó este miércoles un primer cuerpo, pero el  primer intento por sacarlo a la superficie fue "infructuoso".

La Gendarmería está encargada de la recuperación de los cadáveres en  aplicación de la orden emitida por el juez que se ocupa de la  instrucción del accidente.

Las causas del accidente, una incógnita

Ocho gendarmes franceses están a bordo del barco "Ile de Sein", del  que parten los submarinos robotizados que están procediendo al izado de  las piezas del aparato para aclarar los motivos del accidente y de los  cuerpos que se encuentran en los restos del avión.

Las labores de recuperación de estos elementos no se habían producido  hasta ahora puesto que hasta principios de abril pasado no se habían  localizado los restos del Airbus A330 de Air France, que se estrelló en medio del oceáno Atlántico pocas  horas después de su despegue el 1 de junio de 2009.

Las primeras conclusiones del BEA apuntaban a un fallo en los  sensores de velocidad del avión, afectados por el hielo, como motivo de  la catástrofe, pero los investigadores advirtieron de que no era una  hipótesis definitiva.