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Este viernes, 30 de julio, es el Día Mundial contra la Trata de Personas. Un día para dar protagonismo a las voces de las víctimas y ayudar a que miles de personas en el mundo recuperen la libertad y la dignidad.

La Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) calcula que el 46 % de las víctimas son mujeres, el 19 % son niñas y el 50 % fueron objeto de explotación sexual. Pero la trata de personas abarca más cosas. Es también el movimiento ilegal de seres humanos con propósitos de esclavitud laboral o mental. También los trabajos forzados, la extracción de órganos, o cualquier forma moderna de esclavitud contra la voluntad y el bienestar del ser humano.

Uno de los mayores retos a la hora de desarrollar respuestas contra la trata de personas es la falta de datos fiables y de alta calidad porque muchos casos no se denuncian. El último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito muestra que los delincuentes se aprovechan de las personas más vulnerables, como los migrantes y los desempleados, y que la pandemia ha aumentado el riesgo de que se produzcan estos delitos.

El portavoz de la madre de Anna y Olivia, Joaquín Amills, asegura que la esperanza de la familia de encontrar a las niñas con vida no era simplemente positivismo, pero que ahora saben que Tomás Gimeno, el padre de las menores, "lo tenía todo preparado para hacer el mayor daño posible e intentar que ella se pasara la vida buscando a sus hijas" y que no contaba con que los equipos de investigación hicieran tan buen trabajo. Asegura el también presidente de la asociación SOSdesaparecidos que hay que encontrar su cuerpo "para confirmar que no huyó" y, reconoce, que "no podemos caer en decir que está loco". Amills, que lleva más de cuarenta días al lado de la familia y siendo entrevistado en 'La Hora de La 1' ha querido transmitir también que Beatriz va a cambiar el apellido de sus hijas.