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Es muy delicada la situación de Grecia que se enfrenta a una semana decisiva. Esta tarde el nuevo primer ministro, Lukás Papadimos, presenta su plan de Gobierno. Y a lo largo de la semana los inspectores de la troika (Unión Europea, FMI y Banco Central Europeo) llegan a Atenas para evaluar si desbloquean el sexto tramo de ayudas. Mientras, los sindicatos anuncian más huelgas.

La 'troika', misión del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea responsable de decidir si se entrega a Grecia un nuevo tramo del rescate financiero, ha regresado al país heleno en medio de las protestas de cientos de ciudadanos griegos contra los ajustes. La Confederación de Funcionarios Públicos, Adedy, ha convocado este jueves varias protestas contra las duras medidas de austeridad, y grupos de trabajadores han llegado a bloquear la entrada de algunos ministerios. Así, un grupo de funcionarios ha impedido el acceso a la sede del Ministerio de Finanzas de un equipo de asesores técnicos de la "troika".

El Gobierno griego, presionado por la UE y el FMI para que siga recortando el gasto, reducirá en un 30% los funcionarios ministeriales, tras haber suprimido ya 200.000 puestos de trabajadores públicos. A tal efecto, el ministro de Reformas Administrativas, Dimitris Repas, ha enviado una circular a todos los Ministerios para que elaboren en los próximos 10 días una lista del personal que consideren prescindible. Es la última propuesta con la que de Atenas intenta convencer a los miembros de la troika (FMI, BCE y UE) para que emitan un informe positivo que desbloquee las ayudas. Lo hace en una nueva reunión por videoconferencia, tras acercar este lunes sus posturas. "Somos conscientes de que nuestra situación fiscal y nuestra estructura económica se han convertido en un problema para la zona euro", ha asegurado Venizelos antes de la reunión, por lo que Grecia está "absolutamente decidida a cumplir con sus obligaciones". Del ambicioso programa de reformas estructurales depende que llegue o no la ayuda del primer rescate y que se apruebe el segundo. Y, por lo tanto, que Grecia quiebre o no, algo que ya da por hecho la agencia de calificación de riesgos Fitch. El FMI ha echado más leña al fuego al anunciar que la deuda de Grecia pública de Grecia alcanzará el 189,1% de su Producto Interior Bruto (PIB) en 2012.

La Unión Europea, el Banco Central y el FMI han leído la cartilla a Grecia por enésima vez. Horas antes de reunirse, le entregaban un listado con 15 nuevas exigencias para dar una ayuda vital para Atenas. El FMI asegura que, si no se aceleran las privatizaciones, el país podría quebrar.

La prensa griega recoge hacia dónde podrían apuntar las nuevas medidas que prepara el Gobierno: otros 100.000 funcionarios a la calle, pensiones congeladas durante tres años o el cierre de 30 organismos públicos. En un nuevo intento por combatir la evasión de impuestos, Grecia investigará a todos aquellos que han transferido más de 100.000 euros al extranjero desde el inicio de la crisis.

En las arcas públicas solo hay dinero -explican desde el gobierno- para los gastos públicos de octubre y mientras la negociación se dilata, el miedo a una suspensión de pagos aumenta.

El FMI pide más ajustes a Grecia horas antes de la decisiva reunión en la que la 'troika' debe decidir sobre la liberación de 8.000 millones de euros más del sexto tramo del rescate al país heleno, que ha anunciado que de no recibirlo no podrá pagar sus facturas a partir de octubre.

El análisis Internacional sigue centrado un día más en los movimientos de la UE sobre el segundo plan de rescate a Grecia cuyos responsables hablan con la Troika por videoconferencia (19/09/11).