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La aseguradora AIG registra pérdidas récord y el Gobierno sale al rescate de nuevo

  • AIG pierde 61.700 millones de dólares entre octubre y diciembre
  • El Gobierno de EE.UU inyecta 30.000 millones más en la aseguradora
  • El rescate permite que las agencias de rating no bajen su calificación
  • AIG opera en cien países y asegura a más de 70 millones de clientes
  • Su caída podría arrastrar a todo el sistema financiero

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El Gobierno de Estados Unidos ha tenido que salir al rescate por cuarta vez de la aseguradora AIG. El gigante ha registrado unas pérdidas récord de 61.700 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2008, las mayores de su historia. El inmenso agujero se debe al deterioro de los mercados de crédito y la propia reestructuración de la compañía.

Su colapso podría arrastrar a todo el sistema financiero internacional. AIG opera en cien países, asegura a 100.000 empresas, entre ellas, las principales entidades financieras y su cartera de clientes incluye todo tipo de instituciones públicas y fondos de pensiones, de los que dependen cien millones de americanos. Para evitar que su caída provoque un efecto dominó, Washington ha inyectado otros 30.000 millones de dólares de los contribuyentes y ha suavizado aún más las condiciones de los préstamos anteriores.

Esta cantidad se suma a los 150.000 millones que ya había puesto para evitar su quiebra. El Gobierno estadounidense ha estado negociando durante todo el fin de semana no sólo con los ejecutivos de AIG sino con las agencias de rating. Estaban obligadas a bajar la calificación de AIG a la vista de sus pérdidas, lo que hubiera aumentado aún más el coste de su deuda, haciendo inviable la compañía. 

Un gigante demasiado grande para dejarlo caer

Es la cuarta vez que el Gobierno impide la caída de AIG con capital público. El pasado mes de septiembre nacionalizó de facto la aseguradora, adquiriendo el 80% de sus acciones. Lehman Brothers acababa de hundirse, el sistema financiero estaba temblando y AIG estaba al borde de la bancarrota, entre otras razones, por tener que hacer frente al pago de los Credit Default Swaps, derivados financieros que aseguran frente a las quiebras. 

Dos meses después, el Gobierno extendió las ayudas a un total de 150.000 millones de dólares: 40.000 millones para comprar acciones preferentes, 50.000 millones para rescatar activos tóxicos y un recorte de tipos de nueve puntos al préstamo inicial de 60.000 millones.

Los últimos 30.000 millones de dinero público no son gratis. Washington se hace con buena parte de las dos joyas de la corona de la aseguradora, ambas en Asia. American International Assurance Co. y American Life Insurance Co.