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Únicos en su especie

Recorremos las casetas más curiosas de la Feria del Libro

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Un lector en la Feria del Libro
Un lector curiosea un fascículo sobre vehículos militares en una caseta de la Feria del Libro.

Sobreviven en una jungla de grandes editoriales, best-sellers y caza-autógrafos. Pequeñas, pero orgullosas, presumen de ser únicas en su especie. Son las casetas más especializadas de la Feria del Libro de Madrid. Atesoran ejemplares tan sorprendentes como biblias políglotas o enciclopedias para gays. No son las que más venden, pero sí las que más miradas acaparan. 

"Vienen muchos curiosos. Ven el letrero de 'homosexualidad' y se acercan a mirar. Hay alguno que suelta algún comentario un poco feo, pero la mayoría se quedan un rato y les interesa bastante", cuenta Aída Peral, de la librería Berkana, la única de la Feria dedicada al mundo gay. En su caseta, la número 78, se exhiben ensayos, novelas y hasta tratados de historia sobre el universo homosexual. 

"Intentamos tener todo lo relacionado con el mundo gay, por mínimo que sea. Tenemos kamasutras para lesbianas y gays que son muy difíciles de encontrar", explica mientras un puñado de transeúntes observa a cierta distancia. Pocos se deciden a comprar. 

Justo al lado, ocurre todo lo contrario: la caseta vecina, jalonada de retratos femeninos y envuelta en los colores republicanos, está llena hasta la bandera. "Resulta que, además de ser feministas, somos de izquierdas. ¡Y encima republicanas!", bromea Elena, una de las responsables de Mujeres. Su caseta es la única especializada en feminismo

"¡No somos las últimas, sino las primeras! ¡Nos sentimos la vanguardia! ", exclama cuando le preguntan si se siente como la 'última mohicana'. Desde hace tres décadas, vende libros de mujeres y cuentos infantiles no sexistas

Reconoce que se ha avanzado, pero no lo suficiente. "Cada vez más chicos jóvenes se interesan por las mujeres y el feminismo, por su forma de estar en el mundo, que es completamente diferente de la viril o patriarcal. Y comienzan a leer literatura de mujeres, que todavía son unas desconocidas", se queja. 

Sólo para gurús 

A pocos metros, Elías del Álamo ordena con esmero los libros de su caseta. Todos están dedicados a un único tema: el ajedrez. "Es un deporte que debería practicarse más, porque estimula la inteligencia", explica. Además de en la Feria del Libro, trabaja como monitor y árbitro de ajedrez. 

Las estanterías exhiben desde manuales para principiantes hasta tutoriales en inglés. "Lo que más vendemos son libros de ajedrez para niños, pero también muchas colecciones, como ésta de Kasparov", comenta al tiempo que atiende a un par de clientes. 

Su público es escaso, pero sabe lo que quiere:  "He venido específicamente a la Casa del Ajedrez. En realidad busco un libro que no está editado todavía" , dice José María, un ajedrecista aficionado desde los cuatro años. 

Siguiendo por el Paseo de Coches del Retiro, el lector se topa con otra de las sorpresas de la Feria: la librería Calatrava, especializada en biblias y textos judíos. "Tenemos biblias en todos los idiomas", cuenta Ofelia Sánchez. "También tenemos lo que llamamos los interniliales. Por ejemplo, un Nuevo Testamento con una línea en griego original y otra en español, o un Antiguo Testamento en hebreo y castellano". 

Su librería es, además, la más antigua de Madrid. Lleva desde 1873 al pie del cañón y desde hace 30 años no se pierde una Feria del Libro. "A veces nos sentimos un poco fuera de lugar, porque estamos rodeados de cosas muy distintas a la nuestra", confiesa. "Pero somos parte de Madrid y tenemos la ventaja de sentirnos únicos en lo que hacemos. No vendemos mucho, pero lo importante es estar aquí dando el callo", dice con humor mientras vuelve al trabajo. Fuera, los altavoces anuncian la llegada a la Feria del escritor José Luis Sampedro.

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