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El cambio climático de hace 11.700 años transformó a los roedores

  • El estudio de sus fósiles muestra la reducción de su uniformidad 
  • Ese descubrimiento es un indicador de los ecosistemas hoy en peligro

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El cambio climático que se produjo hace 11.700 años, en el Pleistoceno, y que causó la extinción de los mamíferos de gran envergadura, supuso también la transformación de las comunidades de roedores.

Al comienzo del último calentamiento global de la Tierra de forma natural, las comunidades de pequeños roedores reaccionaron de manera inesperada, según publica esta semana la revista Nature.

Este cambio climático, que supuso el paso del Pleistoceno al Holoceno, provocó la extinción de un tercio de los mamíferos de gran envergadura del subcontinente norteamericano, pero,  hasta ahora, se desconocía la suerte que habían corrido los mamíferos más pequeños.

Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford (EEUU) ha estudiado los fósiles de pequeños roedores del norte de California.

Según se desprende de estos restos, los roedores, en lugar de extinguirse, experimentaron una reducción en la uniformidad y riqueza de sus comunidades.

Así las especies que antes del cambio en las temperaturas eran abundantes se volvieron más raras,  aunque más adaptables, mientras que las especies generalmente "enclenques", como los ratones ciervos, se volvieron más comunes.

Hoy en día los cambios climáticos producirán mayores efectos

Según los científicos, una suerte similar espera hoy en día a los pequeños mamíferos, que tienen que encarar en poco tiempo un cambio climático cuyos efectos serán probablemente más acusados que los del producido en el Pleistoceno.

Los científicos a cargo del estudio opinan que los cambios en la estructura y funciones de las comunidades de roedores deberían ser estudiados como un importante indicador de los ecosistemas que están en peligro en la actualidad.

En un segundo estudio publicado en esa misma edición de Nature, un grupo de investigadores de la Universidad de Nuevo México (EEUU) aborda la extinción de las más de 114 especies de grandes mamíferos del Pleistoceno, como mamuts y mastodontes, y su efecto en las emisiones de gas metano a la atmósfera.

Como el ganado actual, los extintos herbívoros de gran tamaño producían gas metano como parte de su proceso digestivo.

Según los investigadores, la cantidad de metano despedida por esta "megafauna" ya extinguida era de 9,6 teragramos (billones de gramos) cada año.

Curiosamente, la extinción de estos animales coincide con un significativo descenso de las concentraciones de metano en la atmósfera, tal y como registran los glaciares.

Los investigadores sostienen que la extinción de estos grandes herbívoros podría explicar al menos un 12% de la reducción de esas concentraciones.