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"La ola lo cubrió todo. Debía tener seis metros de alto. Se llevó las casas y los restaurantes"

  • El  tsunami tras el seísmo ha devastado zonas costeras cercanas a Concepción
  • La ciudad de Penco ha quedado cubierta de algas y escombros por las olas
  • Hay  coches esparcidos por las calles y "barcos encaramados en los techos"

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Terremoto de Chile
Vista de las consecuencias del paso de olas gigantes en la localidad de Dichato, 475 kilómetros al sur de Santiago.

Algas sobre casas y escombros, barcos en calles y jardines.

Las localidades del litoral central de Chile han quedado marcadas por el fortísimo terremoto del sábado, al que siguió un tsunami que ha llevado más devastación a algunos lugares costeros.

Las últimas estimaciones hablan de casi 150 muertos y unos 400.000 afectados.por el terremoto que se ha producido este sábado en Chile.

"La ola lo cubrió todo. Debía tener seis metros de alto. Se llevó las casas y los restaurantes", relata Carlos Palma, que sufrió la embestida en Penco, destino turístico para muchos chilenos.

El centro de la ciudad, de 50.000 habitantes, estaba todavía el domingo cubierto de algas. A poco más de 10 kilómetros de ahí se encuentra Concepción, la ciudad más afectada por el seísmo. En el conjunto de esta región turística se han registrado la mayoría de las víctimas.

Casi cada media hora, la ciudad de Penco  es sacudida por una nueva réplica y el miedo sigue siendo palpable en las calles.

"Tememos que vuelva el mar", explicaba Margarita Castro, quien ha pasado la la noche con su familia y decenas de vecinos en una carpa junto a la carretera que va de Santiago a Concepción. La mayoría de los habitantes de Penco hacen lo mismo, pasan la noche en campamentos improvisados.

Una mujer relata que Dichato, una aldea costera que supera los cuatro mil habitantes y que se ubica a 40 kilómetros al norte de  Concepción, " prácticamente ha desaparecido". Los coches están esparcidos por las calles y los  "barcos están encaramados en los techos", lamenta.

En Talcahuano, otro destino en la costa del Pacífico, hay pequeñas embarcaciones de pesca que han llegado hasta los jardines de las casas en la calle arrastrados por las olas.

El seísmo se desató a las 03.36 hora local (06.36 GMT), cuando la mayoría de los 17 millones de chilenos dormían.

Junto a los escombros, el director de un pequeño circo en Talcahuano, declaró a un canal de televisión que las personas "han tenido tiempo de correr hacía las colinas". Sin embargo, lamentó la pérdida de casi todos los animales. El gobierno chileno ha reconocido que el riesgo de un tsunami después del terremoto fue inicialmente mal calculado.

Concepción, ciudad sin ley

Tras una intensa y caótica jornada, la calma vuelve a reinar en Concepción,en el centro-sur de Chile, donde los ciudadanos han tenido que abandonar las calles y encerrarse en sus domicilios para respetar el toque de queda establecido por el Gobierno nacional.

Los habitantes de Concepción -la tercera área metropolitana del país, con 666,000 habitantes, y la más afectada por el terremoto- han vuelto a dormir en sus hogares, después de haber pasado la madrugada del domingo con fogatas y tiendas de campaña en las calles por el miedo a que sus casas, resquebrajadas por el sismo, se les vinieran encima.

"Sólo entrábamos para ir al baño y salíamos corriendo por miedo a que se nos cayera todo encima", reconoció Mónica Lagos, de 40 años, embarazada y con tres niños a su cargo.

Durante todo el día, miles de ciudadanos se han echado a las calles y con el temor a quedar desabastecidos han saqueado supermercados, farmacias, cajeros automáticos y otros comercios que permanecían cerrados desde el viernes, en una búsqueda desesperada de alimentos y productos básicos de supervivencia.

Muchos se han contagiado por una especie de psicosis colectiva y han arramplado con todo tipo de objetos, desde neveras hasta televisores.

De esta forma, Concepción se ha transformado durante horas en una ciudad sin ley, en la que la policía militarizada se han visto desbordada por una situación incontrolable.

"La organización ha sido pésima. Las autoridades ni siquiera han aparecido por aquí. Sólo las escuchamos por la radio. Lamentable", denunció Ximena Ruiz, de 46 años, cuando con apenas media hora restante antes del toque de queda trataba de conseguir algo de agua potable.

El número de muertos por el terremoto en Chile, 48 horas después del seísmo, supera ya los 700.