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El presidente saliente de Francia, Nicolás Sarkozy, y el ganador de las elecciones del pasado domingo, François Hollande, han compartido este martes la ceremonia de homenaje a los caídos durante la II Guerra Mundial. En un imagen insólita, ambos han presentado las flores ante la tumba del Soldado Desconocido. Sarkozy decidió invitar a su sucesor a este acto, y Hollande aceptó.

Pues ni terraza, ni vistas, ni frío, ni calor. Algo así es lo que se experimenta al vivir en un búnker de la Segunda Guerra Mundial. Alemania ha empezado a venderlos a particulares y están causando furor entre arquitectos y artistas por las múltiples posibilidades de diseño que ofrecen.

Si los alemanes hubieran fabricado una bomba atómica antes que los aliados, habría cambiado el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y nuestro tiempo sería muy diferente.

Afortunadamente, no pasó.