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Los datos hablan

Un bipartidismo herido busca recuperar terreno tras perder un tercio de los votos en ocho años

  • La suma de PP y PSOE llegó a superar el 83% en el año 2008 pero, desde entonces, ha llegado a caer más de 30 puntos
  • Más historias sobre los resultados de las elecciones en el especial 'Los datos hablan' del Lab de RTVE.es

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El bipartidismo tocó fondo en las elecciones generales 2015

De superar el 80% de los votos a pasar del 50% por poco. Esa ha sido la evolución del bipartidismo entre 2008 y 2016. La suma de Partido Popular (PP) y PSOE, las dos formaciones que dominaban la escena política española, ha sufrido un desgaste continuo en los diferentes comicios celebrados en los últimos ocho años, a excepción de 2016, cuando se recuperó levemente. De cara a las elecciones generales del 28A, las encuestas pronostican un descenso para la suma de ambos partidos, que podrían no llegar ni al 50% de los sufragios.

El momento más álgido del bipartidismo en España fue el año 2008. PSOE y PP lograron juntos más de 21,5 millones de votos, el 83,81% del total. Lo nunca visto. Entonces solo Izquierda Unida (IU) y UPyD lograron, a nivel nacional, representación parlamentaria. El resto de formaciones que se sentaron en el Congreso fueron nacionalistas o independentistas.

Desde esos comicios el bipartidismo no ha hecho más que bajar. Diez puntos se dejó en 2011, cuando obtuvo 17,8 millones de papeletas y el 73,39% de los votos válidos. En realidad este descenso fue una caída del PSOE -se dejó cuatro millones de votos y 15 puntos-, desgastado por la crisis económica que azotaba al país. De hecho, el PP sumó apoyos: casi 600.000 papeletas y algo más de cuatro puntos. Ese año entraron más formaciones en el hemiciclo y, las que ya estaban a nivel nacional, UPyD e IU, multiplicaron su presencia.

En 2011, PP y PSOE aglutinaron más del 80% del voto en 31 provincias y en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla. En esta última, precisamente, la suma superó el 90% de los sufragios, algo que no se ha vuelto a dar desde entonces en ninguna otra circunscripción.

Solo diez provincias se quedaron por debajo de la media nacional. Y, salvo en Asturias -donde la causa fue el importante voto que aglutinó IU- en todas ellas el dato se explica por el elevado apoyo que recibieron otras formaciones nacionalistas e independentistas.

El apoyo al bipartidismo fue menor en Cataluña y País Vasco. De hecho en Girona y Lleida la suma de CiU y ERC superó a la de PSOE y PP. Lo mismo ocurrió en Bizkaia -si sumamos las papeletas de Amaiur y PNV- y en Gipuzkoa, donde solo Amaiur (las siglas bajo las que se presentó la izquierda abertzale) concentró más votos que los dos grandes partidos a nivel nacional.

2015: el año negro para el bipartidismo

Todo se desmoronó para el bipartidismo en 2015, año en el que perdieron más de 23 puntos. El PSOE siguió dejándose apoyos por el camino y cedió más de seis puntos y 1,5 millones de papeletas. Peor le fueron las cosas en esta cita electoral al PP, que se dejó casi 16 puntos y más de 3,6 millones de votos. Ambas formaciones salvaron, por poco, la mitad de las papeletas: solo aglutinaron el 50,71% del voto válido.

El porqué de este descenso está, entre otras razones, en la irrupción de dos nuevas formaciones políticas que llegaron al tablero político y que, hasta ahora, permanecen en él. Ciudadanos y Podemos (y sus confluencias en Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana) aglutinaron el 34,62% de las papeletas.

La caída del voto para PSOE y PP provocó que se redujese su presencia en el Congreso hasta el 63,42%, una cifra muy baja teniendo en cuenta que solo cuatro años antes sus diputados ocupaban el 84,57% de los 350 escaños.

Un ejemplo de lo anterior es lo que ocurrió en Illes Balears, donde los dos grandes partidos perdieron más de un 31% de los sufragios, como en ninguna otra circunscripción en España, lo que se tradujo en tres escaños menos.

La relativa recuperación del voto bipartidista en 2016

Seis meses después, los españoles volvimos a las urnas ante la imposibilidad de formar gobierno. Y en esta cita el bipartidismo cogió aire gracias, sobre todo, a la recuperación del PP en todas y cada una de las circunscripciones.

El comportamiento del PSOE fue más irregular al aumentar su porcentaje de voto en 31 territorios (cayó en 21). Si nos fijamos en el número final de votos, los socialistas perdieron apoyos en 37 provincias y solo lo aumentaron en 15.

Dos son los motivos fundamentales que explican estos resultados. Por una parte, la apelación al voto útil de PP y PSOE, y, por otra, la caída generalizada que vivieron Podemos y sus confluencias, pese a que fue en coalición con IU, y Ciudadanos.

Este vaivén de voto se experimentó en todo el país, pero se notó más en unas circunscripciones que en otras. Donde mejor ha resistido el bipartidismo durante estos años ha sido Cuenca, cuyo apoyo combinado a PSOE y PP nunca bajó del 72% y llegó a ser superar el 95% en 2008.

La pérdida de apoyos de PP y PSOE en Cuenca entre 2011 y 2015, además, fue de las más bajas del país. Entonces el bipartidismo solo resistió mejor en Girona, Lleida, Navarra, Bizkaia, Gipuzkoa y Asturias.