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El Parlamento griego ha aprobado este miércoles el nuevo plan de austeridad que prevé ajustes por 18.500 millones de euros hasta 2016, para cumplir con las exigencias de sus acreedores (la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo) y acceder así a un nuevo tramo del segundo rescate financiero, por 31.200 millones de euros, vital para la economía helena.

En Grecia, el tripartito en el Gobierno intenta cerrar hoy un acuerdo para aplicar nuevas medidas de austeridad exigidas por los socios comunitarios, a cambio de más financiación. Y según la revista alemana Der Spiegel, la Troika va a proponer que, al igual que ya han hecho los acreedores privados, renuncien ahora a una parte del dinero invertido en deuda griega los acreedores públicos, es decir, el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario y los países europeos.

Los trabajadores de Grecia están secundando la huelga general convocada este jueves, por segunda vez en tres semanas, con la esperanza de mostrar a los líderes europeos reunidos en Bruselas su oposición a los nuevos recortes propuestos por la troika para el país.

El gobierno heleno prepara un nuevo recorte de 11.500 millones de euros para satisfacer las exigencias de la troika (FMI, Comisión Europea y Banco Central Europeo) y asegurarse el siguiente préstamo de 130.000 millones. En caso contrario, el Estado griego puede quedarse sin dinero el mes que viene.

El país se ha paralizado en el quinta huelga del año. El masivo paro laboral, que afecta al transporte aéreo, marítimo, ferroviario y urbano, ha sido convocado por los principales sindicatos, el del sector privado (GSEE) y el del público (ADEDY).

Según han informado los sindicatos, en Atenas no circulan tranvías ni trenes suburbanos. Los empleados del metro participan en la protesta con un paro de tres horas, mientras que los autobuses han dejado de circular durante cuatro horas matutinas y volverán a detenerse por la tarde hasta la medianoche. Los taxis no ofrecen servicios por la mañana.

Los trabajadores de Grecia están llamados a la huelga este jueves por segunda vez en tres semanas, con la esperanza de mostrar a los líderes europeos reunidos en Bruselas su oposición a los nuevos recortes propuestos por la troika para el país.

El gobierno heleno prepara un nuevo recorte de 11.500 millones de euros para satisfacer las exigencias de la troika (FMI, Comisión Europea y Banco Central Europeo) y asegurarse el siguiente préstamo de 130.000 millones. En caso contrario, el Estado griego puede quedarse sin dinero el mes que viene.

La misión de la troika se marcha este miércoles de Atenas sin haber logrado consensuar con el Gobierno griego una reforma laboral que forma parte del programa de reformas y ahorro impuesto al país mediterráneo a cambio de la continuidad de la asistencia financiera exterior. "Nos pusimos de acuerdo en la mayoría de los temas políticos. Para los que quedan, habrá un acuerdo pronto", ha declarado Poul Thomsen, representante del FMI. Este organismo quiere recortar la indemnización por despido, reducir de seis a tres meses el plazo para comunicarlo, acabar con los aumentos salariales por antigüedad e imponer la semana laboral de seis días.

Las negociaciones entre el Gobierno de Grecia y la troika sobre los recortes que condicionan la financiación exterior del país heleno se han suspendido después de que Atenas haya rechazado las modificaciones laborales exigidas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Aunque no se descarta retomar las conversaciones, altos funcionarios griegos han reconocido las discrepancias sobre "muchos asuntos".