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Tras su modificación, la Ley de Tráfico impondrá sanciones a las conductas de mayor riesgo en la conducción. Entre ellas, las distracciones, principalmente el móvil. Víctimas de siniestros viales insisten en la importancia de concienciar. Hablamos con Fernando Muñoz y David Pérez de Landazabal, ambos víctimas y representantes de Stop Accidentes.

Durante los meses de julio y agosto, 191 personas han perdido la vida en las carreteras españolas, once menos que en el mismo periodo del año pasado y 24 menos que en 2019, año de referencia estadístico por lo atípico que fue el verano 2020 debido a la pandemia sanitaria. Son datos de la DGT que también reflejan un descenso en el número de accidentes mortales y en el de heridos hospitalizados. Uno de los factores que contribuyen a este descenso es que los conductores puedan conocer los riesgos asociados a las vías por las que circulan para que puedan extremar la preocupación. Una información que se basa en modelos de la siniestralidad observada en los que trabaja Enrique Castillo, catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Cantabria y miembro de la Real academia de Ingeniería.
La siniestralidad observada es simplemente una lista o relación de los accidentes que se han producido en el pasado, incluyendo su lugar de ocurrencia, el tipo de incidente, su gravedad, las circunstancias que lo produjeron, etc.
Se incluye todo tipo de accidentes, que pueden ser muy graves, graves, medios y leves, de forma que unos cuantos de cada clase puede suponerse que equivalen a uno de la clase de mayor gravedad, lo que puede hacerse, por ejemplo, valorando económicamente, los daños producidos.
Con esta información, la DGT elabora unos estudios que determinan la peligrosidad de cada tramo de carretera y, si se da una coincidencia de incidentes de gravedad en algunos de ellos, los declara como tramos de concentración de accidentes con la esperanza de que los conductores extremen las precauciones.
La principal ventaja de este modelo es que la información se da en el momento y lugar en que es necesaria, cuando el conductor se encuentra en una zona de elevado riesgo de accidente. El problema es que estos tramos se señalan solo cuando ya se han producido siniestros muy graves.
El grupo de Enrique Castillo trabaja para mejorar estos resultados con una información más pormenorizada.

Durante los meses de julio y agosto, 191 personas han perdido la vida en las carreteras españolas, once menos que en el mismo periodo del año pasado y 24 menos que en 2019, año de referencia estadístico por lo atípico que fue el verano 2020 debido a la pandemia sanitaria. Son datos de la DGT que también reflejan un descenso en el número de accidentes mortales y en el de heridos hospitalizados. Uno de los factores que contribuyen a este descenso es que los conductores puedan conocer los riesgos asociados a las vías por las que circulan para que puedan extremar la preocupación. Una información que se basa en modelos de la siniestralidad observada en los que trabaja Enrique Castillo, catedrático de Matemática Aplicada de la Universidad de Cantabria y miembro de la Real academia de Ingeniería.
La siniestralidad observada es simplemente una lista o relación de los accidentes que se han producido en el pasado, incluyendo su lugar de ocurrencia, el tipo de incidente, su gravedad, las circunstancias que lo produjeron, etc.
Se incluye todo tipo de accidentes, que pueden ser muy graves, graves, medios y leves, de forma que unos cuantos de cada clase puede suponerse que equivalen a uno de la clase de mayor gravedad, lo que puede hacerse, por ejemplo, valorando económicamente, los daños producidos.
Con esta información, la DGT elabora unos estudios que determinan la peligrosidad de cada tramo de carretera y, si se da una coincidencia de incidentes de gravedad en algunos de ellos, los declara como tramos de concentración de accidentes con la esperanza de que los conductores extremen las precauciones.
La principal ventaja de este modelo es que la información se da en el momento y lugar en que es necesaria, cuando el conductor se encuentra en una zona de elevado riesgo de accidente. El problema es que estos tramos se señalan solo cuando ya se han producido siniestros muy graves.
El grupo de Enrique Castillo trabaja para mejorar estos resultados con una información más pormenorizada.

El fin de los peajes en la AP-2 y la AP-7 a partir de mañana beneficiará a más de 12.000 camiones diarios que transportan mercancías desde España hasta pasada la frontera francesa. Juan José Gil, presidente de Fenadismer, ha dicho en Las mañanas de RNE que el ahorro medio será de unos 2.000 euros para un vehículo de transporte. "Sobre todo con la liberación de la AP7, que es la salida de las exportaciones a Europa".

Asegura que el tráfico cambiará, según experiencias previas. "En 2018 la autopista de Bilbao a Vitoria, en 2020 de Sevilla a Cádiz, y de Alicante a Tarragona... En algunos días puede haber más congestión de tráfico, pero que antes se producía en las carreteras nacionales. La ventaja de que las otras carreteras sean gratuitas permite equilibrar. Se produce una utilización más racional de la autopista", explica.

La financiación del mantenimiento se realizará por vías alternativas. "Hay un impuesto indirecto, el de hidrocarburos, con el que se recaudan 14.000 millones de euros al año. A infraestructuras se destinan 4.000 millones de euros. El establecimiento de peajes es impopular. Hay medidas alternativas", cuenta.

El miércoles 1 de septiembre, a partir de las 00.00 horas, todos los peajes que hay actualmente entre Zaragoza y la costa Mediterránea y entre Francia y Tarragona, así como otros tramos que también discurren por Cataluña, tendrán que levantar sus barreras y pasarán a ser gratuitos para todos los usuarios.

Se trata, en total, de algo más de 550 kilómetros por los que un turismo paga ahora en torno a 58 euros para recorrerlos, un dinero que los conductores se ahorrarán a partir de ahora, al menos hasta que un nuevo sistema de peajes sea implementado en toda España, como planea el Gobierno hacer en 2024.

Foto: Peaje en la C-32 (EFE / Alejandro García)

Jorge Ordaz, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la Dirección General de Tráfico, ha indicado que, hasta final de mes, llegarán de forma escalonada coches a las grandes ciudades, pero en, este fin de semana, "se concentra el retorno" y, aunque se escalone, "habrá una gran cantidad de vehículos" en las carreteras. La DGT ha previsto casi 5 millones de desplazamientos en esta operación retorno. "Este verano, nos estamos moviendo en cifras de 2019, con un 13,7% por encima de los registrados en 2020", ha comentado Ordaz. También ha enumerado los tramos en los que se espera que haya más tráfico durante este fin de semana: este viernes entre las 15.00 y las 22.00 horas, el sábado desde las 9.00 hasta las 13.00 horas y el domingo entre las 17.00 y las 23.00 horas. Solo en junio y julio ha habido 215 fallecidos en carreteras, mientras que en 2020 fueron 165 y, en 2019, 195. Ordaz ha alertado de este aumento del 30% en las muertes respecto al año anterior y ha señalado que, en agosto, el comportamiento en términos de siniestralidad "ha sido mejor de lo esperado”.

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Las carreteras son uno de los principales escenarios en este viernes en los que muchos empiezan sus vacaciones de agosto. Sin embargo, registraban a última hora de la tarde escasas retenciones, que sí han sido más relevantes en las principales ciudades en el inicio -a las 15.00 horas- de la operación especial de tráfico.