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El asesino de Palomino reconoce que le apuñaló por "instinto" al sentir miedo por verse acorralado

  • Comienza el juicio en la Audiencia Provincial de Madrid
  • Josué E. de la  H.: "Me vi acorralado por esas personas armadas, me entró miedo"
  • El acusado dice que se sintió amenazado por Palomino y que no es neonazi
  • Un centenar de amigos de Palomino increpa al acusado a las puertas de la Audiencia
  • Palomino murió en 2007 por una puñalada que le asestó el acusado en el Metro

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Ha comenzado el juicio por el asesinato del joven antifascista Carlos Palomino

Josué Estébanez, acusado del asesinato del joven Carlos Palomino, ha asegurado en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid que apuñaló al joven de 16 años "por instinto" al verse amenazado por "esas personas armadas", que le produjeron "miedo". 

El acusado, para quien la Fiscalía pide 29 años de cárcel, ha dicho que al ver que desde el andén de la estación del Metro de Legazpi un grupo de "punkis y gente rapada" le señalaba gritando "a por ése" y le amenazaba de muerte, sacó una navaja, que según ha declarado llevaba encima porque al día siguiente se iba de maniobras.

Estébanez ha explicado al tribunal, en el primer día de juicio, que cuando se montaron en el vagón Palomino le dijo que le diera la sudadera y el dinero y que cuando él se negó le empujaron.

"Viéndome acorralado por personas malas me entró miedo. Pensé que si se me lanzaban encima yo de ahí no saldría vivo", ha manifestado el acusado, que ha negado que se dirigiera a una manifestación neonazi o de extrema derecha organizada por las Juventudes de Democracia Nacional en Usera y que simpatizara con este partido o con sus ideas, y ha afirmado que había quedado con unos amigos.

"Soy español, nada más. Soy una persona a la que le gusta que gane la selección española", ha contestado cuando la fiscal le ha preguntado si se considera "patriota".

"No odio a los inmigrantes"

El acusado, para el que la familia de Palomino pide 37 años de cárcel y que se le aplique la agravante de "odio ideológico", ha explicado que supo que las personas que aguardaban en el andén eran antifascistas porque "iban con cresta", pero ha asegurado que no sintió miedo por su estética ni por su ideología, sino porque iban armados.

Estébanez ha dicho que ni odia a los antifascistas ni está en contra de los inmigrantes: "¿Cómo voy a odiar a un inmigrante si tengo amigos inmigrantes y comparto habitación con uno de ellos?".

La versión del acusado no coincide con la del fiscal, que sostiene que, al percatarse de que en el andén esperaba un grupo de jóvenes antifascistas que se dirigían a sabotear la manifestación de ultraderecha a la que él acudía, el acusado "sacó una navaja" y la ocultó en la cara posterior del antebrazo.

Declaración de dos testigos protegidos

La Fiscalía agrega que Palomino realizó unos comentarios al acusado "cuyo contenido se desconoce" y a los que éste respondió "de manera inesperada y con la finalidad de acabar con su vida, clavándole directamente en el corazón la navaja", lo que provocó la muerte casi inmediata del joven.

Esta versión ha sido corroborada en el juicio por dos jóvenes que han declarado como testigos protegidos y que aquel día resultaron heridos.

Ambos han coincido en que Estébanez llevaba puesta una sudadera con un símbolo de ideología de extrema derecha -"la que llevan los neonazis en Madrid"- y que Palomino le preguntó por ella al subir al vagón.

"Nos dijo que nos iba a matar, que éramos unos guarros e hizo el saludo fascista", ha explicado uno de ellos, mientras que el otro ha explicado que intentó quitarle el cuchillo al acusado, pero que fue apuñalado en las costillas.

Gritos contra el acusado

Durante el juicio han podido escucharse gritos de apoyo a Palomino de amigos y jóvenes antifascistas que, en medio de fuertes medidas de seguridad, se han concentrado desde primera hora de la mañana a las puertas de la Audiencia para pedir justicia. También, a las puertas de la Audiencia, han recibido al acusado con gritos de 'asesino, asesino'.

   

Entre el público estaba la madre del joven asesinado, María Victoria Muñoz, que ha dicho sentirse tranquila y ha expresado su deseo de poder transmitir algo con la mirada al asesino de su hijo.

Carlos Palomino, murió el 11 de noviembre de 2007 a consecuencia de una puñalada mortal que le asestó el acusado en el Metro de  Legazpi, tal y como recogen las imágenes de vídeo grabadas dentro del vagón

Agentes de la Policía Nacional redujeron a dos  jóvenes mujeres con estética neonazi que se acercaron a las puertas de la Audiencia Provincial para reclamar la libertad del acusado.