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Ucrania acusa a Rusia de la ocupación militar de dos aeropuertos y pide una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU. Rusia desmiente haber realizado ningún tipo de acción militar (28/02/14).

Medio centenar de hombres armados no identificados han irrumpido en el aeropuerto de la capital de Crimea, Simferopol, en la madrugada del viernes, y lo han abandonado tras unas horas.

Armados y vestidos con ropa militar, siguen patrullando en los alrededores del aeródromo, que funciona con normalidad.

Poco después, la agencia rusa Interfax ha informado de que soldados rusos armados y equipados, y apoyados por vehículos de transporte, han tomado posiciones en el aeropuerto militar de Belbek, a las afueras de Sebastopol, cuyo puerto alberga una base naval de la flota rusa del Mar Negro. Fuentes militares han asegurado a Interfax que el objetivo es proteger las instalaciones de un hipotético asalto.

Estos acontecimientos se producen horas después de que un comando pro-ruso tomase posesión de parlamento local, elevando la tensión bilateral que se ha disparado entre Rusia y Ucrania tras la caída del gobierno de Víktor Yanukóvich en Kiev.

Hombres armados han ocupado los edificios del Gobierno y el Parlamento de la región autónoma de Crimea, en el sureste de Ucrania. La región, de mayoría rusohablante, vive tensiones secesionistas tras la caída del gobierno del presidente electo ucraniano, Víktor Yanukóvich, y el nombramiento de un Gobierno interino en Kiev. Este jueves, la Rada regional de la península ha aprobado una moción para convocar un referendum sobre una ampliación de su autonomía para el próximo 25 de mayo.

La población de Crimea es mayoritariamente de etnia y lengua rusas. La región perteneció a Rusia hasta hace solo 60 años. En 1954 Nikita Jruchov, entonces primer secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, la traspasó a Ucrania, que era una de las repúblicas soviéticas. Para entonces ya se había producido la purga de la etnia que históricamente había sido mayoritaria, los tártaros, acusados de colaboracionismo con los nazis y deportados por Stalin hacia Asia central. La Unión Soviética primero y Rusia después mantuvieron en Crimea la base principal de su flota en el Mar Negro.

Aumenta la preocupación por la grave situación en Crimea. Ya han comenzado las maniobras del ejército ruso hasta la frontera con Ucrania y países de la OTAN. Son 150.000 efectivos, la mayoría tropas de tierra, pero también la flota rusa del mar Negro con base en Sebastopol y las fuerzas aéreas. Cazas rusos patrullan las fronteras.

Hombres armados han ocupado los edificios del Gobierno y el Parlamento de la región autónoma de Crimea, en el sureste de Ucrania. La región, de mayoría rusohablante, vive tensiones secesionistas tras la caída del gobierno del presidente electo ucraniano, Víktor Yanukóvich, y el nombramiento de un Gobierno interino en Kiev.

La bandera rusa ondea sobre ambos edificios, mientras la Policía rodea la zona. En las inmediaciones se ha concentrado un grupo de manifestantes que también portan banderas rusas.

Desde Kiev, el presidente interino, Alexándr Turchínov, se ha referido a los ocupantes como "criminales con uniforme militar" y ha exigido al mando de la flota rusa del Mar Negro que mantenga en su bases a las tropas que tiene en territorio ucraniano, pues "cualquier movimiento de efectivos será considerado una agresión".

El Ministerio de Exteriores ucraniano ha citado al representante diplomático ruso en Kiev y le ha trasladado una nota en este sentido. Rusia retiró a su embajador tras la caída de Yanukóvich.

El Parlamento de Crimea debía reunirse este jueves para decidir si reconoce a las nuevas autoridades de Kiev, después de que el miércoles la sesión convocada tuviera que cancelarse por los incidentes que se produjeron en las inmediaciones entre partidarios y detractores del nuevo gobierno nacional.

Medios locales recogen este jueves una declaración de la Presidencia del Parlamento de Crimea en la que se propone un referéndum para ampliar la autonomía de la región.

Hombres armados han ocupado los edificios de la Presidencia y el Parlamento de la región autónoma de Crimea, en el sureste de Ucrania. La región, de mayoría rusohablante, vive tensiones secesionistas tras la caída del gobierno del presidente electo ucraniano, Víktor Yanukóvich, y el nombramiento de un Gobierno interino en Kiev.

El primer ministro de la región ha confirmado a AFP la información, adelantada por Interfax y por Reuters después de que un líder de la minoría tártara lo anunciara en su Facebook.

De momento se desconocen las demandas de los hombres que se han atrincherado en los edificios oficiales en la capital regional, Simferopol. Periodistas de la agencia Reuters y de Interfax aseguran que la bandera rusa ondea sobre ambos edificios, mientras la Policía rodea la zona.

El Consejo de Maidan, que reúne a los líderes políticos de la protesta de Ucrania, la sociedad civil y los grupos radicales, ha aprobado este miércoles la composición del Gobierno de Unidad Nacional con Arseni Yatseniuk como primer ministro. Mientras, la Fiscalía General de Ucrania ha dictado este miércoles orden de busca y captura internacional contra el destituido presidente Víktor Yanukóvich, que se encuentra en paradero desconocido desde el sábado 22 de febrero.

Las tensiones bilaterales entre Ucrania y Rusia, surgidas tras la destitución del presidente Víktor Yanúkovich, se han agudizado este miércoles por la situación en la península de Crimea, situada al sureste del país, de mayoría rusohablante y base principal de la flota rusa del Mar Negro. Allí, manifestantes prorrusos y proucranianos se enfrentan ante el Parlamento regional. Los acontecimientos han provocado que Rusia haya puesto en alerta a las tropas del oeste y centro del país.

El presidente Víktor Yanukóvich, los líderes de la oposición y la Unión Europea han firmado un acuerdo para poner fin a la crisis en Ucrania tras la sangrienta jornada del jueves, que se cobró decenas de muertos en Kiev. El Maidán de Kiev celebra con tristeza una carísima victoria sobre el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, que cedió a todas las exigencias de la oposición al firmar hoy, ante representantes de la Unión Europea, un acuerdo llamado a convertirse en un punto y aparte en la historia de Ucrania.