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Las fuerzas armadas de Afganistán han tomado este viernes el control de la base aérea de Bagram, hasta ahora la principal base de EE.UU. en suelo afgano.

Hasta este viernes, los militares estadounidenses han coordinado sus ataques aéreos y su logística desde Bagram, situada a 60 kilómetros al norte de la capital, Kabul. La retirada simboliza el comienzo del final de la intervención militar de EE.UU. en el país.

E.UU. ha abandonado Bagram como parte de un acuerdo firmado con los talibanes en 2020. El presidente estadounidense, Joe Biden, ha prometido que las tropas abandonarán Afganistán en septiembre, tras 20 años de guerra.

A cambio de la retirada de Afganistán, los talibanes se comprometieron a evitar cualquier ataque terrorista internacional desde su territorio, y a iniciar negociaciones con sus rivales, entre ellos el gobierno afgano.

Sin embargo, se han hecho pocos progresos en este segundo aspecto: las tropas afganas que han ocupado Bagram deberán hacer frente a una actividad creciente de los talibanes, que aspiran a retomar el poder que ejercieron entre 1996 y 2001. En los últimos meses, los ataques se han vuelto más frecuentes, en especial en el norte del país, donde hasta hace poco no se registraba actividad de los talibanes.

Foto: Reuters/Mohamed Ismail

Hay temor a que la salida de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, hunda a Afganistán en una nueva guerra civil. Y que las mujeres vuelvan a ver sus derechos violados por los talibanes y los señores de la guerra.
Veinte años de conflicto han dejado más de 800.000 muertos y un país inestable.
Ante el senado, el director de la CIA tampoco ha escondido su principal temor: el resurgimiento de grupos terroristas. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha visitado Kabul para empezar a coordinar la retirada con las autoridades afganas.

Foto: REUTERS/Bob Strong

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, está en Kabul. Una visita sorpresa horas después del anuncio del presidente Biden del repliegue de las tropas entre mayo y septiembre, coincidiendo con el vigésimo aniversario del 11-S y coordinado con la retirada también de la OTAN. Han pasado cuatro presidentes en dos décadas de guerra, la más larga para Estados Unidos, sin haber terminado con los talibanes ni con Al Qaeda, la autora del ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono.

La población afgana teme ahora el regreso del fundamentalismo y un retroceso en Derechos Humanos. 20 años después de la invasión estadounidense y de la caída del régimen de los talibanes, estos controlan más territorio que en cualquier momento de las dos décadas, zonas rurales mayoritariamente porque las grandes ciudades son del gobierno.  Dondald Trump negoció la retirada a cambio de un proceso de negociación política que comenzó en septiembre en Qatar. Desde entonces poco se ha avanzado, no ha habido alto el fuego ni reducción de la violencia, que se ha incrementado en los primeros tres meses del año. Las mujeres temen un retroceso en sus derechos si los talibanes ganan poder y piden más representación en el proceso de negociación.

Afganistán es uno de los países más pobres y también más convulsos de las últimas décadas. Campo de batalla entre las potencias mundiales durante la Guerra Fría y base del terrorismo de raíz islámica en los promeros años del siglo XXI, se sumió después en un conflicto interno que ha durado 20 años y al que ahora se quiere poner fin. La ceremonia inaugural del acto entre el Gobierno afgano y los talibanes se ha celebrado 19 años y un día después del 11S, evitando coincidir con el aniversario de los atentados que desencadenaron la intervención e invasión de EEUU en el país, su guerra más larga. Aunque los talibanes fueron despojados en rápidamente del poder pasaron a convertirse en insurgencia, a día de hoy siguen controlando territorio. En febrero se llegó al acuerdo de retirada gradual de las tropas internacionales y los talibanes se comprometieron por su parte, a no permitir operar en las zonas bajo su control a Al-Qaeda y a otros grupos extremistas. Ahí se abrió el camino a la negociación que se ha retrasado hasta hoy por discrepancias en torno al intercambio de prisioneros que comenzaron a ser liberados en agosto. En la última década han muerto más de 100.000 civiles en Afganistán según cifras de la ONU. Informa Cristina Sánchez.

El Gobierno afgano y los talibanes se sientan por primera vez en una mesa de negociación de paz, bajo la presencia del secrerario de Estado estadounidense, Mike Pompeo. Ambos mandatarios han llamado a aprovechar esta oportunidad para poner fin a un conflicto que se ha cobrado miles de víctimas. Será este lunes cuando cuando comience oficialmente. Informa Cristina Sánchez, corresponsal.

“Paren el mundo que yo me bajo” es el grito de guerra de la sección que protagoniza nuestro experto en geopolítica, Pedro Baños. Esta semana fija su mirada en dos asuntos: la frontera entre Grecia y Turquía con 13.000 refugiados atrapados y el acuerdo de paz entre EEUU y los talibanes en Afganistán.

Los talibanes comienzan la entrega de armas en señal de buena voluntad por el acuerdo firmado con Estados Unidos. Se prevé la liberación de unos 5.000 prisioneros insurgentes a cambio de 1.000 miembros de las fuerzas de seguridad afganas quedarían libres en los próximos diez días. El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha advertido que EE. UU. no tiene autoridad para decidir sobre la liberación de prisioneros insurgentes.